TREINTA Y NUEVE

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Irin estaba descargando la cuarta caja de su coche subido a la acera en la puerta de la librería. Llevaba todo el día corriendo de un lado para otro ultimando los permisos y los papeles para la instalación de las estructuras del festival. A veces se preguntaba por qué había acabado ella haciéndose cargo de aquello cuando el noventa por ciento del tiempo era un problema de dimensiones incalculables. Pero a Irin realmente le iban ese tipo de retos. Si no, no hubiera contratado a Freen.

Aunque nunca se había sincerado con la chica, Irin estuvo algo obsesionada con Freen al poco de conocerla. No era demasiado complicado fijarse en ella, con ese aire atormentado y esa sonrisa a medias que nunca terminaba por expandirse. Se alegró cuando se le pasó aquella tontería, porque realmente tener un crush con Freen no era para nada operativo dada su relación laboral. No supo cuándo ocurrió exactamente, tal vez fue cuando Freen le permitió leer los primeros capítulos de su manuscrito, pero en algún punto Irin entendió que Freen era de ese tipo de persona que no estaba disponible. Y ella no tenía tiempo ni ganas de sufrir, así que en un acto de madurez bastante notable, lo superó.

-Una moneda por tus pensamientos - dijo de pronto Heng en su oído.

- Qué susto Heng, por Dios -

- ¿Necesitas ayuda? -

-La necesitaba hace quince minutos cuando todas estas cajas aún estaban encajadas dentro de mi coche - dijo levantando una ceja - pero ya que estás sí que podrías ayudarme a meter todo esto dentro -

- ¿Necesitáis que os eche una mano? -

-¡Nam!- chilló Heng - ¿Ya has llegado? No bromeabas cuando dijiste que necesitabas ver lo de Becky con tus propios ojos. Estoy fascinado -

- ¿Pero tenemos confirmación oficial? - preguntó Irin con los ojos muy abiertos.

- No, aún no - contestó Heng suspirando.

- Bueno, en realidad sí - dijo Nam haciendo que ambos levantaran la vista con expresión de sorpresa.

-¡¿Qué?! - Heng dio un salto. - Cuéntanoslo todo. Ahora-

- No sé demasiado, pero lo suficiente. Ah, y vi un beso -

- Dios mío me voy a desmayar - dramatizó Heng. - Qué clase de beso, necesito detalles-

- Pues del tipo de los que dices wow, esta gente está muy pillada. - contestó Nam poniendo los ojos en blanco - Freen no me ha contado demasiado. ¿Vosotros la habéis visto hoy? -

- Qué va, no he pasado por aquí en todo el día. Debe estar dentro - Irin señaló la puerta de la librería con un movimiento de la cabeza. - No sé si ha sido buena idea que compartieras tu sabiduría, ahora no voy a poder disimular delante de ella -

- Pues nada de disimular. Si es mayorcita para ir besándose con Becky por ahí lo es para soportar a sus amigos entusiasmados por ese hecho -

- Bien dicho - sentenció Heng.

La vista de Freen se levantó automáticamente cuando escuchó las campanitas de la puerta. Se acercaba su hora de salir y de manera inconsciente esperaba que Becky apareciera de un momento a otro. Pero no era Becky. Irin, Heng y Nam entraban cada uno cargando con un par de cajas hablando animadamente entre ellos.

-Vaya, si son mis tres personas favoritas - dijo Freen desde el mostrador.

-Mentirosa - susurró Nam haciendo que los otros dos se rieran - Freen, cariño. Qué tal estás-

- Eh...bien, supongo-

-¿Mucho lío? - preguntó Irin.

- Nada en especial, lo normal - dijo Freen distraída mirando hacia la puerta.

LEJOS  DE  ERIS  • FreenBecky •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora