Capítulo XXXIV

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Para Mikoto Uchiha era difícil asimilar el hecho de que su antigua nuera y madre de su nieto era ahora la pareja del hombre que había sido su mejor amigo durante tantos años, escucharlo del propio Sasuke fue como remover los recuerdos del pasado, cuando todos eran una familia aún enfrentándose al peligro que conllevaba esa relación.

«¿De qué sirve aferrarse a esos recuerdos?» Ahora que Sasuke había tomado un camino diferente y que Hinata estaba lista para iniciar de nuevo Mikoto pensó que no tenía caso traer el pasado de vuelta, ellos se habían dejado ir finalmente y eso no iba a cambiar. Actualmente tenía un nuevo problema: Minato Namikaze estaba completamente enamorado de Hinata Hyuga.

Honestamente estaba angustiada, Minato lo sabía es por eso que le dio esa magnífica sonrisa dulce y genuina haciéndole saber que estaba bien con todo lo que implicaba amarla. Hinata había pasado sobre un camino de fuego y salir de allí casi le cuesta la vida, Mikoto temía que fuera difícil volver a confiar y amar a alguien una vez más por eso estaba profundamente preocupada.

—Entonces es verdad que están juntos —dijo mirándole a los ojos, Mikoto descansó su taza de té en la mesa.

—Lo estamos.

Minato supuso que ella ya lo sabía, todos en la aldea habían estado hablando sobre cómo el Cuarto Hokage salía con la ex heredera Hyuga, ellos amaban hablar sobre su relación cuando los miraban pasear por el centro. Y la verdad es que no le importaba en absuluto, las murmuraciones, las críticas y los señalamientos que pudieran hacer era algo que podía ignorar fácilmente.

—¿Desde cuándo?

Entendía que podía estar siendo invasiva pero tenía mucha curiosidad por saber cómo dos personas con vidas tan distintas podían llegar a enamorarse. Entre ellos había una diferencia de edad de alrededor de veinte años, Minato estaba en las altas esferas políticas, Hinata era Kunoichi con un rango promedio que llevaba a cabo misiones de complejidad moderada y habiendo siendo despojada de su estatus y poder era casi imposible que ellos se cruzaran en algún momento.

Sin embargo terminó sucediendo. Ella entró en su vida sin pedir permiso, sacudió todos los cimientos débiles que sostenían su alma cansada y le permitió encontrar una salida.

—Estamos por cumplir un año. Te invitaré cuando nos mudemos juntos.

Ya que estaba tocando el tema lo mejor era contarle todos sus planes extensamente para que no tuviera dudas, también era su mejor amiga, deseaba compartirle un poco de su felicidad y que pudiera comprenderlo.

La mandíbula de Mikoto cayó al oírlo, ¿vivir juntos? Realmente iba en serio, Minato había tomado todos los riesgos que implica una relación inusual como la que tenían, él debía amarla de verdad.

Durante tantos años estuvo insistiéndole abrir su corazón, le pidió muchas veces que fuera a citas a ciegas con un par de amigas y se negó en todas las ocasiones. Ella no podía obligarlo ni forzar nada. La mujer adecuada había llegado a él sin buscarla, ellos debían estar destinados.

—¿Vas a casarte con ella?

Todo el mundo estaba loco por el matrimonio, era como una fiebre que se esparcía por toda la aldea una vez que se celebraba una boda, las demás venían casi por añadidura, algo así como una temporada matrimonial. Pensar eso le causó un poco de risa, le parecía gracioso, era como si todas las parejas se pusieran de acuerdo para casarse al mismo tiempo.

—No. Ya lo hablamos y decidimos no casarnos en el futuro.

Sus ojos negros se ampliaron por la sorpresa. Definitivamente eran una pareja poco convencional, a pesar de los enormes avances tecnológicos y los nuevos estilos de vida la aldea seguía siendo tradicional en algunos aspectos como el matrimonio, no era bien visto que una pareja viviera junta sin estar casada, tal vez tendrían un par de problemas por eso. Y por algún motivo ella pensó en Hiashi. El hombre era tan parecido a Fugaku, era anticuado e inflexible, probablemente él sería su más duro detractor.

La luz que me guía [MinaHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora