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Jimin

Mi visión está nublada producto de los besos que Jungkook deja en mi cuello. No tengo ni la menor idea de cómo es que llegamos hasta la habitación, solo soy consciente del bombeo acelerado de mi corazón.

Mis sentidos se agudizan con cada caricia, y un suspiro escapa de mis labios mientras me dejo envolver por la pasión que crece entre nosotros. Ya no tengo puesto mi mono y Jungkook ya no tiene su traje, deben estar tirados por algún rincón. Lo único que nos cubre es la ropa interior que a este punto ya empieza a estorbar.

Las manos fuertes y cálidas de Kook exploran cada rincón de mi piel, generando una corriente eléctrica que me hace estremecer y emitir un jadeo. Me acerco más a él, sintiendo la firmeza de su cuerpo contra el mío, lo necesito. Sus labios que subieron a los míos vuelven a deslizarse por mi cuello, dejando un rastro de besos y mordiscos suaves que hacen que mi respiración se vuelva más agitada. Mis manos se aferran a sus hombros mientras cierro los ojos, entregándome por completo a las sensaciones que me envuelven.

Su voz, suave y ronca, susurra palabras en mi oído, palabras que no logro entender del todo, pero que sirven para elevar la temperatura de la habitación. A medida que la tensión sexual crece, sus manos deciden aventurarse más allá de mis glúteos, rozando mi entrada y explorando con destreza la zona. Siento la necesidad de tenerlo más cerca, de fundirme con él.

—Jungkook... —gimo—. Por favor.

—¿Qué quieres, cariño? —muerde mi hombro—. Dímelo y lo tendrás.

—A ti... te quiero a ti.

Sin previo aviso, me toma entre sus brazos y me lleva hacia la cama, donde nos dejamos caer juntos, él encima de mí, creando un torbellino de sensaciones. La suavidad de las sábanas contrasta con la intensidad del momento. Nos miramos con ojos cargados de deseo y amor, sabiendo que a partir de ahora ya no podemos detenernos.

—¿Estás seguro de esto? —pregunta.

—Totalmente.

Asiente besando mi frente y desliza sus manos hacia el elástico de mi ropa interior, elevo mis caderas para que sea más fácil deshacernos de ella. Enseguida él hace lo mismo con su bóxer y ahora ambos estamos expuestos.

Jungkook me abre las piernas y se cuela entre ellas, con una mano sostiene mis muñecas por encima de mi cabeza y con la otra recorre mi torso hasta llegar a mis muslos, ahí se detiene dando ligeros apretones que me hacen suspirar, luego se adentra poco a poco a mi entrepierna hasta que sus dedos acarician mi entrada.

—Si sientes que algo no va bien solo házmelo saber.

Muevo mi cabeza en señal de afirmación y entonces siento la intromisión de uno de sus dedos dentro de mí. El falange sale y entra repetidas veces, logrando que la habitación sea un mar de gemidos producidos por mi parte. Luego, ese dedo ya no es solo uno, ahora son dos que exploran dentro de mí, con círculos y movimientos que me hacen delirar. Creo que solo con esto podría llegar al orgasmo, pero no es lo que quiero. Necesito que sea Jungkook.

—Kook ...ah... hazme el amor...

A modo de respuesta sonríe e inmediatamente retira sus dedos dejándome una sensación de vacío desagradable, pero cuando veo cómo alinea su miembro para penetrarme, lo único que queda es ansias y deseo.

Mientras entra, muerdo mis labios para aliviar el ligero dolor que me causa su tamaño, podría decirle que pare, pero las ganas son demasiado fuertes como para detenernos.

—Mmgh... —gimo cuando ya está completamente en mi interior.

—Demonios, Jimin, te sientes tan bien —dice Kook con el ceño fruncido.

ⲯ﹍му σηℓу ℓσνє // кσσкмιη﹍ⲯDonde viven las historias. Descúbrelo ahora