11

253 25 11
                                    

Al día siguiente después de desayunar los Osorio Bondoni ya iban a su transporte ya que iniciarían sus tours pagados, lógicamente irían otras familias.

-¿Estás bien, princesa?- preguntó Emilio.
-Si papi, ¿por qué?- dijo Giulietta.
-Te noto un poco desanimada.
-No es nada, papi. Bueno, te lo cuento después porque quiero disfrutar de este paseo con ustedes.

Emilio sonrió y le dió un beso a su hija, en esa familia nunca se ocultaban secretos.

Los trillizos se habían sentado juntos, se sentían emocionados por ese paseo aunque no sabían de lo que trataría porque sus padres dijeron que sería una sorpresa. Sebastián comenzó a ponerse rojo, Giulietta descubrió la razón y se sentó junto a Ramiro.

-Hola Oscar- saludó Sebastián.
-¡Hola Sebastián!- dijo Oscar emocionado-. De verdad que ya es mucha coincidencia que nos encontremos en cada lugar.
-¡Lo sé! Hasta siento que nuestros padres compraron el mismo paquete de viaje.
-Mamá, me voy a sentar aquí con con un amigo.

Oscar se sentó junto a Sebastián y en el momento que comenzaron su plática el transporte comenzó a andar.

El viaje era tranquilo, Emilio iba mirando algo en su celular cuando escuchó la risa de su hijo Sebastián y al voltear lo vio riendo con Oscar.

-¿Qué pasa, amor?- preguntó Joaquín.
-Estoy sorprendido de lo rápido que nuestro hijo hizo un amigo. Creo que se divirtieron mucho anoche.
-Emi, recuerda que así pasó con Ari y Temo. Lo tuyo y lo mío fue diferente.

Joaquín tomó el rostro de Emilio y le plantó un gran beso, después se recargó en su hombro para dormir un rato. Sebastián y Oscar platicaban de cualquier tema, pero hubo uno en especial.

-¿Y tus papás aún no lo saben?- preguntó Oscar.
-No he tenido el valor para decirles- dijo Sebastián-. Tengo un poco de miedo a sus reacciones.
-Oye, estoy seguro que tus papás te van a comprender porque ellos te aman mucho.

Sebastián pensaba mucho en aquella situación situación miró a sus padres que estaban al frente y se mostraban muy cariñosos, tal vez Oscar tenía razón y nada cambiaría.

Después de unos minutos llegaron al lugar, se bajaron del transporte y comenzaron a caminar por donde la guía los llevaba. Los trillizos iban abrazados a sus papás, apreciaban el lugar ya que estaban en otra playa.

-¿A dónde vamos, papás?- preguntó Ramiro.
-Ya lo verán, hijos- dijo Joaquín-. Es una sorpresa bonita.
-Pues el lugar ya es bonito- dijo Giulietta.
-Miren allá- dijo Emilio señalando a un lugar-. Es la primer actividad que haremos.
-¡No inventen!- dijeron los tres emocionados.

Familia Halcón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora