Antes de empezar el capítulo, como siempre os quiero decir que espero que os guste, apoyadlo votando y comentando qué os parece.
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Una vez que he subido a la moto de Uriel, él arranca y nos vamos. Uriel tiene una Kawasaki negra bastante bonita de 125 cc.
Noto como el viento entra a través de la pequeña abertura del casco enterizo negro azabache. Uriel tiene el mismo casco que yo pero con un dragón rojo envolviendo todo el casco. Uriel acelera y yo me incorporo haciendo que mi pecho se pegue a su espalda y pasando los brazos por su abdomen. Cierro los ojos y siento el viento sobre mi ropa, la sensación de paz y de adrenalina a la vez. Me encanta la sensación de viajar en moto. Miro hacia el cielo, el sol ilumina todo como una lámpara gigante. Aún a esta velocidad se puede notar su calor sobre nosotros.
Tal y como dijo Uriel, hemos pasado por toda la carretera que pasa al lado de toda la costa y acaba parando en una área de descanso alta. Desde la que se ve toda la ciudad de California. Me quito el casco e inspiro, aspirando el mayor aire fresco posible. Lo suelto poco a poco mientras sonrío de felicidad con los ojos cerrados. Empiezo a escuchar como comienza a sonar una canción de la nada. Es "Witchcraft" de Frank Sinatra. Me giro y tengo ante mí a Uriel bailando, me ofrece la mano invitándome a bailar. La acepto y empezamos a bailar pegados, comienza a darme vueltas. Joder, baila genial.
- ¿Dónde aprendiste a bailar así? (le pregunto).
- Soy italiano, tener ritmo está en mis venas (responde Uriel sonriente).
Sigue guiando nuestro baile y no puedo creer que no le haya pisado ni una sola vez todavía con lo patosa que soy. Bailar me gusta bastante pero nunca supe si lo hacía bien o mal porque la única que me ha visto bailar es mamá y, claro, una madre no le va a decir a su hija que baila mal. Bastante tengo arruinada mi infancia como para que mi madre apoyara a la causa.
Seguimos bailando hasta que acaba la canción. Nos separamos y nos reímos mientras nos miramos a los ojos. Me giro y miro hacia la ciudad. Es hermosa, estoy feliz de haber escogido este sitio para empezar de nuevo, para conocer una nueva yo, para descubrirme y para experimentar lo que verdaderamente es vivir.
- ¿Te gustan las vistas? Yo vine aquí la primera vez que visité California, mucho antes de enterarme de que iba a trabajar aquí (me dice Uriel a mi espalda).
- Me encantan. Desde aquí se puede ver todo. Llevo un rato buscando la universidad pero no consigo encontrarla... (digo pensativa).
- Mmmm, está justo allí... (me dice agarrando mi brazo, haciendo que señale a la universidad).
Noto como se pega a mi espalda y me tenso. Se agacha y su rostro está a centímetros del mío. Lo miro por el rabillo del ojo y aprecio esos hermosos ojos verdes que parecen putas esmeraldas. Nos quedamos así unos instantes, puedo notar que hay una tensión entre nosotros, una especie de química extraña. Esto no parece normal, joder, es mi profesor de Anatomía, tengo que parar de pensar esas cosas. Me alejo un poco de él y admiro las vistas, noto que él me mira a mí.
- No hay mejores vistas que estas (me dice Uriel).
- Tienes razón, esta ciudad es preciosa (respondo).
- No me refería solo a la ciudad... Contigo delante este paisaje se vuelve aún mejor (me dice Uriel).
Mi rostro se torna rojo por lo que me acaba de decir Uriel. Intento recomponerme de la flecha de cupido que acaba de lanzar a mi corazón lo más rápido posible.
- Debería ir volviendo ya (le digo a Uriel).
- Claro, te acompaño sin problema (me responde).
El viaje en moto a la universidad se me hace más corto de lo que se me hizo anteriormente. Al llegar le doy las gracias a Uriel y me despido de él. Antes de que me girara para irme, me agarra de la mano impidiéndomelo.
- Espera, te acompaño (me dice Uriel).
Asiento con la cabeza y caminamos hacia el interior de los dormitorios de los estudiantes, casualmente mi planta nunca tiene a nadie por los pasillos. Al llegar a mi habitación me detengo. Uriel mira la puerta de la habitación y sonríe.
- ¡Guau! Bonito número de habitación te ha tocado, ¿no? (me pregunta Uriel).
- Sí, la verdad es que cuando yo lo vi, también me hizo gracia (respondo).
- Bueno, ya nos veremos. Por cierto, te recomiendo que mires el bolsillo pequeño de tu bolso negro (dice Uriel marchándose mientras me guiña un ojo).
- ¡Hasta luego Uriel! Gracias por el paseo, me lo pasé genial (le respondo).
Entro en mi habitación y dejo el bolso sobre la cama. Procedo a desvestirme y ponerme el pijama para quedarme más cómoda, estos zapatos me estaban matando.
¿Qué me habrá dejado semejante hermosura en mi bolso? Ojalá me haya dejado por escrito todo lo que le gusta para ya saberlo... Sólo para una tarea de anatomía, lo juro. Jaja.
Para conciencia, por favor. ¿Tienes que hacer eso hasta con mi profesor?
Chica, tú profesor está para mojar pan. Lo siento pero merece ser comido y no solo con la mirada.
Ignoro a mi propia conciencia y pongo el bolso sobre mis piernas para abrirlo. De repente llaman a mi puerta, ¿quién será?
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Holaaa, espero que os haya gustado el capítulo de hoy.
Nuestra pequeña Ámbar ha dado un buen paseo en moto, ¿no creen? Los Bronston no aparecen y de repente Uriel se interesa por Ámbar ¿Qué le deparará el futuro a Ámbar? ¿Qué les habrá pasado a los hermanos? ¿Quién habrá llamado a la puerta? Y lo más importante, ¿qué ha dejado Uriel en el bolso de Ámbar? Lo sabremos en el capítulo de mañana ;)
Gracias por el apoyo❤️.
Pd: arriba dejo la canción con la que bailan Uriel y Ámbar.
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Te doy mi vida (+18) - Miracles
RomanceÁmbar lleva colada de Jackson desde el instituto aunque nunca han estado juntos, ya que lo que pasaba entre ellos nunca se convirtió en algo serio. Está cansada de que su cabeza no pare de pensar en él. Ámbar se va de su hogar a conocerse a sí misma...