º30º

258 33 3
                                    

Jimin

Nunca me voy a cansar de despertar entre los brazos de Jungkook. Escuchar su respiración mientras duerme es de las cosas más relajantes y reconfortantes que existen en mi vida. Quizás es egoísta por mi parte, pero quisiera detener el tiempo justo ahora para poder quedarme así con el chico que amo.

Me acurruco mucho más contra su cuerpo y paso una de mis piernas por su encima para así disfrutar mucho más antes de que lo inevitable suceda. Es así que solo dos minutos después la alarma suena despertando a mi conejo grande.

Jungkook abre sus ojos lentamente y al verme observándolo, sonríe.

—Buenos días, labios de seda —murmura con una voz ronca que es capaz de erizarme los vellos del cuerpo.

—Buenos días, Jungkookie —saludo y sin poder resistirme, planto un beso sobre sus labios, beso que es bien recibido por parte de él.

—Alguien amaneció muy cariñoso, me encanta.

Oculto mi cara en su cuello y Jungkook solo se ríe, abrazándome mucho más fuerte que antes. Así nos quedamos durante un tiempo, hasta que él se levanta.

—Me tengo que ir —dice acariciando mi rostro.

—No quiero —me oculto bajo las sábanas para que así no pueda despedirse de mí.

—Mi amor, sabes que tengo que ir a trabajar.

Suspiro resignado y me obligo a salir de la cama quedando frente a él. Una vez ahí, con mis brazos rodeo su torso desnudo.

—Al menos quédate a desayunar, ¿sí? Prometo preparar algo rico.

—Está bien, mi amor.

—¡Bien! —lo beso poniéndome de puntillas—. Mientras cocino puedes bañarte, la ropa que trajiste está en el segundo cajón del lado derecho del closet.

Hace unas semanas Jungkook dejó ropa aquí para cuando se quedara, y yo hice lo mismo en su departamento. Así no pasamos aprietos después.

—Como ordene, mi lindo novio.

Con una sonrisa y un último beso salgo de la habitación. Me dirijo a la cocina y al llegar estoy completamente perdido.

Digamos que la gastronomía no es lo mío, y por ende lo único que sé preparar más o menos bien son los huevos revueltos, pero no puedo solo darle eso a Kook.

No debí decir que prepararía algo rico cuando no sé cocinar, ¡yo y mi bocota!

Me quedo inmóvil sin saber que hacer hasta que una idea se cruza por mi cabeza. Entonces cojo mis llaves y sin hacer mucho ruido salgo de casa, solo espero que Jungkook se demore un poco más.

Hace una semana aproximadamente abrieron una cafetería al lado de donde vivo y las pocas veces que he pasado por ahí, la comida olía deliciosa así que le daré una oportunidad.

Una vez en la cafetería, ordeno dos porciones de tostadas francesas, jugo de naranja natural y huevos Benedict. Con mi compra hecha vuelvo a casa y para suerte mía, Jungkook aún sigue en la ducha.

Ordeno todo sobre la mesa tan rápido como puedo y oculto las bolsas para no ser descubierto.

Al poco tiempo mi novio sale perfectamente arreglado y juro que me roba un suspiro de lo guapo que se ve.

—Que apuesto, señor Jeon.

—Muchas gracias, futuro señor de Jeon —me abraza.

—¿Cómo dijiste?

—Nada —se encoge de hombros y se sienta en su lugar de la mesa.

Dejo pasar el comentario y me siento frente a él. Comienzo a servir la comida en platos bajo la atenta mirada de Jungkook.

—Ojalá te guste —le tiendo el plato.

—Seguro que sí —lo recibe y le da un bocado a las tostadas—. ¡Amor, esto está delicioso!

—¿En serio?

—Sí, incluso creo que cocinas mejor que yo y vaya que a mí se me da bien.

—Qué dices —río nervioso. Quizás debería decirle la verdad—. Kook...

—¿Sí? —pregunta aún concentrado en su plato.

—No quería decepcionarte, así que–

Dos golpes en la puerta.

Ambos giramos nuestras cabezas hacia el pedazo de madera. No espero a nadie, que raro...

Me levanto y abro la puerta pensando que quizás es el portero, pero no.

—¿Qué demonios haces aquí?

—También me alegra verte, Jimin —Eunwoo me hace a un costado y se mete a mi departamento—. Vengo en son de paz así que puedes bajar la guardia.

—No me interesa con qué intenciones vienes, solo quiero que te vayas.

—Creo que ser tu ex novio me da un poquito de exclusividad, ¿por qué me tratas así? —se acerca a mí y toma mi rostro entre sus manos.

Estoy a punto de darle un rodillazo donde la luz del sol no llega, pero la voz de Jungkook lo aleja sin más.

—Quita tus manos de mi novio.

—Pero mira nada más quién está aquí —Eunwoo se gira hacia Kook—. ¿Ya viven juntos o qué? A tu madre no le hará mucha gracia, Jimin.

—Lárgate, ahora mismo —digo entre dientes con la paciencia a punto de colapsar.

—Me iré, pero no sin antes darte esto —me extiende un sobre, el cual recibo sin querer—. Ojalá después de ver esto se te abran los ojos y sepas quien es Jeon Jungkook.

Sin decir más sale de mi casa dejándome atónito con una supuesta verdad en mis manos.

ººº

Capítulo súper chiquito, perdón :(

ⲯ﹍му σηℓу ℓσνє // кσσкмιη﹍ⲯDonde viven las historias. Descúbrelo ahora