Ámbar lleva colada de Jackson desde el instituto aunque nunca han estado juntos, ya que lo que pasaba entre ellos nunca se convirtió en algo serio.
Está cansada de que su cabeza no pare de pensar en él.
Ámbar se va de su hogar a conocerse a sí misma...
Vuelvo al salón sonriendo resplandeciente mientras mis chicos siguen cocinando. Salgo al área de la piscina y miro el paisaje lentamente, apreciando cada color, cada tono, cada detalle... Observo la piscina, me siento en el bordillo tocando con mis pies el agua tibia de la misma. Es muy relajante.
Pienso en que los chicos tardarán al menos una media hora más en terminar de hacer la comida puesto que no hace mucho tiempo que comenzaron. Cojo el móvil que tenía en mi bolso y dejo puesta una playlist con unas 5.000 canciones en aleatorio, tenía de todo tipo de música y hoy siento que me da igual escuchar una cosa u otra. Me quito la ropa quedándome solo en lencería con el sujetador y la braga. Me apetece nadar un rato o incluso bucear, ya que hace mucho tiempo que no lo hago, y, no me va a impedir hacerlo el hecho de no haberme traído bikini o bañador.
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Me lanzo de cabeza a la piscina mientras escucho la música que sale de mi teléfono. Comienzo a nadar tranquilamente, sintiendo como mi cuerpo corta el agua abriéndose paso como si fuera una cuchilla. Me encanta la sensación del agua rozando mi cuerpo como si de caricias se tratara. Sigo nadando y después de cruzar el largo de la piscina unas 10 veces, paro para recuperar el aliento y tras unos minutos decido comenzar a bucear un poco.
Me hundo hasta que mi cuerpo toca el fondo de la piscina y comienzo a mover mis piernas, tomando impulso con ayuda de la pared llena de azulejos. Con el paso de los minutos bajo el agua, comienzo a reírme y a bucear como si tuviera cola y fuera una sirena. Sé que no existen, o, al menos eso es lo que creo pero después de saber que los ángeles, arcángeles y demonios son reales, ya no sé qué pensar. Siempre mostré interés por las sirenas. Sus largos cabellos, esa cola brillante y la capacidad de embelesar con su canto a los marinos que navegaban por las aguas cercanas a ellas. De pequeña veía varias series de sirenas y siempre pensé que me podía sentir identificada con ellas por la forma en la que disfruto del agua, de nadar y de bucear.
Subo a la superficie buscando la bocanada de aire que me hacía falta desde hace un minuto aproximadamente. Sonrío con los ojos cerrados y noto unos brazos rodear mi cintura fuertemente, en un abrazo intenso. Me sobresalto por un segundo hasta que escucho su voz.
- ¿Cómo eres capaz de meterte en esta piscina sin un traje de baño? Sabes que eres muy traviesa Corazón... (dice Uriel mientras pega su boca a mi oreja y me susurra esto).
Uriel baja su cabeza a mi cuello y deja un beso húmedo mientras que repite dos veces el procedimiento de morder, besar y lamer sobre mi piel. Intento recomponerme mentalmente de lo que está pasando.
- Simplemente quería nadar y bucear un poco. No me importa si no tengo un traje de baño... (respondo mientras intento girarme para mirarle a los ojos).
- Creo que estás jugando con mucho fuego, y, te vas a quemar en un futuro no muy lejano... (dice Uriel impidiendo que me gire mientras que sigue con su boca sobre mi cuello).
- A lo mejor los que se van a quemar vais a ser vosotros (digo mientras muevo un poco mi culo rozando su entrepierna).
Noto como Uriel no se lo esperaba y le sale una sonrisa pícara. A mí se me escapa otra. Me encanta que no sepan cómo puedo reaccionar o lo que puedo hacer. Es imprevisible y sorprenderles es una satisfacción demasiado grande como para no llevarla a cabo.
Me separo de Uriel y le miro a los ojos mientras sonrío y me muerdo el labio inferior sensualmente. Seguro que esto no es algo que se esperaría de mí. Paso mi lengua lentamente por mis dientes superiores mientras le miro intensamente.
- ¿Quién sabe Uri? Tal vez luego decida jugar contigo un poco... O, mejor dicho, con vosotros... (respondo mientras miro a los 4 que están observándome con deseo).
No digo nada más y ellos no son capaces de formular una palabra. Comienzo a secarme con una toalla que supongo que habrán traído los chicos para mí. Noto un abrazo diferente desde atrás. No es Uriel. Intento identificar cuál de los otros 3 chicos es pero el olor es diferente a los de ellos. Es agradable, potente y masculino. Sus brazos están muy bien definidos y noto como cada vez me aprieta un poco más contra su cuerpo. Sonrío ante la sensación tan bonita que estoy viviendo en estos momentos.
Holaaa, espero que os haya gustado el capítulo de hoy. He vuelto, mañana más y mejor.
Nuestra pequeña Ámbar está en llamas, ¿no creen? ¿Qué le deparará el futuro a Ámbar? ¿Quién será ese chico? Seguiremos resolviendo preguntas en el capítulo de mañana ;)
Gracias por el apoyo chicuelos y chicuelas. Ya son 3,1k de visualizaciones❤️.
Pd: arriba dejo una canción que me ha recordado a este capítulo.
