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Los trillizos ya habían entrado a clases, sus padres fueron a dejarlos a la escuela ya que ellos irían al doctor para salir de dudas con la sospecha que tenían.

Los jóvenes se dispersaron ya que querían saludar a sus amigos antes de entrar a clases. Ramiro caminaba por un pasillo y sonrió al ver a su novia de espaldas platicando con sus amigas, la iba a sorprender.

-Hola mi bella princesa- dijo abrazándola por atrás y dándole un tierno beso en la mejilla.
-Ay amor, me asustaste- dijo Hada riendo y se dió la media vuelta para darle un beso a su novio.
-¡Los dos se ven bonitos siendo pareja!- dijeron las amigas de Hada emocionadas.
-Tarde o temprano iba a suceder.

Mientras tanto en otra parte de la escuela, Giulietta caminaba muy sonriente mientras mensajeaba con alguien que solo la hacía sonreír.

-Si sigues así de distraída vas a terminar chocando contra una pared- dijo una amiga de ella y rieron.
-Ay, pues cómo no voy a fijarme si Isaac me está mandando mensajes tan lindos- dijo Giulietta y sus amigas se emocionaron-. Lo único que nos impide para vernos es la distancia.
-Amiga, pero a pesar de la distancia se nota que siempre piensa en ti- dijo otra de sus amigas y vio que iba a pasar junto a ellas Víctor con su novia-. ÉL SI NOTA QUE EXISTES.
-Tienen razón, no sé cómo perdí mi tiempo en alguien que no vale la pena.

Las chicas se retiraron a su salón riendo, Victor había escuchado pero no le tomó mucha importancia.

Sebastián tomaba agua de un bebedero cuando sorpresivamente apareció una rosa frente a sus ojos.

-¿Me extrañaste?- preguntó una voz-. Porque yo te extrañé a ti y demasiado.
-¿Oscar?- preguntó y se dió media vuelta-. ¡Mi amor!

Solo habían sido unos días desde que se vieron, pero para ellos se había sentido como una eternidad. Sebastián lo abrazó y le daba muchos besos en los labios, los cuales Oscar correspondía.

-¿Qué estás haciendo aquí?- preguntó Sebastián.
-Había muchos problemas en mi otra escuela y mis padres tomaron la decisión de cambiarme a otra escuela- dijo Oscar y abrazó por la cintura a su novio-. Pero nunca me imaginé que sería en la misma donde está mu guapo novio.
-Ay Oscar, nada me hará más feliz que tenerte cerca de mí.

Sus narices rozaron y volvieron a unirse en un tierno beso pero ahora lento, eso demostraba el gran amor que sentían. El sonido del timbre los hizo separarse.

-Maldito timbre- dijo Oscar y ambos rieron.
-Descuida, en la salida nos damos todos los besos que queramos- dijo Sebastián.

Se dieron un último besito y tomados de las manos se fueron a su salón.

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