VEINTICUATRO

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Cuando el despertador sonó Freen llevaba varios minutos mirando al techo. El malestar de su estómago no se había marchado. De hecho, podría jurar que se sentía todavía peor ahora porque además sabía que había dejado a Becky con la palabra en la boca y también se sentía mal por eso. Freen tenía la costumbre de sentirse mal por todo, realmente. Pero es que ¿A qué venía esa confianza con Irin ahora como para que invitara a Becky a ir con ellos?¿Se hablaban acaso de forma habitual? ¿Pero por qué estaba tan enfadada por eso?. Se dio la vuelta en la cama. Llevaba mucho rato despierta pero no tenía ganas de levantarse, porque levantarse implicaba prepararse, salir de casa, y por consiguiente encontrarse con Becky. Y con Irin. Y sinceramente prefería que la atropellara un autobús en aquel momento.

Todavía llevaba puestos los auriculares - en los que no sonaba absolutamente nada - cuando giró la esquina de la calle donde se encontraba la librería. En la puerta estaba Heng, riéndose y gesticulando mucho con las manos como si estuviera contando algo muy gracioso; y apoyada sobre la pared algo doblada mientras se reía con ganas, estaba Becky. Incluso con los auriculares y su función de aislamiento del ruido, Freen pudo escuchar el sonido de la risa de Becky colándose en sus oídos y haciendo cosquillas en la parte posterior de su cerebro. Su pelo recogido dejaba caer varios mechones sobre su cara que ahora mismo bailaban delante de sus ojos con los espasmos de las carcajadas. Tenía las manos en los costados mientras intentaba recuperar el aire, y Freen sintió una punzada de envidia; ella quería hacerla reír así.

-Pues con el numerito que montaste ayer mal vas, hija - pensó.

- Qué, ¿admirando las vistas? - dijo de pronto una voz en su espalda.

- ¡Irin! joder, ¡qué susto! - Freen dio un respingo.

- Sabía que me escucharías con esos cascos apagados que me llevas. ¿Qué pasa? ¿estás acechándolos? - señaló a Becky y a Heng que seguían hablando en la puerta de la librería ajenos a las dos chicas.

- Me había parado un momento a apagar la música nada más -

- Ya, claro. La música - Irin estaba convencida de que Freen no tenía instalada ni una sola app de reproducción.

- Así que, ¿hablas mucho con Becky? - soltó Freen de pronto.

-¿Hablar mucho? ¿a qué te refieres?-

- Nada, déjalo.-

- No, dime. Qué ocurre.-

- Nada, solo que me pareció raro que la invitaras a esto tú, no sé.-

- ¿Ibas a hacerlo tú? - preguntó con sorna.

- Pues sí, la verdad, iba a hacerlo ayer por la noche.-

- Pero me dijiste que no querías hacerlo.-

- Ya bueno, pero cambié de opinión.-

- ¿Y yo tengo algo de culpa en todo esto exactamente por...?-

- No, si no creo que tengas culpa de nada.-

- ¿Entonces por qué estás tan molesta?-

- No estoy molesta.-

- Claro que no. Para nada. -

- Que no Irin.-

- Entonces ¿Qué demonios haces aquí parada que no te has acercado ni a saludar? - Freen suspiró mientras se quitaba finalmente los auriculares y los guardaba. Miró a Becky, y de nuevo a Irin.

LEJOS  DE  ERIS  • FreenBecky •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora