TREINTA Y SIETE

4.5K 541 80
                                    


Becky volvió a la realidad al escuchar la risa de Patty, que bromeaba con Freen en el salón. Las observaba hablar mientras sus manos se calentaban el la taza de chocolate que Patty había preparado para las tres, y no podía dejar de admirar la belleza de Freen, tan simple y tan extraordinaria a la vez mientras le daba un sorbo a aquella bebida caliente sin poder evitar recordar la noche que la conoció. Si ella fuera una romántica podría decir que se enamoró de Freen en aquel mismo momento, pero prefería decir que simplemente se quedó colgada de aquella chica desde el segundo en el que su corazón se calentó tomándose un chocolate con ella después de abandonar el puente. Y ahora la tenía ahí delante, sabiendo que la próxima vez que estuvieran a solas podría volver a besarla, y eso hacía que se le despegaran los pies del suelo.

Habían acabado comiendo en casa de Patty, y se les había echado la tarde encima hablando de la floristería y del libro de Freen. No tenía muy claro qué iba a ocurrir a continuación. Supuso que la chica querría volver a casa en algún momento, y no sabía qué excusa ponerle para que eso no ocurriera.

- ¿Rebecca? - la voz de Patty la sacó de sus pensamientos - ¿Dónde estás hija? -

- Lo siento Patty dime ,qué pasa - contestó Becky algo desorientada.

- Te decía que me alegraba mucho de que te hayas querido involucrar en el Festival de Arte de este año. Yo es que ya estoy mayor para tanto jaleo, pero es una fiesta maravillosa -

- Sí, la verdad es que tengo muchas ganas de participar-

- Además, hay una noche de micro abierto. Qué tal si te animas ¿eh? - preguntó Patty. Las mejillas de Becky se tiñeron de rosa lentamente- Qué dices...no, no - negó - Así que cantas ¿eh? - preguntó Freen arqueando una ceja.

- No, a ver -

- Canta maravillosamente - sentenció Patty.

- Patty...-

- Yo la verdad que solo la he escuchado tararear cosas, tengo curiosidad - dijo Freen divertida. - No pienso cantar os pongáis como os pongáis - concluyó Becky - Va Bec...- Freen ladeo la cabeza con una media sonrisa. Becky bajo la mirada negando con la cabeza mientras se reía.

Los ojos de Patty iban de una a otra observando con detenimiento su manera de interactuar. Parecía que Becky no había perdido el tiempo en su ausencia. No podía decir que no le preocupara, pero siempre y cuando Becky mantuviera su palabra, no tendría por qué ocurrir nada. Otra cosa era Freen, pero de eso ya se encargaría más adelante si hiciera falta.

-Bueno ya está bien- carraspeó Becky - ¿no tenemos otra cosa de la que hablar?

- La verdad es que yo debería ir pensando en volver a casa - contestó Freen.

- Oh, vaya - Becky no pudo disimular la decepción en su voz.

- Tengo que organizar algunas cosas y mañana tengo que volver al trabajo -

- ¿Quieres llevarte un tupper con lo que ha sobrado? - dijo Patty levantándose para ir a la cocina sin esperar la respuesta de Freen dejando a las chicas solas en el salón.

- No te creas que me apetece irme Bec - sonrió.

- Lo sé, lo sé - ¿por qué de pronto volvía a estar nerviosa? - O al menos eso espero -

- Créeme -

Se instaló un silencio eléctrico entre las dos. Casi se podía ver la tensión que unía los dos cuerpos separados por metro y medio de distancia, atrayéndolos como movidos por electromagnetismo.

-¿Puedo por lo menos llevarte a casa? - susurró Becky.

- No sabía cuánto más ibas a esperar para ofrecerte - dijo Freen mientras Patty regresaba con un tupper envuelto en una bolsa de plástico.

- Aquí tienes cielo, tu ropa déjala aquí, yo la recogeré cuando esté seca y Rebecca podrá dártela. Imagino que os volveréis a ver pronto -

- Sí. Supongo que sí - dijo Freen sin apartar la mirada de los ojos de Becky - Gracias Patty, ha sido un día maravilloso. Espero volver pronto.-

- Eso espero yo también - dijo la anciana apretando con sus manos el antebrazo de la chica.

Se despidieron de la mujer y salieron al rellano. Si en el salón habían causado un cortocircuito con su tensión, aquello que estaban sintiendo mientras esperaban el ascensor era como si se estuvieran cargando mil rayos para caer sobre la tierra.

Freen entró primero, y no se había cerrado la puerta corredera aún cuando sintió las manos de Becky en su cintura girándola y pegándola a su cuerpo. Freen rodeó su cuello con su brazo libre - el tupper bien resguardado en la otra mano - y acercó sus labios a los de la chica, que la esperaba con la boca semiabierta en una sonrisa, adelantando que aquel beso no sería inocente.

Se besaron con lentitud, pegando tanto sus cuerpos que no podría pasar ni el aire entre ellas sabiendo que ese sería seguramente el último beso de ese estilo que se darían en varias horas. Parecía como si llevaran haciéndolo toda una vida por la forma en la que sus labios parecían encajar a la perfección, y por cómo sus ritmos siempre iban sincronizados, y cuando el ascensor dio el aviso de que llegaron a la planta baja se separaron unos centímetros rozando sus narices mirándose a los ojos, como queriendo congelar ese momento el mayor tiempo posible.

- Entonces, ¿Trabajas mañana en la librería? - preguntó Becky mientras conducía de camino a casa de Freen.

- Sí, tengo que pasar prácticamente todo el día allí porque Irin está con la organización del Festival -

- Ah...-

- Pero podemos vernos cuando termine, si quieres. - Becky sonrió mirándola de reojo. - Vaya, si no tienes otros planes-

- Podría hacerme la interesante y decirte que tengo que consultar mi agenda, pero no sé a quién pretendería engañar Freen - Frenó delante del portal de la chica - Aún no te he perdido de vista y ya estoy contando los minutos que faltan para volver a verte. -

Freen sintió una descarga que le golpeaba el estómago. ¿Cómo era posible sentirse así en tan poco tiempo? ¿Acaso eso es lo que se conoce como un flechazo? ¿Pero eso no era una invención de las películas de sobremesa? Sonrió porque su cerebro había dado una voltereta y no sabía articular palabras de pronto. Así que como no podía hablar, se quitó el cinturón de seguridad y se inclinó hacia Becky.

- Rebecca...- susurró. Inspiró profundamente cerrando los ojos - Me tienes mal. Tanto que mañana tengo que recoger mi coche del taller y estoy por decirle que se lo queden y lo vendan por piezas con tal de que tú me sigas llevando a los sitios -

Becky se rió y pegó su frente a la de la chica - No tengo problema en ser tu chófer - susurró- Venga anda, cuanto antes te vayas antes será mañana -

- ¿Me escribes cuando llegues a casa? -

- Y en cada semáforo en rojo hasta que llegue si quieres -

- Ten cuidado conduciendo Bec - le regañó con media sonrisa. - Puedo esperar a que llegues a casa - dijo cerrando la puerta del copiloto y rodeando el coche hasta quedar a la altura de la ventanilla de Becky. - Gracias por el día de hoy - se acercó hasta la chica - Ha sido genial - susurró.

-Sí - sacó su mano por la ventanilla para agarrar el pecho de la sudadera que le había prestado a Freen - ha sido genial - tiró levemente para acercar la cara de Freen a la suya y le dio un tierno beso en los labios - Hablamos luego, ¿vale? - Freen asintió separándose por fin del coche y se quedó mirando cómo Becky desaparecía calle abajo con el tupper de Patty en la mano. Subió a casa aún con la sensación de que el corazón se le iba a salir del pecho, y no llevaba ni dos minutos allí cuando sonó el timbre. Dio un salto y su cerebro automáticamente se imaginó a Becky siendo totalmente incapaz de separarse de ella. Sin pensarlo llegó hasta la puerta y abrió. 




******

LEJOS  DE  ERIS  • FreenBecky •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora