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Jimin

Ya pasó una semana desde que Jungkook vino a mi departamento y desde ese entonces no lo he vuelto a ver. Tengo muchos sentimientos encontrados que no entiendo, por eso he evitado ir a su empresa y también he evitado ir a la empresa de mis padres para no cruzarme con él. A las reuniones asignadas solo he mandado a mi asistente, quien se encarga de informarme todo lo acordado. Sé que no voy a poder huir siempre, pero eso será lo que haré hasta que Jungkook exija mi presencia o hasta que mis padres se enteren. De todos modos sigo cumpliendo con mi trabajo, desde la comodidad de mi cama reviso documentos y también sigo preparando el informe de presupuestos.

Con respecto a Eunwoo, él ha venido todas las noches a visitarme y me siento pleno con eso, pero siento como si algo hubiera cambiado entre nosotros, quizás sea porque aún no definimos lo que tenemos.

Escucho la puerta de mi departamento abrirse y frunzo en ceño, nadie tiene la llave además de mí. Inmediatamente cojo las tijeras que están sobre mi tocador y salgo para averiguar de quién se trata. Me estoy muriendo de miedo, pero no lo voy a demostrar porque si se trata de un ladrón eso le dará ventaja.

Las luces están apagadas y camino con cautela hasta llegar al interruptor más cercano, cuando lo enciendo veo la puerta abierta, pero no parece haber nadie. Con mi corazón acelerado a más no poder me atrevo a acercarme y ver si es que afuera hay alguien, es entonces cuando siento unas pisadas detrás de mí. Mi cuerpo se estremece, pero aún tengo las tijeras en mi mano así que cuando siento a la misteriosa persona más cerca de mí, giro con avidez y la apunto con mi "arma".

—¡Park Jimin! —grita mi madre quitándome las tijeras—. ¡¿Pretendías matarme?!

—¡No mamá! —respondo igual de exaltado—. ¡Pensé que eras un ladrón! ¿Cómo se te ocurre entrar de esa forma?

—Yo entro como mejor me parezca, es la casa de mi hijo no de un extraño.

Ruedo los ojos. Al parecer no ha cambiado esa mala costumbre, siempre entraba a mi habitación sin tocar y de hecho esa fue una de las razones por las que decidí independizarme .

—Bien —a pesar de estar incómodo con su actitud no replico, he aprendido que discutir con ella es en vano—. Entonces cuéntame, ¿qué es tan urgente como para que irrumpas en mi departamento?

Camina de una lado a otro haciendo resonar sus tacones, lo hace tan lento que me genera ansiedad.

—Odio ir con rodeos así que te lo diré lentamente —se detiene mirándome a los ojos—. ¿Por qué no estás asistiendo a las reuniones con Jeon Jungkook?

El alma se me cae a los pies, era obvio que ella se iba a enterar. Esta mujer tiene informantes en todos lados.

—Yo...

—No hay una razón suficiente, ¿verdad? —pregunta y solo puedo negar porque sinceramente no la hay, solo es el hecho de no querer ver a Jungkook. Bufa—. Tu comportamiento es tan poco profesional, Jimin, me decepcionas. Estás haciendo quedar mal a la empresa por la que tanto nos hemos esforzado tu padre y yo.

—Lo siento —musito cabizbajo—. En la siguiente reunión me disculparé con el presidente Jeon.

—No hace falta —dice con ligereza. Levanto mi cabeza esperando lo peor, no quiero quedar fuera de este proyecto.

—¿Cómo?

—No hace falta que le pidas disculpas en la siguiente reunión, ya que lo harás hoy en la cena que ustedes dos tendrán.

Mis ojos se abren tanto que por un momento llego a creer que se van a salir. Mi madre no me puede estar haciendo esto, ¡qué vergüenza!, ¡¿cómo se supone que me voy a encontrar a solas con Jungkook?!

—¿Dónde? —me atrevo a preguntar con el miedo latente.

—En su casa —sonríe. Por todos los dioses del mundo que pecado estoy pagando, esto es demasiado para mí—.Tienes una hora para estar ahí —textea algo en su móvil—. Te acabo de pasar la dirección, buena suerte hijito —deja una caricia en mi mejilla derecha y sale del departamento cerrando de golpe.

¿Y ahora qué hago?

Jungkook

Cuando esta tarde Park Hana se contactó conmigo, no me imaginé que sería para pedir que me juntara esta noche con su hijo. Ella dijo que Jimin estaba avergonzado por haber faltado a todas las reuniones. Sé que eso es una completa mentira, solo es el afán de esa señora por hacer que su empresa quede bien.

En otras circunstancias no hubiera aceptado la dichosa cena, pero al tratarse de Jimin no pude negarme. No lo he visto por varios días y tengo una extraña necesidad de saber de él, así que usando a favor la idea de Hana pedí que la cena sea en mi casa.

Ya tengo todo listo, la comida, el vino que beberemos e incluso yo estoy listo.

Como se supone que esta cena es de algún modo por temas laborales me puse un pantalón sastre negro y solo una camisa blanca. Soy bastante atractivo, no necesito más.

Ya son las ocho y el timbre del elevador suena anunciando la llegada de alguien. No me sorprende que el portero no me haya notificado nada, ya que le dejé claras instrucciones de que si me buscaba un rubio atractivo solo lo dejara pasar.

Dejo el libro que estaba "leyendo" y me acerco hasta Jimin, quien parece no querer moverse de su lugar.

—Estás aquí.

—Buenas noches, presidente —hace una reverencia. Él también va vestido formal, tiene puesto un conjunto parecido al rojo vino que se puso en la cena en casa de sus padres, solo que este es negro—. Siento mucho mis inasistencias a las reuniones, no me encontraba bien.

—Mientes —digo haciendo que ladee la cabeza con confusión—. Solo no querías verme, Jimin.

—Tiene razón —admite—. No quería verlo, pero es inevitable hacerlo supongo.

—Si es tan desagradable mi presencia para ti, podemos cancelar el proyecto, aún no se ha avanzado mucho.

—¡Está bromeando! Mi empresa ha invertido mucho dinero hasta ahora y ni hablar de mis esfuerzos, no voy a perder este proyecto por temas personales.

—Así que temas personales, ¿cuáles son?

—Su arrogancia —no duda ni un segundo en responder—. Y sobre todo, sus cambios de actitud.

—Entonces dices que soy bipolar.

—No, pero si tiene dudas debería ver a un psicólogo.

El chico que estoy viendo frente a mí es muy diferente al que conocí en un inicio, no queda nada del Jimin tímido y me encanta.

Es aburrido cuando se someten, en cambio, si saben defenderse, nunca se sabe que esperar y eso jodidamente atractivo en una persona.

—Lo tomaré en cuenta —me pego más a él, dejando casi nada de espacio entre nuestros cuerpos.

Jimin se tensa pero no se aparta, al contrario, acorta todo el espacio y susurra cerca de mis labios.

—¿Cenamos? 

ⲯ﹍му σηℓу ℓσνє // кσσкмιη﹍ⲯDonde viven las historias. Descúbrelo ahora