26.- El primer consuelo

262 9 2
                                    

Antes de empezar el capítulo, como siempre os quiero decir que espero que os guste, apoyadlo votando y comentando qué os parece.

------------------------------------------------------------

- ¿Ámbar? ¿Estás bien? (pregunta Hayley).

- Sí (respondo rápidamente a Hayley, separándome un poco de Uriel para mirar a Hayley con una sonrisa dibujada en su cara).

- Vale Ámbar. Ya me quedo tranquila. Es que te estaba buscando y no te veía. ¡Pasadlo bien! (dice Hayley mientras nos guiña un ojo y se vuelve hacia el interior del local).

Miro a Uriel y veo que está sonriendo. Sus labios más rosados de lo normal crean un pequeño hueco que muestra sus dientes. Tiene una sonrisa preciosa. Me quedo mirándole un buen rato hasta que me mira fijamente y bajo la mirada como "si me hubiera pillado haciendo algo malo". 

- Corazón, nunca debes bajar la mirada. Tú siempre tienes que mirar a los ojos con esos hermosas esferas de color azul que adornan tu preciosa cara (me dice Uriel levantando mi barbilla con su dedo índice de forma suave).

Asiento algo sonrojada y esta vez soy yo la que lo abraza. Nadie nunca me había dicho esas cosas tan bonitas. Sentía que me estaba cuidando, cosa que no había presenciado en toda mi vida. Le apreciaba. Apreciaba lo que estaba haciendo por mí. Apreciaba cada detalle, cada gesto y cada palabra que salía de su boca hacia mi persona.

Siento como los brazos de Uriel me vuelven a rodear fuertemente. Intensificando aún más nuestro abrazo. Como si nuestros cuerpos se pudieran fusionar en uno solo, como si se pudieran juntar 2 almas en 1. Inhalo su aroma mientras acurruco aún más mi cabeza en su pecho. Los minutos se me hacen cortos cuando Uriel habla.

- Corazón, ya es tarde. ¿Quieres que te acompañe a casa? (pregunta Uriel).

- Claro, vamos dentro a preguntarle a Hayley qué va a hacer (respondo con una sonrisa).

Entramos y veo a Hayley tonteando con el mismo chico. Me dice que me vaya, que no hay problema y que ella se lo va a pasar muy bien esta noche. Justo antes de que me vaya me dice que me divierta mientras me guiña un ojo. Intento ignorar ese gesto y me giro. 

Al darme la vuelta, observo como 3 siluetas conocidas están hablando con varias chicas. No sé por qué, pero empiezo a sentir un dolor en el estómago. Me duele verlos así con otras chicas, que me hayan visto y ni siquiera se hayan atrevido a acercarse a mí para darme una explicación. Después de todo lo que pasó, de la conexión que tuvimos y de abrirme a ellos... Les conté mis inseguridades y todo lo que me ha pasado en la vida... 

Se han acabado alejando y no sé si fue por algo que hice yo, o, por qué... No tengo una respuesta... Y tampoco sé cuál es la pregunta... Ya no entiendo qué es lo que me pasa... No comprendo mi mente... No entiendo mis pensamientos... Y mucho menos mis sentimientos... 

Noto de repente como esos tres pares de ojos que llevo mirando hace un rato, se dignan a mirarme. Antes de que ellos me alcancen, salgo del establecimiento corriendo. Me choco con Uriel que me estaba esperando fuera. Huyo de él debido al ataque de ansiedad que comienza a formarse en mi interior y que empieza a intentar salir a modo de nudo por mi garganta. Entro en un callejón y me siento en el suelo, notando como el aire se sigue escapando de mis pulmones pero no es capaz de volver a entrar. Rompo a llorar de la impotencia. Comienzo a sentirme sola, y, los pensamientos que hace años que alejé de mi mente vuelven a mí como puñales clavados en mi sien. Cierro fuertemente los ojos, intentando borrar todo de mi cabeza, intentando hacerme creer que lo que siento es una pesadilla. Una pesadilla que no está ocurriendo en la realidad, que sólo está en mi cabeza y que desaparecerá en cuanto vuelva a cerrar los ojos.

De repente noto una mano en mi cabeza que desaparece al instante. No sé lo que ocurre, pues sigo con los ojos cerrados y casi sin respiración, sin aire. Unos brazos me encierran contra un pecho y el aroma a menta invade mis fosas nasales.

- No estás sola Ámbar. Nunca estarás sola jamás. Estoy contigo... Siente mis brazos... Estoy contigo... Respira como yo... Vamos Corazón... Inspira... Espira... (me dice Uriel mientras me acaricia la cabeza).

Me concentro en su voz y en su olor. Sigo su voz y hago exactamente lo que me dice. Comienzo a calmarme, empiezo a olvidar esos pensamientos malignos que volvían a invadir mi mente, el nudo de la garganta desaparece y, con ello, consigo a volver respirar. Unas manos cálidas me limpian las lágrimas. Abro los ojos. Las manos de Uriel, tan suaves y calientes como una brisa nocturna de verano. Persigo su mano con mi mejilla, buscando que ese contacto no acabe nunca. Él sigue haciéndolo al ver que eso me calma, me relaja. Una vez levanto la mirada, me encuentro con sus ojos verdes.

- Vamos Corazón, te acompaño a casa. Ya sé que tu amiga no se irá contigo, tranquila (me dice Uriel sereno y de forma cariñosa).

Le sigo hasta su moto, me pongo el casco, subo y me acurruco detrás de él. Abrazándolo. Sintiendo su respiración. Disfrutando del hermoso viaje en el que mi cuerpo es rozado por el viento y Uriel acaricia varias veces mis manos que están en su abdomen como si fuera un nudo irrompible.

------------------------------------------------------------

Holaaa, espero que os haya gustado el capítulo de hoy. Mejor tarde que nunca.

Nuestra pequeña Ámbar, sigue estando rota. Los Bronston aparecen y siguen sin dar ninguna explicación. ¿Qué le deparará el futuro a Ámbar? Seguiremos resolviendo preguntas en el capítulo de mañana ;)

Gracias por el apoyo❤️.

Pd: arriba dejo la imagen del callejón.

Te doy mi vida (+18) - MiraclesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora