CUARENTA Y UNO

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Eran las cuatro de la mañana cuando abandonaron el pub. Después del incidente del baño, Freen y Becky habían optado por sentarse en una de las mesas de la terraza exterior con estufas, y pasaron mucho rato simplemente hablando de la vida en aquel lugar, del festival de arte, y de Patty.

Cuando se despidieron de Irin cerca de su casa, Freen ya sabía lo que iba a ocurrir a continuación. Nam había sido su amiga durante muchos años, y la conocía perfectamente; así que cuando se empezaron a acercar a la intersección en la que debían despedirse de Heng, no le pilló de sorpresa que se marchara con él.

- Pero Nam, puedes dormir en mi casa perfectamente no seas tonta - dijo Freen.

- No, no. De todas formas mañana iba a acompañar a Heng temprano a una cosa -

- Y qué cosa es esa, si se puede saber-

- Pues una cosa Freen, una cosa - Nam puso los ojos en blanco y se agarró del brazo de Heng - además tenemos mucho que discutir Heng y yo-

- Seguro - dijo Freen entornando los ojos viendo cómo se alejaban hacia la casa del chico. - En fin - se dirigió a Becky - siento muchísimo la total insensibilidad de mis amigos-

- Tranquila, no hay problema - Becky sonrió con las manos en los bolsillos - No sé por qué me da la sensación de que Nam ha dado por hecho que yo iba a dormir contigo -

- Ya, lo sé. Lo siento es que ella es-

- Freen - la interrumpió. Se acercó a ella entrelazando sus manos y le dio un beso muy cerca de la oreja - estoy loca por dormir contigo - susurró - pero no quiero hacer nada que tú no quieras-

- No creo que haya nada en el mundo que me apetezca más que eso, Bec - susurró Freen de vuelta - No sé qué me pasa, yo no suelo ser así - continuó hablando con sus labios pegados a la mejilla de la chica - no sé qué estás haciendo conmigo-

- Bastante menos de lo que me apetecería - rio en su cuello poniéndole a Freen todo el vello de punta.

- ¿Ah, sí? - preguntó - ¿y me vas a contar qué es lo que te apetece? -

- Pues....- Becky se separó para mirar a Freen a los ojos - me apetece muchísimo comer tortitas- Freen rio en voz alta muy cerca de los labios de Becky, que sonreía tanto que le dolía la cara. -Pues tortitas van a ser - Está vez Freen si que cogió su mano, y se encaminaron al apartamento.

Cuando Becky atravesó la puerta, el aroma de Freen se multiplicó por mil y sintió que podría desmayarse allí mismo. Aquel lugar no era demasiado grande, pero tampoco era pequeño. Estaba plagado de libros, y parecía emitir una paz impuesta a base de trabajo. Becky se sorprendió cuando notó una bola de pelo rozando sus vaqueros.

- ¿Tienes un gato? - preguntó

- Sí, es verdad que no te lo había dicho. No serás alérgica ¿verdad? - Freen la miró con preocupación.

- No, no - dijo Becky agachándose a acariciar al animal que arqueaba su espalda ante el contacto - parece simpático-

- Sí, Sam puede ser muy amigable con gente desconocida, créeme. Sus arrebatos de odio los reserva para mí -

- No te hacía una persona de gatos, la verdad. Juraría que eras de perros - Becky sabía que en aquella afirmación había una verdad oculta que ella conocía, y por un momento se sintió mal ante la desventaja en la que se encontraba Freen respecto a su relación.

- Para nada - contestó Freen negando con la cabeza - Jamás he tenido un perro, pero puedo confirmar que soy una persona de gatos-

Becky se quedó extrañada. Juraría que Freen le dijo que tenía un perro la noche que se conocieron ¿también había borrado a su mascota de su mente? Eso era totalmente imposible.

-Te dejo que te cambies. Estás en tu casa - sonrió entregándole un pijama y unas toallas una vez estuvieron en el dormitorio- voy a ver si tengo de todo para hacer tortitas o tengo que ir a comprar al 24h. -

- Eso espero o tendremos que salir a cazar de noche como en la prehistoria - dijo Becky mientras se quitaba la camiseta. Pudo ver cómo Freen apartaba la mirada y se dirigía a la puerta. Le pareció entrañable la timidez de la chica y a la vez tenía que luchar con su instinto de querer arrancarle la ropa a todas horas. Era increíble todo lo que conseguía que sintiera a la vez.

Freen aprovechó para cambiarse de ropa en la habitación pequeña y salió a la cocina para ver si el plan de las tortitas podría o no llevarse a cabo. Sorprendentemente tenía todo lo necesario.

-Bueno, no puedo creerme que de verdad vayas a hacer tortitas para mí a las cinco de la mañana - Becky entró en la cocina.

- Haría cualquier cosa por ti - pensó Freen. -Demasiado intenso para una ¿primera cita? ¿Eso era lo que tenían? . También tengo hambre eh -contestó por fin -. Aunque no te voy a mentir, yo después de fiesta soy mas de comerme una porción de pizza.

Click.

-¿Cómo te llamas? – silencio – Yo soy Freen – más silencio – Verás vivo aquí al lado, si quieres hablar un rato podemos dar un paseo, o tomar algo ahí en esa pizzería 24h de la esquina.

-Dios mío - susurró Freen.

- Freen qué pasa - Becky se acercó - ¿estás bien? ¿te duele la cabeza?-

- No...no - dudó. Contárselo o no contárselo a Becky. Supuso que había llegado el momento de tomar una decisión - Tengo como la sensación de querer recordar algo. Como cuando tienes una palabra en la punta de la lengua. Sé que suena raro, lo siento -

Becky sintió cómo todos los músculos de su cuerpo se tensaban. Si preguntaba, corría el riesgo de romper la promesa que le hizo a Patty, pero si no se interesaba lo más mínimo en la confesión de Freen, podría dar la impresión de que no le importaba.

-¿Quieres hablar de eso? - preguntó Becky con cautela.

- No lo sé...tampoco tengo mucho que contar - susurró - Digamos que hace tiempo tuve una crisis por algo que me ocurrió, y bueno, tengo un agujero enorme en mi memoria de lo que pasó aquella noche. He pasado años intentando reconstruir las imágenes de ese vacío sin éxito, pero ahora parece que están volviendo mis recuerdos como si el agua se estuviera colando entre las grietas-

- Si dices que te provocó aquello...¿por qué querrías recordarlo? - Becky notaba cómo el corazón le latía en los oídos.

- Es que todo esto suena tontísimo Bec, me da hasta vergüenza contarlo - dijo Freen mirando al suelo. Becky la miró significativamente, animándola a seguir - A ver. Yo esa noche conocí a alguien. Alguien que desapareció y jamás pude encontrar. No recuerdo nada de ella, ni su cara, ni su voz; nada. Y sin embargo mi cerebro de alguna manera se quedó enganchado. Si hasta le he dedicado un libro - resopló - Debes pensar que estoy loca -

- No, Freen no pienso que estés loca - suspiró Becky - creo que es muy valiente que estés contándome esto. Me gustaría poder ayudarte - fue lo más sincero que dijo en toda la noche.

- Lo sé...No sé por qué me está ocurriendo esto precisamente ahora -

- ¿A qué te refieres? -

- Pues que me resulta extraño haberme pasado seis años intentando recordar algo y que todo regrese ahora, que lo único que quiero es crear recuerdos nuevos. -

Becky acortó la distancia que las separaba en la cocina, conmovida por cómo Freen había intentado lidiar con sus demonios -Me encantaría que me dejaras formar parte de esos recuerdos nuevos - dijo acercándose a Freen que, apoyada en la encimera, bajó sus brazos que había mantenido cruzados en el pecho mientras veía venir a Becky, esperando el contacto inminente. Becky pegó su cuerpo al de Freen, dejando caer su peso sobre ella.

Freen suspiró - No lo estás haciendo nada mal- susurró- Sólo puedo pensar en ti - 





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LEJOS  DE  ERIS  • FreenBecky •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora