Familia Halcón

10

Emilio y Joaquín regresaban de su romántico paseo nocturno por la playa. Al llegar a la puerta de la habitación Emilio jaló a Joaquín hacia él para besarlo.

-Te amo, mi amor- dijo Emilio.
-Yo te amo mucho más, amor de mi vida- dijo Joaquín-. De verdad que amo estos momentos contigo.
-Mientras tú estés conmigo serán mucho más bonitos.

Se dieron otro beso y entraron a la habitación. Sonrieron al ver a sus tres hijos ya dormidos, les dieron un beso en sus frentes y comenzaron a prepararse para irse a dormir. Los Emiliaco siempre platicaban en la noche.

-Vengache, mi amor- dijo Joaquín abriendo sus brazos-. Ahora me toca abrazarte.
-¡Que felicidad, en mi lugar favorito!- dijo Emilio y se acomodó entre los brazos de su esposo-. ¡Ay, mi precioso!
-Shhh, se van a despertar los niños.

La pareja siempre tenía algún tema de qué hablar, su matrimonio era algo que nunca aburría porque querían escucharse todos los días de su vida. Joaquín levantó un poco su rostro y miró a sus trillizos dormidos profundamente. Tantos recuerdos llegaron a su mente.

-Ay Emi, ¿por qué tendremos unos hijos tan preciosos?- preguntó Joaquín.
-Ay amor, pues la belleza se hereda y eso lo sacaron de ti- dijo Emilio robándole un beso-. Desde el primer momento en que los ví sabía que iba a verte a ti en ellos, Ramiro se parece más a ti.
-Ni se diga Sebastián y Giulietta que son tan guapos como tú. No me imagino cuántos chicos sacaron a bailar a nuestra niña.
-¡¿Qué dijiste de mi niña?!

Emilio se abalanzó contra Joaquín y le hizo muchas cosquillas, especialmente en su cuello haciéndolo reír. Reían en silencio para no despertar a sus hijos y no causarles molestias a los del otro cuarto. Joaquín como pudo quitó a Emilio y le dió un gran beso.

-Neta que cómo te amo- dijo Joaquín.
-Yo te amo mucho más- dijo Emilio y le dió un último beso-. Descansa, mi bonito.
-Descansa amorcito.

Durmieron abrazados y felices de que al día siguiente despertarían juntos teniendo a sus tres hermosos hijos.