Año 2019, Casa de los Manobal.Pocas horas antes del accidente.
— ¡Déjales impresionados!
— ¡Eso haré! ¡Cuando vuelva, pienso comprar aquella cabaña en la colina que tanto te gustó! — Anna sonrió mordiéndose el labio.
— Te quiero... — susurró en un suspiro, viendo cómo la contraria desaparecía escaleras a bajo.
La pelirroja volvió a la cama, cuando se tapó con el edredón e intentó conciliar el sueño, su cabeza se había manifestado de repente, no paraba de sobrepensar en cómo Lisa llevaría aquella reunión tan importante y como su proyecto iba a afectar en su futuro. Deseaba que le fuese bien y que pudiera cumplir uno de sus mayores sueños, que era trabajar en parís como directora de un museo importante.
Dio vueltas en la cama, intentando ponerse cómoda para poder dormir de una vez, pero su estado nervioso no la dejaba hacerlo. Volvió a incorporarse y encendió la luz de la mesita de noche. Se sentó en la cama. Love levantó sus orejas confundido al ver cómo la chica se sentaba en la cama.
— Tranquilo chico, vuelve a dormir, solo estoy un poco nerviosa. — Anna apoyó su cabeza sobre la fría pared y miró hacia el cielo— Tengo una sensación extraña en el pecho.
El animal se levantó de su cama en el suelo y subió al colchón de la mujer. Anna lo miró como se acostaba a su lado izquierdo y lamía el dorso de su mano para tranquilizarla.
— Tu siempre tan galán... — acarició su cabeza con la punta de sus uñas, el animal sonrió por la sensación— Te encanta que te rasque detrás de las orejas... — rió al ver cómo el animal se ponía panza arriba— Oh, ¿ahora quieres que te rasque la tripa? ¿No se supone que me estabas consolado tú a mí? — volvió a reír.
El perro se levantó y se sentó frente a ella, después, sin previo aviso le dio un lametón en la mejilla.
— Tu también estás nervioso... — rascó su pecho — Tranquilo seguro que le va a ir muy bien, mamá puede con todo.
El perro la miró agachado sus orejas apenado y se acostó sobre sus piernas, soltó un suspiro pesado y empezó a lamerse su pezuña.
— Seguro que le irá increíble. — dijo para sí misma.
De repente, alguien llamó a la puerta de su habitación, alarmándola, no esperaba a nadie. Pensó que seguramente sería Lisa, ya que la chica era muy despistada, posiblemente se había dejado algo.
Se levantó, poniéndose de nuevo su batín y abrió la puerta, aunque la imagen que estaba detrás de ella, no era la que esperaba.
— Taylor... — susurró a la mujer frente a ella, con el pelo desaliñado y su pijama puesto. — Perdona, ¿estaba haciendo mucho ruido? — se disculpó enseguida.
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𝐍𝐚𝐯𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐠𝐨 - Jenlisa
FanficLisa, una artista que no ha pintado un solo cuadro desde aquel terrible accidente, se ve obligada a alquilar una habitación en su casa de campo a Jennie, una mujer de Nueva York con una vida muy mediática, quien huye de su boda, a escasos minutos de...