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Jimin

Cuando Jungkook me invitó a salir no tenía muchas expectativas, estaba desanimado y demasiado triste como para imaginar algo sobre esta cita, sin embargo al llegar al lugar, las mariposas que creí que habían desaparecido, volvieron a revolotear en mi estómago.

Se trata de un restaurante bastante lujoso que fue cerrado solo para nosotros, no quiero ni pensar en la cantidad de dinero que Jungkook tuvo que pagar por esto. 

Cada mesa del restaurante tiene un mantel crema de seda y hay un arreglo mediano de rosas junto a un par de velas que iluminan el ambiente. Luego está nuestra mesa, que está perfectamente ubicada al centro de las otras. El mantel también es crema, pero los bordes de este son dorados, el arreglo es mucho más grande. Las velas son más pequeñas pero muchas más y llegan al punto de bordear todo el arreglo floral.

Me encanta.

No tengo palabras para describir cómo me estoy sintiendo, creo que tengo sentimientos encontrados, un debate interno entre seguir recordando que formalmente no soy nada para Jungkook o dejarme llevar y disfrutar el momento.

—¿Te gusta? —pregunta el pelinegro sentado frente a mí—. Desde que llegamos no has dicho ni una sola palabra.

—Me gusta —confieso con sinceridad—. Solo estaba admirando lo pulcro que se encuentra todo.

—Bien, pero te siento distante —toma mi mano derecha por sobre la mesa—. ¿Es por lo que pasó con tu amigo?

Quiero negar, pero mentir nunca se me ha dado bien y termino asintiendo.

—Es solo que lo que dijo Tae en parte es cierto —la voz se me entrecorta y sé que si sigo hablando voy a llorar, pero ahora no puedo detenerme—. Me besas y actuamos como una pareja cuando en realidad no lo somos —cae la primera lágrima—. Yo te quiero y tú dices quererme, ¿entonces porqué no hemos definido esto?

Cuando termino de hablar mis ojos están totalmente empañados y no puedo parar de lagrimear, esto es tan vergonzoso que intentó cubrir mi rostro con mis manos, pero Jungkook, que en algún momento se levantó de su silla y vino hasta mí, me detiene y poniéndose de cuclillas para así quedar casi a mi altura, me abraza.

—Por favor no llores, cariño, no me daba cuenta de lo mal que te hacía sentir —mientras habla mi corazón se oprime y mis labios tiemblan ante la incertidumbre de no saber qué es lo que va a continuar después de esta escena que estoy armando—. Te quiero, por supuesto que lo hago y es por eso que hoy estamos aquí.

Me aparto ligeramente de su cuerpo para poder mirarlo, no entiendo muy bien a qué es lo que se refiere con lo último que dijo, pero cuando de uno de los bolsillos de su pantalón saca un caja gris pequeña de terciopelo mi cerebro va atando cabos y mi corazón se va acelerando.

—¿Qué es eso?

—Esto es un indicativo material de cuán importante eres para mí, Jimin —abre la caja en la cual hay un anillo— Es un anillo de promesa, significa amor puro, entrega y fidelidad, y hoy te lo quiero entregar, pero antes debo hacer la pregunta —sonríe—. ¿Quieres ser mi novio, labios de seda?

Las lágrimas vuelven a mi ojos, pero esta vez de felicidad. Nunca hubiera imaginado que Jungkook sería capaz de planear todo esto solo para pedirme ser su novio, es lo más lindo que alguien ha hecho por mí y no puedo estar más feliz, más enamorado de la persona que tengo enfrente.

Cada detalle de esta sorpresa, desde la decoración hasta la suave música instrumental que suena de fondo, es perfecto, pero lo que hace aún más especial este momento es la expresión de mi chico, porque por fuera se ve tranquilo, pero sus ojos lo delatan, ellos brillan con ternura y con vulnerabilidad esperando una respuesta.

ⲯ﹍му σηℓу ℓσνє // кσσкмιη﹍ⲯDonde viven las historias. Descúbrelo ahora