NUEVE

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Y el agua regresaría a aquel lugar

con todos los recuerdos y las vidas que no se vivieron.


Las luces de aquella pequeña ciudad parpadeaban como cientos de velas en la oscuridad. Aquel era un lugar bastante agradable, nada parecido a la ciudad de la que Freen venía. Allí todo era inabarcable y extrañamente impersonal; podrías perderte dentro de aquella ciudad sin volver a encontrarte jamás.

Sin embargo, cuando decidió marcharse, algo dentro su corazón la llevó hasta donde estaba hoy; aquel pequeño lugar al sur de casi todo, donde los atardeceres en el puerto y el olor de la madera húmeda en los bares siempre la acompañaban. Allí fue donde Freen encontró la paz que había perdido en aquella ciudad gigantesca donde se rompió en pedazos. Y hoy esa paz parecía verse turbada después de la reunión del grupo de apoyo.

No era el efecto que esperaba, sinceramente. Creía que asistiendo aquella noche aliviaría aquella presión en el pecho, pero desde que Becky había intervenido, esa sensación se había ido acrecentando hasta el punto de necesitar salir a respirar.

Siempre que alguien hablaba de suicidios ella sentía como si una montaña de naipes se desplomara en su interior, pero nunca como aquella noche. La verdad es que no sabía por qué todo lo que giraba en torno a Becky la tenía tan trastornada.

-¿Freen?- No podía ser. La sangre se le congeló y se quedó clavada en la misma postura -Perdona, no quería incomodarte. Mejor me voy - dijo la chica mientras daba varios pasos hacia atrás.

Freen qué estás haciendo. Reacciona.

-No, no Becky espera - por fin se pudo mover y se giró para mirarla - Discúlpame tú, me he quedado un poco fuera de cobertura -

Sus ojos se chocaron en lo que pudieron parecer horas. El silencio se apoderó del momento, aunque no era necesariamente incómodo, y Becky asumió que era su labor iniciar una conversación ya que Freen parecía no haber recuperado aún la señal.

-Patty se emocionó muchísimo cuando le di tu libro - dijo intentando romper aquel silencio.

-¿En serio? - los ojos de Freen brillaron y Becky sonrió viendo como ella regresaba a la realidad.

- De verdad. Se pasó mucho rato hablando del talento que tenías y de lo orgullosa que estaba de que por fin lo hubieras conseguido.- dijo mientras observaba como Freen bajaba la mirada al suelo y metía sus manos en los bolsillos de su pantalón.

-Bueno, Patty siempre me vio con muy buenos ojos. Creo que está algo cegada por el cariño -

-El libro es maravilloso Freen - dijo Becky sin pensar en las palabras que salían por su boca. Freen separó ligeramente sus labios en señal de sorpresa.

-¿Ya lo has leído? - Habían pasado apenas diez horas desde que se lo diera en la floristería ¿Eso que notaba era un rubor en las mejillas de Becky? no pensaba que aquella chica pudiera sonrojarse.

- Sí bueno, es que soy bastante rápida - carraspeó - Se me acabó la pintura y no tenía nada que hacer así que lo leí esta tarde. - mintió.

- Oh. Vaya - Freen estaba realmente sorprendida. - Entonces te ha gustado. - levantó una ceja.

- Mucho, sí - Becky no tenía planeado venderse de aquella manera pero tenía algo de incontinencia verbal. Así que ya no podía retirar lo que había dicho - ¿Cómo estás? - preguntó intentando desviar el tema de conversación del libro que había comprado prácticamente a escondidas hacia cualquier otra parte - te has ido muy rápido de la reunión -

-Sí, lo sé - suspiró Freen - estoy bien es sólo que...Necesitaba respirar -

-Respirar es importante - Freen sonrió. -Te lo digo en serio - continuó Becky - Te sorprendería la cantidad de veces que he acabado mareada por olvidarme de respirar. No es tan obvio como la gente cree que es. Es como parpadear, ¿a que ahora no puedes parar de ser consciente de que parpadeas? -

- Totalmente. De hecho no creo que pueda dormir pensando en respirar y en parpadear - dijo Freen. Cualquier otra persona podría haber interpretado aquel comentario como una burla, pero no Becky. Becky no era cualquier persona. Becky rio con ella mostrando sus tres hoyuelos y arrastrando uno de sus pies por encima del asfalto.

Aquello hizo que Freen sintiera un calor en su pecho que hacía mucho que no sentía. Tal vez porque llevaba demasiado tiempo sin sentir que interactuaba con otra persona de forma fluida y natural. Que hacía demasiado tiempo que no conectaba con alguien ¿Estaba conectando con Becky?

-Luego no te sorprendas si te pitan los oídos por la noche. Seré yo respirando y parpadeando, y acordándome de ti sin poder dormir - espera Freen, qué dices.

-Bueno, por ahora me vale que te acuerdes de mí así - pensó Becky aguantando su incontinencia verbal esta vez de manera sorprendente - Te he traído esto - dijo sacando una paquetito hecho de servilletas del interior de su bolso- Como te has ido tan rápido he pensado que igual te apetecen para el camino -

Freen cogió el envoltorio para descubrir un montoncito de las galletas de Charlotte. Sonrió. De pronto tenía hambre y no entendía cómo Becky podía dar en la tecla de cosas que ella ni siquiera sabía que le ocurrían.

-Becky...- levantó la vista para volver a encontrarse con sus ojos marrones - gracias. No tenías por qué molestarte -

-No es molestia - Se quedaron unos segundos en silencio. La conversación parecía haber terminado y sin embargo ninguna de las dos hacía amago de moverse de su sitio.

-Bueno, creo que debería irme a casa -

- ¿Te gustaría venir a ayudarme en la floristería? - la interrumpió Becky de pronto. Otra vez la maldita incontinencia.

- Perdona, ¿Cómo dices?¿la floristería?-

- Sí, bueno, quiero decir, si quieres. Todavía no voy a abrirla, necesito mover las cosas y pintar varias humedades y todo eso - dijo Becky. Por primera vez desde que había hablado con ella aquella mañana, la chica parecía nerviosa.

- Oh. Pues no sé. Tengo que pasar por la librería y ocuparme de algunos asuntos mañana - Freen eres una cobarde qué estás diciendo por qué le pones excusas.

-Ah vale, no te preocupes no pasa nada. Era por si te apetecía estar por allí. Patty me dijo que te gustaba mucho el sitio - mintió de nuevo. Patty no le había dicho nada, pero Becky ya estaba totalmente desbocada; como una máquina expendedora de mentiras.

-Sí, si me encanta. Es, ya sabes, que no creo que pueda. Pero gracias por la invitación. ¿Tal vez otro día? - preguntó Freen sintiéndose otra vez desconectada del universo. Había sido bonito mientras duró.

-Claro, por supuesto. No pasa nada- Dijo Becky empezando a alejarse caminando de espaldas. - Ya sabes dónde encontrarme. - Sonrió y metió sus manos en los bolsillos traseros de su pantalón mientras se daba la vuelta y empezaba a caminar por la calle. - Buenas noches, Freen -

Freen se quedó con la palabra en la boca sin saber muy bien si debía añadir algo más a ese final terrible de conversación del que había sido cien por cien responsable. Se quedó mirando cómo Becky caminaba a lo lejos aún con las manos en sus bolsillos sin entender por qué aquella chica le resultaba tan familiar incluso de espaldas.

-No pasa nada - repitió Becky por lo bajo mientras emprendía su camino a casa negando levemente con la cabeza. Aquello también era mentira. Iba a tener que mentir mucho a partir de ahora. 






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LEJOS  DE  ERIS  • FreenBecky •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora