Familia Halcón

30

Joaquín estaba preparando la comida y la felicidad no paraba de llegar a esa familia luego de la noticia del noviazgo de Sebastián y Oscar. Escuchó pasos bajando por las escaleras y vio a su hija sonriendo mientras mensajeaba en su celular.

-¿Y esa sonrisa, hija?- preguntó Joaquín.
-No es nada, papá- dijo Giulietta-. Bueno, es que estoy mensajeando con Isaac.
-Ay hija, ya solo faltas tú para tener pareja pero recuerda que no te debes sentir forzada.
-Desde luego, papá. ¿Quieres que te ayude con la comida?
-Gracias, mi amor.

Giulietta ayudaba a Joaquín porque en esa linda familia siempre se ayudaban. Joaquín iba a sacar algo de la alacena cuando repentinamente tuvo un mareo que casi lo hizo caerse pero Giulietta fue rápida y alcanzó a agarrarlo.

-¿Estás bien, papito?- preguntó Giulietta-. Ven, siéntate.
-Tranquila mi amor, estoy bien- dijo Joaquín al sentarse-. Que raro estuvo eso.
-¿Te traigo un vasito con agua?
-No hija, ya me siento bien.

Ambos continuaron preparando la comida, Giulietta no dejaba de mirar a su papá luego del reciente mareo, pero Joaquín parecía ya sentirse mejor.

Los otros muchachos llegaron después de un rato y ya se encontraban comiendo junto a Joaquín, Emilio llegaría más tarde. El mayor constantemente se agarraba la cabeza y cerraba sus ojos como si se sintiera cansado, Giulietta lo notó y ya comenzaba a preocuparse.

-Papi, ve a acostarte un rato- dijo Giulietta-. No te ves nada bien, nosotros nos encargamos aquí y cuando llegue papá Emi le servimos su comida.
-Gracias mi niña- dijo Joaquín-. De verdad necesito descansar.

Joaquín subió a su cuarto y se acostó en su cama. Sebastián y Ramiro se miraban extraño por lo que le sucedió a su papá.

-Oye hermana, ¿qué le pasa a papá?- preguntó Ramiro.
-No lo sé, desde hace rato se siente un poco mal y por eso le dije que se fuera a descansar- dijo Giulietta.
-Por lo pronto vamos a ayudarle a papá.

Los trillizos estuvieron ayudándole a Joaquín en las labores del hogar, ellos siempre ayudarían a sus padres sin importar la situación.

Después de un rato llegó Emilio y vio a sus hijos sentados en la sala mirando una película, se acercó a darles un beso en sus cabezas.

-Ya llegué halconcitos- dijo Emilio-. ¿Y su papá?
-Está dormido, se sentía un poquito mal- dijo Sebastián.
-Voy a verlo y ahorita bajo.
-Si papá, mientras te vamos sirviendo tu comida- dijo Giulietta.

Emilio sonrió por lo lindos que eran sus hijos y subió a ver a su esposo.