VEINTISEIS

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-No me eches más vino Irin por lo que más quieras - dijo Heng tapando su copa con la mano - Tener resaca no es uno de mis planes soñados para conducir mañana durante tres horas -

- No pasa nada, puede conducir Freen - contestó Irin aún con la botella en alto - Bueno, yo me he bebido cuatro cervezas en lo que vosotros acababais con el vino, no tengo muy claro mi estado de mañana - dijo Freen. Sus mejillas estaban algo rojas, se había subido las mangas de la camiseta hasta los codos y estaba sentada en la alfombra con la espalda apoyada en otro de los sofás de la sala. Becky no podía parar de mirarla, estaba hipnotizada por su larguísimo pelo cayendo sobre sus hombros, perfecto aún secado al aire y por su pantalón de chándal que tenía una pierna más subida que otra buscando tener menos calor. Becky en cambio, sabía perfectamente que podría estar sin ropa en mitad del bosque y no estaría menos sofocada de lo que estaba en aquellos momentos. Se había bebido tres copas de vino y ella no estaba acostumbrada a beber. Su pelo aún seguía algo mojado pero tampoco la estaba refrescando, y sus ojos clavados en el cuello de Freen cada vez que esta se reía y echaba la cabeza hacia atrás para apoyarla en el sofá no ayudaba en absoluto. Podría jurar que si ahora mismo cayera agua sobre su piel, se evaporaría.

- Pasas tres cabañas a la izquierda y camina unos tres minutos por el sendero - Dijo Irin de pronto en su oído aprovechando que Freen había ido al baño.- Hazme caso- Se levantó y volvió a su sitio a la vez que Freen salía del baño y caminaba de vuelta a la alfombra mientras se echaba el pelo hacia atrás con su mano. Becky no supo cómo no se desmayó con ese gesto.

-Bueno chicas yo creo que me voy a ir a dormir - dijo Heng - siempre es un placer compartir tiempo con gente maravillosa pero no puedo mantener los ojos abiertos, así que para no poder veros esas preciosas caras mejor me voy-

- Gracias Heng, eres un romántico - dijo Irin. - Pero antes ayúdame a llevar cosas a la cocina, anda. - Se levantó y tiró de su amigo portando varios vasos y platos.

- ¿Estás pasándolo bien? - preguntó Freen de pronto.

- Sí, la verdad es que sí - sonrió Becky. - Está siendo bastante divertido. Aunque no debería haber bebido tanto vino - puso sus manos sobre su cara mientras se reía - No sé cómo voy a dormir, me da vueltas todo-

- Yo estoy un poco igual. Hacía muchísimo tiempo que no me bebía cuatro cervezas, y mírame. Con lo que yo he sido - rio.

- ¿Eras la reina de las fiestas?-

- Algo así - miró a Becky a los ojos, y le sonrió directamente a ella primera vez. A Becky le dio un salto el estómago.

- Freen - dijo Irin haciendo su entrada al salón con cara de cachorrito - Necesito que me hagas un favor-

- Qué pasa Irin - dijo la chica ladeando la cabeza con sorna - Acompáñame al coche que me he dejado el cargador del móvil y me da miedo salir sola - Irin parecía estar haciendo pucheros. Freen volvió a reír- Pero cómo va a darte miedo si este pueblo es como lo menos peligroso de la tierra - se burló Freen - ¿Por favor? - suplicó Irin .

- Está bien - suspiró - voy a por mis zapatillas, un momento -

Freen desapareció del salón el tiempo justo para que Irin mirara Becky de forma significativa y señalara al cuarto de Freen con la cabeza. Becky abrió mucho los ojos. Irin volvió a asentir y volvió a señalar antes de que Freen regresara.

- Esto yo...voy a acostarme también ya - dijo Becky. Pudo verlos ojos de Freen apagarse un poco con la decepción - Intentad que no os coma ningún oso.

- Lo intentaremos - dijo Irin agarrando a Freen por el brazo. - Buenas noches Becky - dijo guiñándole un ojo sin que Freen la viera.

Becky esperó a que salieran por la puerta para correr hasta su cuarto, coger lo que había comprado en el pueblo, cruzar de dos saltos el salón hasta la habitación de Freen y dejarlo sobre su cama. Con el corazón a mil por hora latiendo en sus oídos volvió a su dormitorio y cerró la puerta. Se quedó detrás esperando a que las chicas volvieran. Todavía no sabía cómo narices se había dado cuenta Irin de su plan, pero agradeció la ayuda en un punto de la noche en el que ya había lo había dado por fracasado.

Llevaba varios minutos pegada a la puerta esperando. Escuchó como Irin y Freen volvieron a entrar, recogieron algunas cosas del salón y se despidieron para dormir. Becky vio como la luz que se colaba por debajo de su puerta se apagaba, y su corazón volvió a dispararse cuando escuchó la puerta de Freen cerrarse ¿Y ahora qué? 




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LEJOS  DE  ERIS  • FreenBecky •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora