18.- La orilla

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Antes de empezar el capítulo, como siempre os quiero decir que espero que os guste, apoyadlo votando y comentando qué os parece.

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Me despierto tras posponer la alarma unas 5 veces debido a que estoy muerta de sueño. No entiendo cómo después de dormir unas 10 horas pero bueno, ya es hora de levantarse. Me pongo un vestido blanco cuyo largo me llega hasta más arriba de las rodillas y cojo las cosas para ir a desayunar al "Ice Ice". No sé si estará Hayley trabajando pues desde que me dio su número no hemos vuelto a hablar.

De camino a desayunar, empiezo a pensar en que los hermanos Bronston no me han vuelto a hablar desde ayer cuando desaparecieron

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De camino a desayunar, empiezo a pensar en que los hermanos Bronston no me han vuelto a hablar desde ayer cuando desaparecieron. Tal vez después de estar 24 horas junto a mí les he cansado y no quieren estar conmigo. Lo cual es totalmente comprensible. Pero estoy preocupada por ellos, ¿les habrá pasado algo o simplemente ya no quieren hablarme? 

Intento alejar esos pensamientos con música. Y no hay nada mejor para olvidarme de todo que una canción de Lola Índigo que llevo spameando durante varios meses. Camino al ritmo de la música moviendo mis caderas de lado a lado. Menos mal que estoy en California y que nadie me mira. Si siguiera en España me mirarían como si hubiera matado a alguien. Allí no suelen mirar bien a la gente diferente, los tratan como raros. 

Llego al "Ice Ice", entro y no veo a Hayley trabajando, tal vez no sea su turno todavía o hoy no trabaja. Me acerco al mostrador.

- Buenas, ¿qué desea? (me pregunta el chico del mostrador).

- Un capuccino de vainilla y un croissant, gracias (respondo).

- Ahora mismo se lo pongo (dice el chico con una sonrisa).

A los pocos minutos vuelve con mi pedido, le pago y me siento en una de las mesas que hay delante de una gran ventana. Desayuno mientras miro la gente pasando, madres con sus hijas, personas paseando perros... Todo aquí parece de ensueño. A los 20 minutos termino de comer y al salir me choco contra alguien.

- Lo siento mucho, no te había visto. ¿Estás bien? (le pregunto al chico).

- Sí, pero deberías tener más cuidado (me responde de una manera seca y cortante).

Mi cara es un poema. Salgo de allí algo molesta. Menos mal que me he disculpado. Es verdad que soy algo torpe y patosa pero he pedido perdón por chocarme. No entiendo que me haya hablado así. Vaya idiota.

Voy hacia la playa para dar un paseo. Me gusta sentir los rayos de sol penetrando mi piel, el calor que se siente y la luz que aporta. Llego a la playa y miro el mar, oliéndolo, admirándolo... Me encanta. Es algo de lo que nunca me cansaré. Es una de las sensaciones más bonitas de toda mi vida. Observo como rompen las olas y cada vez mojan un poco más de la arena que antes estaba seca. Me quito los zapatos y entro a la orilla, comienzo a caminar por ella tranquilamente, sintiendo como el agua va mojando los dedos de mis pies y como la arena se adhiere a mi planta. De repente escucho algo que no querría haber escuchado nunca...

- Vaya, vaya... Mira a quién tenemos por aquí otra vez. Pues va a ser verdad que me persigues a todos los sitios a los que voy Ámbar. ¿Nunca te cansas? Vaya aburrimiento chica... Yo ya estoy cansado de tí, deja de perseguirme anda... (me dice Jackson).

- Yo no te persigo, simplemente estoy dando un paseo por la playa Jackson. No te creas el centro del mundo, porque no lo eres y tampoco lo eres del mío. Tienes razón, antes lo eras pero las cosas han cambiado mucho como para que esté detrás de un gilipollas que solo me quiere para un rato, me usa y luego se olvida de mi. No, ya no soy esa Ámbar, así que ya te puedes ir quitando esas estupideces de tu cabeza y más aún las que acabas de soltar por tu boca (respondo).

Ni yo me creo que haya dicho eso. ¿De dónde has sacado esa fuerza Ámbar? No tengo ni idea la verdad, pero me ha sentado genial soltar eso. Miro a Jackson y antes de que me conteste sigo caminando por la orilla sin darle tiempo a darme otra respuesta. Supongo que le he callado para una buena temporada y me alegro por ello.

Después del paseo por la playa, pasé todo el día en la habitación, cené algo rápido y me dormí. Sí, sigo sin saber nada de los Bronston. Será cierto eso de que se cansaron de mí.

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Holaaa, espero que os haya gustado el capítulo de hoy. 

Nuestra pequeña Ámbar ya ha puesto a Jackson en su lugar y los Bronston no han vuelto a hablarle. ¿Qué le deparará el futuro?

Gracias por el apoyo❤️.

Pd: dejo arriba la canción que escucha Ámbar de camino al "Ice Ice".

Te doy mi vida (+18) - MiraclesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora