CUARENTA Y CUATRO

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Los días que le quedaron a la semana hasta llegar al viernes fueron agotadores. Irin los tenía a todos trabajando prácticamente desde que amanecía hasta altas horas de la noche, y Freen y Becky no es que estuvieran descansando demasiado durante sus ratos libres.

La rutina de volver a casa de Freen y arrancarse la ropa sin mediar palabra para luego no callar durante varias horas mientras se acariciaban hasta dormirse se había instalado entre ellas sin planearlo. Se habían convertido en unas adictas al contacto físico, pero es que también se habían enganchado al contacto emocional. No podían pasar separadas más de unas horas en las que Becky tenía que volver a casa para que Patty supiera que seguía viva. Heng, Nam e Irin ya ni siquiera bromeaban porque estaban hartos de pillarlas intentando besarse en cualquier descuido. Así que simplemente habían asumido que eran unas lapas y que tenían que convivir con ese nivel de intensidad.

El día de la inauguración por fin había llegado. Habían terminado de organizarlo todo y se les había liberado de sus cadenas bajo la bendición de Irin y la promesa de que estaban invitados a todo lo que se tomaran durante la semana en la barra del festival.

-¿Dónde estabais? - preguntó Nam cuando Freen y Becky por fin llegaron al acto de inauguración - Está a punto de empezar -

-Nos hemos entretenido un poco en casa - dijo Freen.

- Os habéis entretenido, ya -

- No preguntes - la cortó Freen antes de que pudiera seguir preguntando.

Becky le dio un leve codazo a Freen sonriendo, y después escondió la cara en su cuello para darle un beso debajo de la oreja haciendo que toda su piel reaccionara. La chica aún estaba bastante sensible después de aquella tarde en la que lo que parecía un inocente rato de descanso en el sofá, se convirtió en un bucle interminable de besos, gemidos y mordiscos que las llevó del sofá al suelo, del suelo hasta la cama, y después a la ducha. La imagen de Becky bajo el agua con los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás mientras ella se hundía profundamente en su cuerpo le provocó un temblor difícil de disimular delante de su amiga.

- Por Dios sois insoportables - suspiró Nam. - No comáis delante de los pobres -

- ¿Quieres que te busquemos un ligue, Nam? - preguntó Becky. - Tal vez Heng-

- Ah, no. Con Heng hemos traspasado ya la barrera del misterio después de vivir juntos durante una semana. Se ha roto la magia -

- Vaya, siento que eso ha sido culpa mía - dijo Becky.

- Para nada. Además, tampoco estoy buscando una relación ahora mismo -

- Eso no quiere decir que no podamos encontrarte algo pasajero - Becky le guiñó un ojo haciendo reír a Freen.

La conversación se detuvo cuando Irin subió al escenario a decir unas palabras, y a continuación comenzó a tocar el grupo invitado para amenizar la fiesta de inauguración. Irin y Heng se unieron a ellas una vez la música comenzó.

- ¡Por fin! -dijo Irin que parecía como si hubiera soltado un lastre de cien kilos - Vamos a por una cerveza no puedo más con la vida hoy - Todos la siguieron hasta la barra y volvieron hasta el escenario donde la gente se agrupaba para bailar y cantar.

Se mezclaron con el resto de la gente compartiendo risas y brindando por lo bien que había quedado todo, y por que nada se derrumbara en la próxima semana. Bailaron durante mucho rato, y Freen se sintió flotar de felicidad. Sus ojos se encontraban con los de Becky a menudo, y todo su cuerpo vibraba cuando ella se acercaba a decirle cualquier cosa al oído, y continuó vibrando cuando la chica metió sus manos por debajo de la camiseta de Freen subiendo en el ascensor bien entrada la madrugada, cuando hizo un surco con sus dientes en su cadera mientras le quitaba el pantalón tumbada en la cama, y cuando una vez más todo el cuerpo de Freen explotó cuando su boca se perdió entre sus piernas.

- Creo que jamás podría cansarme de ti - dijo Freen por fin después de que sus ojos dejaran de ver pequeñas luces.

- Eso espero - susurró Becky apoyada sobre un codo mientras hacía círculos con sus dedos sobre el pecho de Freen, jugando con el colgante en forma de tulipán que siempre llevaba al cuello.

-Bec...nunca te conté por qué estaba en el grupo de apoyo aquella noche - dijo de pronto. Becky no se esperaba aquello y su mano se detuvo. - No sé si quieres saberlo o no, la verdad, pero siento como que debería contarte cosas sobre mí. Me gustaría hacerlo, quiero decir - Freen se sonrojó levemente y Becky pensó que podría morirse de amor en aquel instante.

- Me encantaría escuchar todo lo que quieras contarme, Freen - se acercó y le dio un beso en los labios, muy corto, y después le dio un pequeño beso en la nariz que provocó la risa de Freen. Becky se acostó a su lado y entrelazó su mano con la de la chica, que parecía estar reuniendo el valor suficiente para empezar a hablar.

- El otro día te dije que hubo un incidente del que salí algo perjudicada. Tampoco quiero ahondar en eso porque aún no he conseguido recordarlo - Aquello no era del todo verdad, pero Freen no se atrevía a liberar todo ese drama. Becky se tensó levemente - Mis primeros recuerdos están en mi piso, otro distinto a este en otra ciudad. Tampoco tengo claro cómo llegué a esa situación, pero para cuando quise darme cuenta llevaba varios meses sin salir, sin comunicarme con nadie, y prácticamente sin alimentarme. Perdí doce kilos, o eso fue lo que me dijo Nam cuando por fin mantuve una conversación que puedo recordar. Y entonces llegué a la clínica donde estuve internada bastante tiempo. No es que estuviera loca - añadió rápidamente - simplemente allí todo era más sencillo. Me obligaban a comer, me obligaban a hablar, y poco a poco consiguieron que volviera a funcionar lo mínimo para poder vivir una vida normal. - A Becky le dolía el corazón con aquello.- Me dijeron que había desarrollado varios trastornos, tú sabes, muchos nombres. Yo a todo lo llamaba 'la sombra', y a día de hoy de hecho lo sigo llamando así. Y durante mucho tiempo he estado apartada del mundo, fingiendo formar parte de él cuando realmente estaba viéndolo a través de un cristal. Y bueno - suspiró - supongo que eso ha sido así hasta que llegaste tú - Becky contuvo la respiración - lo siento, ha sido demasiada confesión.

- No, no Freen - dijo rápidamente la chica - solo estoy...Es que daría lo que fuera por quitarte todo ese dolor -

- Bueno, quiero pensar que sin ese dolor no hubiera tomado las decisiones que tomé, y por tanto no estaría aquí. Así que tal vez sufrir tanto en cierta manera mereció la pena - dijo Freen con una sonrisa más bien triste.

- Nada que te haga daño merecerá nunca la pena para mí - susurró Becky.

Freen la miró a los ojos durante varios segundos antes de contestar.

- Para mí todo me habrá merecido la pena si eso significaba encontrarte - 

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LEJOS  DE  ERIS  • FreenBecky •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora