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Los jóvenes bajaron una vez más muertos de la risa al delizarse por el tobogán. Después de estar ahí un rato decidieron ir a otro lugar, nadarían en otro río pero este estaba un poco más lejos y se irían en bicicletas, sus risas de diversión nunca se apagaban.

-No pensé que en estas vacaciones iría a hacer nuevos amigos- dijo Isaac.
-Nosotros tampoco- dijeron los trillizos.
-Oigan, a ver si vemos un lugar donde vendan pulseras y compramos unas que simbolicen nuestra amistad- dijo Giulietta.
-¡Es una buena idea!- dijeron los muchachos.

Llegaron al inicio del río, estacionaron las bicicletas y fueron por su equipo para meterse al agua, pero antes tenían que elegir el tipo de recorrido.

-¿Y si esta vez nos vamos en llantas?- preguntó Ramiro.
-Concuerdo, ya hicimos snorkel desde que llegamos y esto será más diferente- dijo Sebastián.

Los jóvenes caminaron un poquito, llegaron al río y tomaron sus llantas para con ayuda de los empleados subir y comenzar el recorrido.

-Joven, ¿con quién irá acompañado?- preguntó la señora-. Tomó un flotador para dos personas.
-¿Nos vamos juntos, Sebas?- preguntó Oscar.
-Claro- dijo el joven.

Ambos se subieron y comenzaron el recorrido flotando sobre el río, alcanzaron a los demás. Giulietta volteó y al verlos juntos le hizo señas a su hermano Ramiro, ambos se miraron con complicidad.

-Ah caray, ¿por qué ustedes vienen juntos?- preguntó Ramiro con curiosidad.
-Ay amigo, no me dí cuenta de que agarré uno para dos personas- dijo Oscar.

El recorrido era tranquilo y relajante, algo que les gustaba a los jóvenes. Sebastián estaba estaba tan relajado e inesperadamente recargó su cabeza sobre el pecho de Oscar, este sonrió y acarició tiernamente su cabello.

Después de 15 minutos llegaron al final del río y salieron para hacer más actividades como colgarse de algunas cuerdas o lanzarse de las tirolesas.

-¿Nos podemos lanzar dos?- preguntó Oscar.
-Claro, joven- dijo un empleado.
-Vente, bonita.
-Ay Isaac, solo no tan fuerte- dijo Giulietta.

La joven subió a la espalda de Isaac y ambos se lanzaron por la tirolesa cayendo al agua, sus risas eran unas que nunca se habían escuchado. Giulietta comenzó a descubrir que esa felicidad que sentía no la sentiría con alguien más porque con Isaac sentía una gran química.

Familia Halcón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora