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º34º

Jimin

Al día siguiente, después del cumpleaños de Jungkook, fuimos al registro y nos dieron la fecha para nuestra boda. Una semana, solo ese era el tiempo que debíamos esperar.

Bueno, ya han transcurrido cinco días, es decir, pasado mañana me caso.

Los testigos serán mi mejor amigo, Taehyung y la mejor amiga de Kook, Ann. No sé si ella podrá con esto, ¿habrá superado su enamoramiento por mi novio?

El timbre de mi departamento suena interrumpiendo mis pensamientos, así que suelto el plumero con el que desempolvaba mis ventanas y voy a la puerta.

Al abrirla la figura de mi novio aparece haciéndome sonreír como cada vez que lo veo y sin pensarlo me lanzo a sus brazos. Me sujeta con fuerza y deja un beso sobre mis cabellos. Al separarnos noto su rostro cansado, incluso creo que tiene ojeras.

—Hola, labios de seda —sonríe a medias.

—Hola, Kook, ¿por qué no abriste con tu llave?

—La olvidé —se encoge de hombros—. ¿Te desperté? Aún es temprano

Niego y lo tomo de la mano haciendo que entre al departamento.

—Me levanté temprano para hacer la limpieza.

—Oh, ya veo.

Algo no anda bien y temo preguntar. Quisiera que Kook me lo dijera por cuenta propia, qué es lo que lo tiene así, porque normalmente mi novio es el más cariñoso del mundo y ahora a penas me ha tocado.

—¿Quieres un café? —ofrezco—. Acabo de prepararlo.

—Claro.

Asiento y voy a la cocina mientras él va hacía la sala y se sienta en uno de los sofás. Ya con el café en mano voy junto a él y tomo ubicación a su lado.

—Ten —le extiendo la taza.

—Gracias —lo recibe y lo prueba—. Está delicioso, labios de seda, como siempre.

Mientras bebe el café se limita a no hablar, pero sus ojos divagan poniéndome más ansioso de lo que ya estoy. Entonces cuando termina de tomar, sé que debo enfrentarlo.

—¿Qué sucede? —pregunto.

Sus ojos viajan hasta los míos y sus manos sujetan las mías.

—Te amo, ¿lo sabes, verdad?

—Lo sé, yo también te amo mucho, por eso quisiera saber que es lo que te tiene así.

—Cuando me presentaste como tu novio a tu mamá y no me aceptó, creí que solo era porque le tenía un cariño especial a Eunwoo, pero tras ver su actitud en mi cumpleaños, ya no estuve seguro.

—Oh... —el temor vuelve a mí—. Entonces tú... ¿ya no quieres casarte?

Que lo nuestro no se arruine por favor.

—No es eso, amor, claro que me quiero casar contigo, pero hay algo que debes saber.

—Okey, dilo entonces.

—Contraté a alguien para que averiguara los vínculos entre tu mamá y los Cha, además de seguirlos.

—¡¿Por qué?!

—Algo no estaba claro, pero cuando recibí esto —saca un sobre de su saco—. Lo entendí todo.

—¿Qué es?

—Pruebas, fotos de reuniones y correos electrónicos donde tu mamá y el papá de Eunwoo, Cha Haesung... —suspira—. Ellos tenían un acuerdo, unir sus empresas, pero eso solo se podía concretar si Eunwoo y tú se casaban, ya que tu padre no quería alianzas de ningún tipo con Hill Group, pues después del último programa que sacaron juntos se descubrió malversaciones de fondos por parte de los Cha.

Mi mente es un caos, pienso en las palabras de Jungkook y por ningún lado le encuentro forma, ¿por qué mi mamá trataría de vincularse a una empresa corrupta? Y más aún, ¿por qué le daría la contra a papá? No tiene sentido.

—No, no puede ser —parpadeo varias veces sin poder asimilar nada—. ¿Qué gana ella con todo eso? Solo estaría perjudicando a nuestra empresa.

—Amor, debes ser muy fuerte para lo que te tengo que decir, ¿está bien?

—Sí —digo con la voz rota y en respuesta él refuerza su agarre en mis manos.

—Cha Haesung le ofreció una gran cantidad de dinero a Hana solo por convencerte de casarte con Eunwoo, y le ofreció otra gran cantidad para que la alianza se diera. Eunwoo siempre estuvo al tanto de todo y estuvo de acuerdo, y si se acercó a tí fue solo por ese interés.

Mis ojos se aguan en el momento exacto en que Jungkook termina de hablar. Mi corazón se siente herido y roto, cómo se supone que voy a superar que la mujer que me dio la vida me usó todo este tiempo solo por dinero.

Siempre supe que a mamá le encantaban las riquezas, ¿pero tenía que llegar a este punto? ¡Joder, no le hacía falta nada! Papá siempre se encargó de darle todo lo que ella quería, sin embargo no le importó traicionar su confianza y la mía.

¿Acaso nunca nos amó? ¿Qué tan poco valemos para que nos trate de esta forma?

Y Eunwoo, la persona que amé por años, él también se prestó para esto y lo odio por eso, pero su traición no duele tanto como la de Hana.

Las lágrimas son tantas que siento que me pueden ahogar, pero gracias al cielo tengo a Jungkook a mi lado, quien me abraza lo más fuerte que puede aliviando aunque sea un poquito el peso de mi corazón.

—¡Mi mamá, Kook, ella me usó! —lloro contra su hombro—. No le importó lo que yo sentía cuando me obligaba a separarme de ti. ¡Hizo todo para su beneficio propio!

Jungkook me sostiene con firmeza mientras dejo salir todo lo que siento. Puedo sentir su corazón latiendo contra el mío y eso me reconforta un poco más.

—Lo siento tanto, Jimin —susurra, su voz llena de compasión.

—¿Por qué, Kook? ¿Por qué tendría que pasar por esto? —pregunto entre sollozos, con mi voz apenas audible.

—No lo sé, amor. Tampoco vale la pena que nos comamos la cabeza por las acciones de otras personas. Lo importante ahora es que no estás solo. Yo voy a estar siempre para ti, Seojoon también, Taehyung y mis padres, que te aman más que a mí.

Sonrió entre lágrimas, es que sus palabras son como un bálsamo para mi alma herida. A pesar del dolor y la decepción, sé que tengo a personas a las que sí les importo yo y mi bienestar y con eso basta.

Poco a poco voy dejando de llorar hasta que finalmente me calmo por completo. No es que la herida ya esté cerrada, sé que va a tardar en recuperarse, pero también sé que estaré bien.

—Gracias por estar aquí —murmuro, aferrándome a su cuerpo.

Él me abraza aún más fuerte, como si quisiera protegerme de todo el dolor del mundo.

—Siempre, mi amor, siempre vas a contar conmigo.