En la residencia de los Hyuga siempre había la más estricta y minuciosa vigilancia, la zona estaba custodiada las veinticuatro horas del día por los miembros de élite de su clan, así que por supuesto Minato no pensó por ningún motivo que entrar iba a ser sencillo, él podría hacerlo, patear algunos traseros y dejar de lado las cortesías sin embargo daría una última oportunidad.
—Hazte a un lado.
Ko parpadeó un par de veces y con la boca abierta lo miró, Minato acababa de plantarse frente a la entrada dándole órdenes y con una expresión que jamás había visto en su rostro. Daba miedo, era el Cuarto Hokage, el Relámpago Amarillo de Konoha; una leyenda viviente, claro que iba a paralizarse por un segundo.
—¿En qué puedo ayudarlo Minato-san?
En ese momento había algo más grande que el miedo: su curiosidad. El hombre lanzaba fuego, ¿qué había pasado exactamente? Por supuesto que quería descifrarlo pero él no era un hombre al que pudiera leer.
Quizá se trataba de eso: los rumores que circularon primero por la casa principal y después por toda la aldea, Hinata y él estaban en una relación, por eso había visitado a su líder antes. ¿Por qué regresó? Ko empezó a preocuparse, ¿ella estaría bien? Luego de esa visita Hiashi no le permitió ver a Hinata ni custodiarla a la distancia, inclusó ordenó que lo vigilaran para que no tuvieran ningún tipo de contacto.
—Quiero reunirme con tu líder.
Él ladeó la cabeza y se llevó la mano al mentón, Hiashi no tenía programado recibir ningún tipo de visitas ni reunirse con los altos mandos del Konoha. Entonces debía ser grave, siendo así... no sería un obstáculo ni pondría ninguna trava. Sin importar que Hiashi lo castigara después Ko estaba dispuesto a ayudarlo.
—Sígame por favor. Voy a anunciarlo.
Ko le dio una reverencia respetuosa, abrió la puerta y antes de entrar, le dio instrucciones al vigía principal. Nadie, por ninguna razón, podía entrar hasta que ordenara lo contrario. Probablemente hablarían un asunto importante y secreto, entonces la presencia de otro ninja no sería requerida.
El antiguo guardaespaldas de Hinata no lo miró y aún así supo que Minato no estaba en su mejor momento, percibía cierta hostilidad en él, quizá Hiashi cometió un error o hablarían de su preciosa hija.
—Hiashi-sama lo espera —le indicó el camino al Gran Salón.
A su paso, todos los miembros que estaban en sus puestos inclinaban las cabezas en señal de respeto. Una figura como él no podía ser ignorado. Pese a que estaba a punto de retirarse, Minato seguía teniendo mucha influencia en la política, eso casi le cuesta el puesto a Kakashi.
Los rumores decían que seguía manejando a la aldea a través de su alumno y que, quién daba las órdenes era él. No podían estar más equivocados.
—No pensé que tuviéramos que volver a vernos, Minato-san. De hecho yo lo prefería de ese modo.
Hiashi puso fin a su entrenamiento matutino, se secó el sudor con una toalla y luego posó sus ojos en Minato. Estaba arruinándole la mañana, honestamente, ¿no fue lo suficientemente claro la última vez? Ahora lo tenía en su propia casa.
—No estaría aquí de no ser por usted.
Excelente, lo estaba culpando de algo que no sabía que había hecho.
—No comprendo.
Buscando respuestas, Hiashi las halló. Ya sabía porqué estaba allí. De inmediato su gesto pasó de molestia a seriedad, su pequeño plan estaba terminado y había fallado.
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La luz que me guía [MinaHina]
FanfictionCon su mundo haciéndose añicos, Minato Namikaze vive por y para el dolor, no tiene otro propósito que morir lentamente. Hasta antes de ella. Bella portada hecha por _HelloKero_