Mikoto resopló con cansancio, Yumei, la pequeña hija de Itachi había dado una guerra enorme antes de dormir que ella comenzaba a pensar que no se dormiría jamás. Tenía una energía monstruosa, podía pasar el día gateando por casi todo el Distrito y ella no parecía cansarse en absoluto. Aún así, para Mikoto ver su sonrisa preciosa y tierna mirada, hacía que todo el esfuerzo valiera la pena.
—Perdón por pedirte que la cuides de nuevo madre.
Mikoto negó con la fuerza que le quedaba. Había olvidado lo duro que es criar un bebé.
—¿Se resolvieron los asuntos de tu padre?
Izumi se encogió de hombros, era la cuarta vez que su padre causaba disturbios en la base de la Policía, concretamente, en la oficina de Fugaku. Ella estaba realmente avergonzada.
—¿Sabes por qué actúa así?
—No. Y me asusta saberlo.
Izumi tenía motivos para pensar que detrás de eso podía haber un hecho cuestionable y prefería mirar hacia otro lado, había cosas que prefería no saber.
—Él está inestable mentalmente. Algo lo atormenta —dijo con tristeza.
Toda persona que pertenecía al clan Uchiha se había ensuciado las manos al menos una vez. Algunos lo soportaban y otros no. En ese extremo estaba su padre.
—Perdón por entrar así Mikoto-san, Sasuke —un guardia casi tiró la puerta y entre suspiros intentó decir algo.
—¿Sasuke? ¿Qué pasó con Sasuke, está bien?
El miedo la llenó por completo y se levantó de una vez.
—El comandante está furioso, si no se apresura va a matarlo.
Mikoto sintió que se le salía el corazón, ¿Por qué estaba tan enojado? ¿Qué hizo Sasuke para enfurecer a su padre de esa manera? Ella salió corriendo de la habitación en busca de su hijo, Fugaku podía desencadenar una tragedia de no darse prisa, lo conocía, era tan primitivo que todo lo resolvía a golpes. Cuando él quería sangre no había marcha atrás.
—¡Hice lo que tenía que hacer, padre! Hinata tiene que estar a mi lado.
Escuchó a lo lejos. Ella casi se desploma. Otra vez ese asunto, la terquedad de Sasuke iba a llevarlo a la muerte. Él no sabía cuándo detenerse.
—Ella no está más Sasuke, ¡acéptalo de una vez y sigue con tu vida, carajo!
—Puedo traera de vuelta. Yo puedo hacer que vuelva a amarme, si me das tiempo yo...
Fugaku lo abofeteó con fuerza, el tiempo no arreglaría algo que él rompió. Ver a su hijo hundirse en la desesperación estaba acabando lentamente con él, Sasuke estaba herido y había herido a los demás.
—No puedes forzarla, lastimaste a la chica. Lo menos que puedes hacer es dejarla vivir en paz Sasuke. Es tu deber portarte como un hombre y largarte de su vida.
Para Sasuke, las palabras de su padre eran como dagas venenosas que se enterraban directamente en su corazón. Él tenía razón y eso lo estaba matando. En su rota mente, no podía concebir la idea de un adiós, no estaba dispuesto a ponerle punto final a su amor.
—Tú no entiendes, tú...
—Yo no fui quién la echó —cansado del mismo discurso doloroso, explotó—. No fui yo quién la ignoró hasta hartarse, ni quién tomó sus cosas y la llevó a casa de su padre dejándola en la lluvia.
Sasuke cerró sus ojos y tapó sus oídos. Quería que se detuviera. Quería devolver el tiempo y estrecharla entre sus brazos, darle fuerza y extinguir toda la pena que los golpeó en ese entonces.
«Me pregunto si podrás perdonarme»
—Mi alma herida me llevó hasta ese punto.
—Hinata también estaba herida, Sasuke. Y con todo y eso, ella te consoló.
Fugaku miró a su hijo contener un sollozo. Entonces su alma también se quebró.
—¿Qué hiciste tú? La dejaste.
Aunque fuera cruel él necesitaba oír la verdad. Fugaku lo apretó de la muñeca obligándolo a escuchar.
—Ya basta, detente.
—Desconfiaste, la acusaste, la torturaste con tus palabras, con tus dudas.
Sasuke tragó duro, ese era un pasado que prefería olvidar. Él quería enterrar cada ataque mordaz que lanzó a Hinata, el sufrimiento, la agonía, los celos, el sentimiento de pérdida.
—Ella me perdonará, volverá.
Solo estaba engañándose, Hinata no lo haría. Ella había encontrado luz, un cielo amplio y hermoso en el que podía volar.
Sonreía, soñaba, estaba feliz. Había sanado y él no tenía derecho de hacerla retroceder.
—Te voy a sacar la mierda a golpes.
Cansado de la terquedad de Sasuke, Fugaku le dio un puñetazo en la boca que lo tiró al suelo, honestamente ya no sabía qué hacer para que pudiera recuperarse. Lo golpeó repetidas veces, Sasuke no se defendió, se quedó tendido y aturdido recibiendo los puñetazos de su padre, era su castigo y lo merecía.
—Si no la dejas en paz voy a enviarte al desierto. Te juro que irás ahí y contarás cada maldito grano de arena que hay.
Fugaku continuaba golpeándolo sin parar encima suyo, la sangre estaba comenzando a formar un pequeño charco alrededor de ambos.
—¡Basta Fugaku, déjalo ya!
Mikoto trató de quitarlo de encima, sin embargo, ella no tenía la fuerza suficiente para hacerlo. La rabia y la tristeza solo lo hacían estallar más.
—Olvídala. Déjala vivir.
Él dejó salir las lágrimas, ya no podía esconderlas más. Su hijo estaba desmoronándose y eso era más grave que perder el orgullo ante un rival, sus emociones contenidas hicieron una enorme y arrasadora explosión.
—Vive, Sasuke —perdiendo las fuerzas le dijo—. Vive también hijo.
Con el rostro cubierto de sangre, Sasuke hizo un esfuerzo por levantarse. No lo logró. Su madre lo ayudó a sostenerse y al mirarlo lloró por él.
—No puedo —se tragó el nudo en su garganta—. Mi alma está rota.
Él se había obsesionado con reparar lo que quebró pero no se daba cuenta que eso ya no era posible. Había un punto de no retorno recordándole toda la mierda que tenía encima.
—Lo perdimos papá —Sasuke permitió que sus lágrimas al fin descendieran—. Perdimos a nuestro hijo.
Ese era el dolor más grande que había sentido jamás. Era tan desgarrador y duro que pensó que moriría.
Todas las noches se sentía solo sin él, atormentado por los recuerdos de esa horrible y oscura noche, entonces despertaba gritando y enmedio de su propia pena, Hinata era tan fuerte que lo consolaba. Le daba toda la fuerza que le quedaba.
Los dos se echaban a llorar sin medida hasta quedarse dormidos.
—Mi hijo se fue.
Sasuke envolvió el Distrito Uchiha con un grito desgarrador y lleno de pena. Un grito que parecía no tener fin.
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N/A:
¡Hola a todos! ¿Cómo están? Por fin he vuelto jajaja. Ya se reveló el pasado que une a Hinata y Sasuke, apuesto a que muchos ya lo imaginaban, ¿qué teorías tenían? Los leo 👀
Espero que se encuentren muy bien, sin más me despido. Hasta la próxima semana ✨💖
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La luz que me guía [MinaHina]
FanficCon su mundo haciéndose añicos, Minato Namikaze vive por y para el dolor, no tiene otro propósito que morir lentamente. Hasta antes de ella. Bella portada hecha por _HelloKero_