º27º

285 37 11
                                    

 Jungkook

De todas las personas que pudieron aparecer, ¿por qué tenía que ser mi madre? Ella sabe que soy bastante activo sexualmente, pero tampoco quiero que me encuentre con cara de que lo acabo de hacer.

—¿No me dejas pasar? Quiero ver a Jiminnie, Ann dijo que estaba aquí —me hace a un lado y entra.

—Para que preguntas si de todos modos ibas a pasar —digo entre dientes cerrando la puerta detrás de ella.

—¡Jiminnie! —mi mamá abraza a mi novio como si de un oso de peluche se tratara.

Mi chico solo sonríe y corresponde al abrazo con cortesía aunque ya le esté faltando la respiración. Con su mirada me pide auxilio entonces tomo a mi madre de los hombros y la separo del pequeño cuerpo de Jimin.

—¿Qué te trae por aquí? —le pregunto.

—Nada en particular, cariño, solo quería visitarte y ver como estabas, bastante bien, ¿verdad? —pregunta con una sonrisa pícara.

Mi pulso se acelera y los colores suben a mi rostro, supongo que mi mamá ya se dio cuenta de lo que estaba pasando. Jimin no está muy diferente a mí, tiene las mejillas coloradas y los ojos puestos en cualquier parte menos en mi mamá.

—Claro, con tus atenciones me recuperé pronto —cambio de tema esperando que ella también lo haga.

—Sí, y antes que llegara, ¿qué hacían? Algo muy importante me imagino, pusieron seguro a la puerta.

—Solo hablábamos del evento, al llegar a la oficina yo debí poner el seguro sin darme cuenta —Jimin habla con timidez.

Mi mamá asiente fingiendo que se cree el cuento que ambos decimos, pero la conozco y sé perfectamente que no es así.

Jimin 

Sujin intercala su mirada entre su hijo y yo, me pone nervioso la forma en que nos analiza solo para terminar sonriendo. Lo bueno es que no permanece mucho tiempo junto a nosotros ya que después de hacernos unas cuantas preguntas sobre nuestra relación y felicitarnos por haber arreglado todo, se marcha diciendo que debe llegar a una reunión a tiempo. Cierto o no, me alivia que se vaya, por supuesto que me cae bien, pero ya no puedo seguir ocultando la vergüenza.

Apenas la puerta es cerrada, me permito soltar todo el aire que llevaba reteniendo y me dejo caer sobre un sillón. Jungkook se sienta frente a mí y toma mis manos para masajear el dorso de estás con sus suaves dedos.

—Lo siento, le gusta cuestionar todo.

Lo miro comprensivo y sonrío.

—Está bien, no pasa nada. ¿Crees que se haya dado cuenta?

—¿De qué?

—De lo que hacíamos...

Jungkook se ríe y me atrae hacia su cuerpo hasta que caigo sentado sobre sus piernas.

—No lo creo.

—Bueno, es un alivio.

Se supone que él conoce a su madre y si dice que Sujin no se dió cuenta de nada, pues así es. Eso me deja más tranquilo.

Suspiro y me recuesto sobre el hombro de Kook mientras él me envuelve con sus brazos, a su lado soy tan pequeño que cada que me abraza me siento protegido y seguro.

¿Qué hubiera hecho si Jungkook no me perdonaba? ¿Cómo habría podido llenar ese vacío tan grande en mi pecho? La idea de perderlo, de no tenerlo nunca más en mi vida me resultaba aterradora.

ⲯ﹍му σηℓу ℓσνє // кσσкмιη﹍ⲯDonde viven las historias. Descúbrelo ahora