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Jungkook

—No me digas que no, porque no te voy a hacer caso.

—Ya lo sé, mamá, eres tan necia. No sé como papá te soporta —bromeo.

—Ni yo mismo lo sé —responde mi padre y termina ganándose un golpe por parte de mi mamá.

—Ya cállense y sigan comiendo mejor —nos reprende—. Continuando con el tema de tu cumpleaños, hijo, pienso que debemos hacer una gran fiesta.

—Estoy de acuerdo —digo mientras corto un pedazo de carne.

—¿En serio? —habla papá—. Nunca te gustó ese tipo de celebraciones.

—No hagas que se arrepienta, Seojoon, pareces mi hater y no mi esposo.

—¡¿Parezco tu qué?!

—Mi hater, es un término usado por... no lo entenderías.

—Ay mujer, cada vez estás más loca.

—Pues así me amas.

—No digo lo contrario.

Viro mis ojos cuando mi padre se inclina a besar los labios de mi madre. Es tan raro cuando eso sucede.

—Bueno ya —doy dos golpes suaves a la mesa haciendo que se separen—. Concéntrese en mí, gracias.

—Perdón —susurra mi mamá con las mejillas coloradas.

Asiento y suspiro listo para continuar. Lo que quiero decirles es algo muy importante para mí y necesito la comprensión de mis progenitores. Pienso que se lo van a tomar bien ya que aman a Jimin, así que no debería preocuparme.

—Acepto que hagas una fiesta —mi mamá sonríe—. Pero no quiero nada grande —su sonrisa se borra.

—Pero... —intenta protestar.

—Debe ser algo más...íntimo. Que solo haya familia y amigos muy cercanos, ah y la familia y amigos de Jimin, por supuesto.

Mi papá suelta sus cubiertos y me mira a los ojos, al parecer está atando cabos. Mi mamá, bueno ella está murmurando cosas en contra de mí y como obstaculicé sus planes.

—Jeon Jungkook.

—¿Sí, Jeon Seojoon?

—¿Qué planeas?

—Ya lo sabes, papá.

—No entiendo —habla mi mamá.

—Sujin, nuestro hijo va a pedir la mano de Jimin.

La mirada de mi madre se alterna entre papá y yo. Ella nos observa como esperando que en algún momento digamos que es una broma o algo parecido, pero al no obtener nada, sus ojos se humedecen.

Admito que me preocupa su reacción, después de todo es mi madre y por supuesto que su opinión es muy importante para mí. Que se ponga a llorar no es un muy buen augurio.

—¿Es cierto? —pregunta con un hilo de voz aún sollozando.

—Sí...

Su puesto es la mesa está frente al mío, pero eso no es impedimento para que de un momento a otro ella cruce ese espacio y me abrace con fuerza.

—¡Mi bebé se va a casar! —hipa—. ¿Puedes creer eso Seojoon? Mi hijito chiquito va a formar su propio hogar.

—Sí mujer, cálmate.

—Mamá, me estás apretando demasiado —digo con el rostro rojo debido a la falta de circulación.

Ella me suelta y suspira dejando de llorar, vuelve a su asiento y por encima de la mesa me toma de la mano. Ahora sé que no le molesta que vaya a pedir la mano de Jimin, su llanto solo fue una reacción natural de madre.

ⲯ﹍му σηℓу ℓσνє // кσσкмιη﹍ⲯDonde viven las historias. Descúbrelo ahora