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Jimin

"El paciente está en coma, en un coma etílico"

Las palabras del médico se repiten en mi cabeza, perturbando mi tranquilidad.

Mi corazón se niega a aceptar aquello que mi mente ya sabe, pero aún así me aferro a la idea de que todo es un mal sueño.

A mi lado, la señora Jeon llora mientras se sostiene en el cuerpo de su marido. Su llanto me desgarra aún más, sufre por mi culpa y Ann, que lo sabe a la perfección, me incrimina con su mirada a una corta distancia.

No la culpo, al igual que para todos, para ella también es un mal momento, sin embargo quisiera que intentara comprenderme. No me ha dejado explicarle nada y ya vamos dos días en la misma situación. Dos días en los que Jungkook no despierta.

El médico dice que el grado de alcohol de lo que se tomó era muy alto para cualquier persona. Con tres copas de la bebida es suficiente para perder el conocimiento y Kook se tomó toda la botella, es decir, como doce copas.

Toda esta situación es una zozobra y me parece irónico que cuando apenas lo conocí, quise alejarme de su lado, mantener mi distancia, para evitar que me hiciera daño, pero fui yo quien terminó lastimándolo.

Cuando despierte, porque tengo la total confianza en que lo hará, quiero abrazarlo y respirar su aroma, me mantengo firme y evito quebrarme solo por eso, pero tengo miedo que Jungkook no quiera verme. Estaría en todo el derecho de rechazarme, pero lo amo y no sé si podría con eso.

Las horas pasan una detrás de otra y ya no recuerdo la última vez que comí, no tengo hambre y además prefiero estar aquí esperando noticias. La que ya no se puede sostener es Sujin, por eso Jeon Seojoon se la lleva, no sin antes pedirme que les informe sobre cualquier novedad que haya en cuanto a la mejoría de su hijo.

Ahora solo somos Ann y yo en la sala de espera, estamos sumidos en un silencio incómodo el cual es roto por ella, pero no para hablarme a mí.

—¡Disculpe! —se levanta dirigiéndose a una enfermera que está pasando—. ¿Hay alguna noticia sobre Jeon Jungkook?

La enfermera revisa su tablero de nombres, y con una mueca niega.

—Lo siento mucho, aún no hay nada nuevo, pero si gusta puede pasar a verlo.

Mis sentidos se despiertan y me pongo de pie, yo también quiero verlo. Desde que se internó no he visto su rostro.

—Sí, quiero ir con él.

—¿Puedo ir yo también? —pregunto esperanzado.

—Solo puede entrar una persona.

Asiento sintiéndome decepcionado y vuelvo a mi asiento mientras Ann y la enfermera desaparecen por el área de cuidados intensivos.

Mis piernas tiemblan y mis pies golpean el piso, estoy ansioso por ver a Jungkook, pero sabía que pedirle a Ann ir primero hubiera sido en vano. Así que aquí estoy, resignado mientras la culpa me pesa como una gran piedra sobre mi espalda.

Minutos más tarde, el silencio en la sala de espera parece aún más opresivo, y ya no puedo soportar la incertidumbre, por eso decido ir en busca de Jungkook, aunque solo pueda verlo desde afuera de su habitación.

Camino siguiendo el recorrido que hizo la enfermera y finalmente llego a mi destino. Hay solo una pequeña ventana, pero es suficiente para poder observar el interior.

Jungkook yace en una cama conectado a un respirador artificial y a otras máquinas de las cuales desconozco sus nombres. También tiene tubos que llevan algunos líquidos a sus venas y se conectan por sus muñecas.

ⲯ﹍му σηℓу ℓσνє // кσσкмιη﹍ⲯDonde viven las historias. Descúbrelo ahora