º15º

420 62 10
                                    

Jimin

La semana se pasa volando y es así que ahora Kook y yo nos encontramos en el aeropuerto, subiendo al avión listos para nuestra aventura en Francia. En un principio solo acordamos viajar por unos dos o tres días para así no descuidar nuestras labores, pero luego él me convenció de que todo iría bien y que no pasaría nada si nos quedábamos una semana completa.

Los boletos fueron algo costosos ya que compramos los de primera clase y a parte de los nuestros, compramos otros dos boletos más porque Jungkook no quería que nadie se sentara junto a nosotros.

El viaje transcurre sin ningún percance y luego de unas extensas horas de vuelo, el aeropuerto Charles de Gaulle nos recibe ¡Por fin estamos en piso parisino!

Después de recoger nuestras maletas, varias por cierto, nos dirigimos hacia el hotel que Kook reservó justo en el corazón de París.

Por la ventana del taxi en el que estamos se visualiza la Torre Eiffel asomándose entre los edificios, majestuosa y emblemática. Las calles de la ciudad también son igual de hermosas y ni qué decir de la arquitectura. Mis ojos brillan ante semejantes imágenes. Todo es perfecto, el ambiente, la vista y por supuesto, la compañía.

Cuando por fin llegamos al hotel, Jungkook es quien se encarga de la comunicación, al parecer sabe hablar francés.

Una vez registrados, un botones nos ayuda con el equipaje y nos dirige hasta la que será nuestra habitación. Ésta es bastante amplia y tiene un estilo barroco cargado de lujo, los colores predominantes en la decoración son el dorado y el beige, pero también hay un toque de rojo intenso en la alfombra.

—Es precioso —murmuro ensimismado—. Esto te ha tenido que costar mucho, no era necesario.

—¿El costo importa? —pregunta rodeándome con sus brazos desde atrás—. Mientras pueda ofrecerte cosas así, no voy a durar en hacerlo, aunque tú mismo puedas pagarte esto y más. Siempre que estés conmigo yo me haré cargo. 

—Lo único que me importa es estar contigo —me giro sin soltarme de su agarre y rodeo su cuello con mis brazos—. ¿Qué hice tan bien para tenerte?

—No sé, tal vez instauraste la paz en el mundo en tu vida pasada — bromea y besa mis labios haciéndome sonreír—. Bueno, labios de seda, necesito ducharme, ¿me dejas ir primero?

—Si si, ve. Yo estaré desempacando nuestras cosas mientras tanto.

Él asiente y dándome un último beso desaparece por la puerta que supongo debe ser del baño.

Tal como dije, me dedico a sacar nuestras ropas de la maleta y las voy guardando en el armario y mientras lo hago no puedo evitar pensar en cómo sería pasar mi vida entera junto a Jungkook y que cosas simples como esta sean algo común en mi vida. Pienso en las mañanas tranquilas que podríamos tener, despertando juntos y compartiendo desayunos; así mismo, en las noches que pasaríamos viendo películas mientras nos acariciamos mutuamente.

Miro el anillo que adorna mi dedo anular y cuando el pequeño diamante brilla, sonrío, amaría que en algún momento fuera reemplazado por uno de compromiso, pero todo paso a paso. Ahora nos encontramos en una etapa bastante bonita y quiero disfrutarlo al máximo.

—¿Qué piensas? —la voz aterciopelada de Kook me saca de mis pensamientos.

—En lo mucho que te quiero —respondo inmediatamente con una sonrisa.

Mi chico luce muy guapo recién duchado, su cabello húmedo le hace ver más sexy y ahora que me doy cuenta, es la primera vez que lo tengo así frente a mí. Antes habíamos dormido juntos, pero nunca se baño en mi casa, ni yo en la suya.

ⲯ﹍му σηℓу ℓσνє // кσσкмιη﹍ⲯDonde viven las historias. Descúbrelo ahora