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Jimin

Necesito encontrar a Jungkook. Ya han pasado horas desde que intenté contactarlo y sigo sin respuesta.

La ansiedad y la desesperación me consumen, presiento que algo no anda bien y ¡demonios! sé que es mi culpa.

Cuando Mike, el portero, subió hasta mi piso para decirme que Jungkook había estado aquí, supe que la había arruinado. Era obvio que vio a Eunwoo aquí, exactamente el momento en que intentó besarme, pero si Jungkook se hubiera quedado unos segundos más hubiera comprendido la situación.

Jamás dejaría que alguien que no sea él me besara, y sí, soy consciente que dejar que mi ex invadiera mi espacio personal era una mala idea, soy culpable de ello, pero lo aparté y lo eché de mi morada.

La primera vez que llamé, Jungkook no quiso escucharme, la segunda no contestó y las siguientes tuvieron la misma suerte.

Ya es tarde, casi las 8 p.m. Toda la tarde me pasé debatiendo sobre si ir a su departamento o ir a su empresa, pero por algún motivo no me atreví a ir a ningún lugar.

Quizás temo ser rechazado y en parte, me lo merecería.

¡¿Pero qué rayos pensaba para invitar a Eunwoo a venir?!

Tengo que solucionar esto de alguna forma, pero por si con este problema no es suficiente, como cereza del pastel está la pérdida de mi anillo.

Jungkook es comprensivo, pero con todo esto junto no sé si podría perdonarme. Lo que me dio fue un anillo de promesa, significa un compromiso a la larga y el hecho de que ya no lo tenga conmigo, puede interpretarse como que no quiero nada a futuro con él. Pero si lo quiero, absolutamente todo y ahora me siento tan mal.

Con un bufido cojo las llaves de mi coche y me voy al departamento de Kook. Necesitamos hablar y ya retrase mucho aquella charla pendiente.

Mientras las cuadras se reducen camino al edificio puedo oír el ruido fastidioso de las sirenas, y finalmente al estar ahí, compruebo que ese ruido proviene de una ambulancia. Hay gente amontonada alrededor y los paramédicos entran a toda velocidad.

No quiero alarmarme, pero el golpe que siento en mi pecho no me deja no hacerlo.

Salgo de mi coche de prisa, ni siquiera me importa aparcar bien o asegurar el automóvil, lo único que quiero es llegar y saber que es lo que sucede, esperando que no se trate de mi Kook.

—¿Qué ha sucedido? —pregunto a la señora que se encuentra más cerca de la ambulancia.

—Al parecer, se trata de...

La mujer sigue hablando, pero ya no logro oirla porque para mí todo se congela en el momento en que Jungkook sale del edificio en una camilla, conectado a un respirador artificial y al parecer, inconsciente. Atrás de la camilla los paramédicos corren e incluso Ann se encuentra ahí.

Con miedo me abro paso entre las personas, sintiendo como el mundo a mi alrededor se desvanece.

—¡Es mi novio, quiero ir con él! —musito con lágrimas en los ojos.

—No es posible, solo va una persona en la ambulancia además del paciente y la señorita nos acompañará —dice uno de los paramédicos señalando a Ann.

Ella está llorando y no le importa mi presencia, sin embargo necesito que me escuche, debo ser yo quien vaya con Jungkook.

—Ann, déjame ir con él —pido con ojos suplicantes, pero ella ni siquiera me mira.

—No, Jimin, iré yo.

Dicho eso se sube a la ambulancia y esta emprende marcha al hospital.

No esperaba esa respuesta por parte de ella, de hecho su actitud me desencaja, pero no tengo tiempo que perder meditando en lo que le ocurre, así que vuelvo a mi coche y sigo la ambulancia por las calles, tratando de mantener la calma aunque la angustia me abrace con fuerza.

ⲯ﹍му σηℓу ℓσνє // кσσкмιη﹍ⲯDonde viven las historias. Descúbrelo ahora