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Jimin

La música suena muy alta, lo suficiente como para invadir mi mente y distraerme. Mi mano derecha sostiene el segundo cóctel de la noche y mi mano izquierda se desliza por mi torso al compás del movimiento de mi cuerpo.

Esta tarde después de lo ocurrido en el hospital, fui a contarle todo a Taehyung y para evitar que me sumiera en la tristeza, mi mejor amigo decidió traerme a un club.

Debo reconocer que estoy disfrutando este momento, hace mucho no venía a este tipo de lugares, sin embargo en mi pecho aún hay una molestia, un dolor que seguramente una vez que esté sobrio, va a emerger y crecer.

—¿Quieres otro? —pregunta Tae alzando la voz y señalando mi vaso vacío.

—Después, quiero seguir bailando —respondo con voz alta también.

Él asiente y ambos continuamos bailando entre nosotros, sumergiéndonos en las canciones de moda y las luces parpadeantes de colores variados.

Hace un par de minutos aún no sentía el pegue del alcohol, pero ahora siento que este fluye por mis venas, Tae debió haberme dado algo fuerte.

De repente la euforia se apodera de mí y con valentía me pego mucho más al cuerpo de mi mejor amigo, él se ríe e imita mi acción, al parecer también está ebrio. A ninguno de los dos nos molesta la cercanía, no es la primera vez que bailamos así. De hecho solemos ser más "cariñosos" incluso.

Justo ahora todo parece correcto y no sé si es mi estado o el ambiente, pero estoy obteniendo una especie de liberación para mi pesado corazón y aunque sé que este sentimiento es efímero y que mañana cuando despierte todo volverá a la normalidad, me aferro a este espacio de tiempo.

—¡Eres el mejor compañero de baile, Tae! —grito sobre la música, con una sonrisa en el rostro.

—¡Ya lo sé! —me coge de los hombros y me planta un beso cerca a la comisura de mis labios—. Ahora vuelvo, debo hacer pipí.

Asiento y veo como desaparece entre la multitud. Me he quedado sin pareja de baile y hacerlo solo no me apetece, así que mientras espero a que vuelva me acerco a la barra para pedir otra bebida igual de fuerte que las otras, necesito estar aún más desconectado de todo.

Consigo un "Manhattan", lo pruebo y vaya que está fuerte, pero me gusta, su sabor es amargo y dulce, la combinación perfecta.

—¿Por qué un chico tan lindo está bebiendo sólo? —pregunta alguien a mi costado.

Me giro para observar, tiene el pelo gris, ojos gatunos y una piel bastante clara.

—Porque mi novio terminó conmigo —me encojo de hombros—. Bueno me pidió un tiempo, pero es lo mismo. ¿Quién eres?

—Me llamo Yoongi y si yo fuera tu novio jamás te dejaría ir.

Mis mejillas ya rojas por el alcohol, se colorean más y de mi garganta sale una carcajada.

—¿Estás coqueteando conmigo? —pregunto con los ojos entrecerrados.

—Tal vez.

—Pues no estoy interesado.

Es su turno de reír, sin gracia, pero lo hace, al parecer entiende que no estoy bromeando, sin embargo eso no impide que su mano toque con delicadeza mi rostro. Sus dedos rozan mi labio mientras él muerde los suyos.

—No tenemos que estar enamorados para pasar un buen rato. Bailemos y dejémonos llevar.

Esa es una pésima idea, es claro que amo a Jungkook, pero no quiero pasar solo esta noche, cuando vuelva a casa los recuerdos volverán y terminaré hecho un desastre de lágrimas.

ⲯ﹍му σηℓу ℓσνє // кσσкмιη﹍ⲯDonde viven las historias. Descúbrelo ahora