Minato dejó salir un amplio suspiro mientras se frotaba la cabeza, estaba acostumbrado a soportar muchas cosas, las peores, tristes, desgarradoras estaba entrenado para la guerra. Lo que sea, excepto esto. Shisui no paraba de discutir con Hanabi cuál de los dos Clanes era más fuerte, Uchiha, Hyūga ambos querían hacer notar su poder, la superioridad que corría por sus venas gracias a la conservación de buenos genes. La naturaleza había sido buena con ellos, bendiciéndolos con habilidades increíbles y un legado de fuerza hecha hombre.
¿Quién empezó? Honestamente lo había olvidado, se perdió en el «Cierra la boca o te costará caro» de Shisui, él continuaba siendo hostil con su entorno sin embargo estaba allí. Acompañando a Hinata para celebrar su independencia, era el mejor término puesto que «el abandono de tu padre» la haría llorar, como la última vez que Neji le dejó un mensaje, disculpándose por todo. Minato no entendía, ¿se culpaba de algo? Hinata le dijo que vivía por ella, para protegerla y que una de las razones por las que dejó la mansión fue para liberarlo de esa responsabilidad. Odiaba las cadenas que lo volvían prisionero.
—Podríamos hacerlos polvo si quisiéramos, acéptalo niñita.
Naturalmente Shisui la culpaba por haber comenzado a pelear, si tan solo ella no le hubiera lanzado esa mirada arrogante. Testaruda, altanera, ¿por qué no podía ser igual de dulce que Hinata? Solo estaba ahí porque se lo pidió con mucha ternura. Y porque le prometió comida, cantidades industriales de ella.
—Voy a cumplir dieciocho en unos meses, ¿a quién llamas niñita?
Hanabi alzó una ceja con una sonrisa que prometía problemas. Muchos, cada uno de ellos dirigidos a hacer enfadar a ese chico engreído delante suyo, le darían como una flecha certera. Deslizó su silla para estar a su lado, cuando recorrió su rostro... se encontró con sus ojos inflexibles y dentro, una amargura profunda y dolorosa que logró sacudir a su corazón. Shisui llevaba consigo una carga enorme y pesada que hacía de sus días una tortura interminable.
Omitiendo el sufrimiento y esa actitud pedante lo que quedaba era simplemente increíble. Él tenía un porte masculino y sensual que le haría perder la cabeza a miles de mujeres y cuando sonreía, Dios iluminaba el mismo cielo.
—¿Y? La edad por sí sola no te da madurez.
No, era la vida, sus golpes, la experiencia y los errores. Estaban en constantes pruebas que acabarían derrumbándote si lo permitías.
—Tú no lo pareces.
—Soy más maduro que tú, de eso estoy seguro.
Hanabi iba a darle repetidos golpes en el hombro izquierdo, suaves y constantes golpes, nada grave. Había formado ese hábito todas las veces que Neji le llevaba la contra solamente para hacerla enfadar. Y ella lo adoraba porque casi nunca se permitía ser feliz.
—No me toques.
La forma en la que se levantó de su asiento la asustó, la hizo sentir... Cielos, no tenía lepra ni alguna otra enfermedad contagiosa ¿lo sabía? No iba a hacerle nada malo. De pronto sus lagrimales se llenaron, iba a llorar por una tontería.
Para Shisui no lo era, lo lastimaba en lo más hondo de su ser, lo devolvía al pasado gris y deprimente del que intentaba escapar. Después de ella, simplemente no quería ser tocado por nadie nunca más.
—Yo no...
La voz se le quebró por completo y en ese instante ella no comprendió el impacto de su rechazo.
—Está bien, solo no lo intentes de nuevo.
Él se percató de su impulsividad, si Hanabi pudiera verse al espejo, lucía como una niña a punto de perder el tesoro que más amaba en el mundo y las lágrimas empezarían a descender, no supo cómo, no supo cuándo ¿si ella llorara cómo se sentiría? Una chica rica y arrogante rota, una mujer, humana como todos a final de cuentas.
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La luz que me guía [MinaHina]
FanficCon su mundo haciéndose añicos, Minato Namikaze vive por y para el dolor, no tiene otro propósito que morir lentamente. Hasta antes de ella. Bella portada hecha por _HelloKero_