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Jungkook

Nada está bien y no puedo quejarme, si yo hubiera visto algo comprometedor como lo que vio Jimin, quizás mi reacción hubiera sido la misma, no lo sé.

En este momento estoy demasiado frustrado, debí haber apartado una vez más a Camilla, de todos modos la chica es muy persistente y se hubiera vuelto a pegar a mí.

-Pasemos un buen rato -sugirió ella enroscando sus brazos en mi nuca-. Como antes.

-Paso, no me interesa -respondí safándome de su agarre, pero no duró mucho porque se volvió a sujetar.

-Ay Jungkook, ¿desde cuándo eres tan amargado? Deja que te ayude a relajarte, recuerdo lo mucho que te gustaba tenerme a tu merced.

-Dije que no me interesa -la aparté una vez más.

-Bien, si no quieres eso simplemente vayamos a mi departamento por un café y conversemos.

-Ajá, ¿puedo llevar a mi novio? él ama el café.

Su rostro se endureció por una corta fracción de segundos y luego volvió a su gesto altivo de siempre, y por supuesto, se volvió a colgar de mi cuello. En ese momento quería empujarla para que me dejara libre de una vez, pero si lo hacía se iba a lastimar, y aunque se comporte como una zorra, no deja de ser mujer.

-No tienes novio, ese no es tu estilo -acercó su rostro más hacia el mío y cuando quise hacer algo para impedir que continuará ese jueguito apareció Jimin y todo se arruinó.

No sé como pedir que me perdone, fue mi error no ponerle límites a la francesa y me arrepiento de ello cada segundo que pasa.

Jimin se acuesta de lado, dándome la espalda y ese acto me mata, porque lo único que quiero es abrazarlo como cada día y ya no puedo. Entonces me acuesto también y me obligo a mantener la distancia, es verano, pero esta cama se siente tan fría.

-¿Estamos bien? -me atrevo a preguntar, aunque ya conozco la respuesta.

-Sí -responde.

Su respuesta debería tranquilizarme, sin embargo no lo hace porque está mintiendo, ya que si de verdad estuviéramos bien yo estaría arrullándolo hasta quedarnos dormidos.

Nadie lo sabe, pero en la vida me asustan muchas cosas. Le temo a las abejas, a las tormentas, a no ser un buen sucesor de mi papá, etc. Pero nada de eso me asusta más que la idea de perder a Jimin.

Al cabo de unos minutos su respiración se torna lenta, ya se durmió mientras que a mí, los pensamientos me siguen martillando la cabeza. Sé que no voy a lograr conciliar el sueño así que me levanto de la cama, me visto y salgo del hotel sin un destino fijo.

Camino y camino hasta que me doy cuenta de lo cerca que estoy del departamento de Camilla, entonces la rabia me consume al saber que ella puede estar tan tranquila durmiendo después de haber provocado un problema entre mi chico y yo.

Sin dudarlo avanzo a pasos firmes hasta llegar al edificio, el portero ya me conoce por las anteriores veces que estuve aquí así que me deja pasar sin ningún problema. Cuando llego a mi destino toco la puerta incansablemente hasta que esta finalmente se abre.

Ahí está Camilla con su ceño totalmente fruncido, el cual cambia por una sonrisa cuando ve que se trata de mí. Avanzo al interior del departamento, ella cierra la puerta y enseguida viene a por mi, se engancha de mi cuello de la misma forma en que lo hizo horas atrás, pero esta vez es apartada con fuerza, tanta que su espalda termina golpeándose con un estante decorativo.

-¿Tú nuevo fetiche es lastimar a tus amantes? -pregunta coqueta mientras deja caer la bata que trae puesta quedándose solo en ropa interior-. Pues bien, me gusta la idea-. Camina otra vez hacia mí, pero mis manos son más rápidas cogiéndola por los hombros y pegándola con enojo hacia la pared más cercana.

ⲯ﹍му σηℓу ℓσνє // кσσкмιη﹍ⲯDonde viven las historias. Descúbrelo ahora