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Jimin

Al ver a mi progenitora frente a mí, siento que la sangre se me congela dentro de las venas. No sé cómo actuar ni cómo reaccionar cuando de un momento a otro me abraza, solo me quedo inerte.

Verla me recuerda toda la mentira que tejió para enredarme en ella y eso hace que su traición pese mucho más.

—¡Hijo! ¡Pasó una desgracia! —jadea llevando una mano a su pecho.

En otras circunstancias estaría preocupado, pero ahora no confío en ella.

—¿Y qué es? —mi voz es neutra.

—Eunwoo intentó suicidarse —comienza a llorar—. Y ahora está en cuidados intensivos.

Me quedo callado, no tengo nada que decir porque honestamente, lo que le pase o le deje de pasar a ese sujeto ya no me importa.

—¿No vas a preguntar cómo está? —pregunta con asombro y decepción.

—Si está en cuidados intensivos se supone que está mal.

—¡Por amor al cielo, Jimin! —su fachada de madre preocupada se desmorona—. ¡Es tu ex y fue muy importante para tí! Es increíble que ahora no muestres ningún interés por él. ¿Acaso no entendiste? ¡Se intentó suicidar! y todo fue por causa tuya, si no te hubieras negado a volver con él nada de esto estaría pasando. Que horrible persona eres desde que ese llegó a tu vida —señala con la cabeza a mi novio, pero él ni se inmuta.

Admiro la calma de Jungkook en estos momentos, Hana lo llamó de forma despectiva pero no le ha dado ni la más mínima importancia. En cambio yo, yo no soy así y si es que la mujer frente a mí no me hubiese dado la vida, ya la estaría echando a patadas por su falta de respeto.

—¿Yo soy una persona horrible? —río sarcástico—. Sal de mi casa por favor.

—¡¿Perdón?! —grita—. ¡No te atrevas a echarme, Park Jimin! ¡Soy tu madre!

Desde que ella llegó mi paciencia se puso a prueba e hice todo lo posible para mantenerla, pero ahora ya se acabó.

—¡Cállate ya! Cómo puedes decir que eres mi madre cuando lo único que has hecho ha sido atormentarme desde que nací —mi respiración se acelera—. Te quería a pesar de todo aquello, pero, ¿alguna vez tú me quisiste? ¿Quisiste a papá? —mis ojos se empañan—. No tienes perdón, ¿cómo pudiste hacernos eso?

Estoy llorando, mis piernas se debilitan y cuando siento que voy a caer, Jungkook aparece junto a mí y me sostiene. Sus brazos me dan seguridad, él no se va a ir y solo teniendo en cuenta aquello, sé que no debo derrumbarme ante alguien que no lo merece.

Me limpio las lágrimas con fuerza y me obligo a no llorar más.

—¿No dirás nada? Vamos, Hana, siempre tienes algo que decir.

La presiono para hablar, sin embargo no dice nada. Su rostro ahora está pálido, como si hubiera visto a un fantasma y sus ojos deambulan por todo el lugar.

—No... no entiendo —dice finalmente.

—¿Qué es lo que no entiendes? ¿Qué ya me enteré de todo tu juego?

—Jimin, las cosas no son como tú piensas —lagrimea—. Te lo puedo explicar.

—No hay nada que explicar. Te burlaste de la confianza que papá te dio y a mí me vendiste prácticamente —me encojo de hombros—. Está todo claro.

Creo que en una situación similar, cualquier persona que le haya hecho eso a su familia, pediría perdón, pero Hana no es así, a ella le importa ganar. Quizás es por eso que se limpia las lágrimas y vuelve a su postura tranquila, como si nada hubiera pasado y se prepara para hablar.

ⲯ﹍му σηℓу ℓσνє // кσσкмιη﹍ⲯDonde viven las historias. Descúbrelo ahora