º12º

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Jungkook

Ya que Jimin había venido, planeaba tomarme un descanso al medio día y salir a almorzar con él, pero me surgió una reunión y tuvo que marcharse.

Nunca en mi vida había estado tan fastidiado como ahora y para mal mío, cuando algo me indispone, se nota. 

Mi mamá suele decir que mi mirada es bastante pesada cuando algo me disgusta y supongo que ese gesto es el que estoy aplicando ahora mientras los ejecutivos expresan sus ideas.

Ann parece darse cuenta y por debajo de la mesa da un ligero golpe en mi pierna con su tacón, viro los ojos sin darle importancia.

—Notarán tu mala disposición —susurra mi amiga tratando de pasar desapercibida.

—Pues que lo hagan, a ver si así acaban con esto de una vez —respondo sin ser cuidadoso con mi tono de voz, sin embargo, parece que nadie más me escuchó. Lástima.

La reunión prosigue durante una hora aproximadamente y cuando acaba, es Ann quien los despide con una sonrisa y diciéndoles que tendremos en cuenta todo lo que sugirieron.

—Fuiste muy mal educado.

—No lo creo, solo me limité a no decir nada.

—Sí y a mirarlos mal.

Suelto el aire retenido y me pongo de pie para dirigirme al gran ventanal. La vista es asombrosa desde aquí y apenas me voy dando cuenta de ese detalle.

—Tal vez si me pasé —admito—. Pero ellos frustraron la cita que quería tener con Jimin.

Oigo el sonido de sus tacones sobre el suelo por lo que deduzco que está acercándose.

—¿Estás muy enamorado, verdad? —dice colocándose junto a mí.

—Lo estoy, Ann.

Se queda en silencio y entonces volteo a mirarla para saber qué es lo que le sucede. Tiene la vista clavada en la ventana, y si no la conociera diría que está sumida admirando el movimiento de la calle y la belleza de los edificios, pero no es así, otra vez está triste. Sus labios tiemblan y sus ojos brillan anunciando lágrimas que no quieren salir.

No lo entiendo, si hace un segundo estaba bien, ¿que cambió ahora? ¿dije algo malo? ¿soy yo quien la pone mal?

Tantas preguntas y ninguna respuesta.

Coloco mis manos en sus hombros y la obligo a voltear. Me mira con la misma melancolía con la que llegó esta mañana y sin poder controlarlo, la primera lágrima cae.

—¿Qué sucede? ¿Dije algo que te incomodó? —me atrevo a preguntar.

—¡No! —se apresura en contestar y enseguida sonríe—. Solo imaginaba lo bonito que debe ser que alguien te quiera tanto como tú lo haces con Jimin.

Así que era eso.

—Estoy seguro que encontrarás a alguien que te ame con la intensidad que mereces, pero para eso primero tendrá que pasar por mi y yo evaluaré si es digno de estar contigo.

—Que tonto —ríe—. ¿Entonces... ya es tu novio?

La pregunta me cae como un balde de agua helada y me siento tan mal por haber olvidado ese detalle. Estaba tan ocupado disfrutando de la cercanía de Jimin que ni siquiera me plantee sobre nuestra situación como pareja.

Para mí no son importantes las etiquetas, me basta con el hecho de saber con que lo que siento es correspondido de la misma forma, pero sé que para Jimin, el hecho de tener un nombre para llamar a lo que tenemos, es importante y es totalmente válido. No voy a imponer mi voluntad con él y además quiero brindarle seguridad así que es fundamental que se defina lo nuestro.

ⲯ﹍му σηℓу ℓσνє // кσσкмιη﹍ⲯDonde viven las historias. Descúbrelo ahora