La luz que me guía [MinaHina]

Capítulo XXXVI

A pesar de tener intenciones de ir a buscar a Niza para que hallara el modo de convencer al Concejo de regresarle el apellido a Hinata ella tuvo que retroceder al oír los golpes y gruñidos provenientes del Salón de entrenamiento. Hanabi se dio media vuelta, los miembros más jóvenes y talentosos del clan estaban siendo probados por Neji Hyuga. La escena era digna de un libro, diez chicos que estaban adentrándose en la lucha y el camino ninja peleaban en parejas, desde lejos Neji observaba sus movimientos con detenimiento, estaba tan inmerso que ni siquiera prestó atención a su presencia.

—¡Rei corrige tu postura, así no lograrás nada!

Jamás lo había oído gritar de esa forma, no estaba enojado, más bien era... adrenalina pura. Neji amaba transmitir a otros sus conocimientos y acompañarlos en el duro camino de un guerrero, él sabía lo duro que era y no quería que lo enfrentaran solos. Además era un poco obsesivo y meticuloso, estaba trabajando en ser más tolerante y corregir los errores de una forma amable.

—¿Qué carajo te dije, Rei? La postura: endereza la espalda, las piernas firmes y protege tu guardia con ambos brazos.

Hanabi se encogió de hombros, lo intentaba al menos.

—Si no dominan lo básico de la defensa personal ¿creen que podrán manejar el taijutsu del clan?

Eso tenía mucho sentido, los Hyuga debían aprovechar su habilidad perceptiva, no había nada que ellos no pudieran ver y lo usaban a su favor en un combate real, el taijutsu requería de concentración, capacidad de reacción y control del cuerpo.

—Lo siento.

Rei se disculpó también con su compañero de entrenamiento, él estaba más avanzado y sentir que por su culpa se estancaba empezaba a afectarlo.

—Jun ayúdalo. Todos: seguiré observando, no dejen de practicar.

Retrocedió hasta la entrada luego de tomar un sorbo de agua. Ser entrenador también podía ser agotador, en especial con chicos así, tenían una energía impresionante y su potencial lo presionaba de alguna forma.

—¿Jugando con los nuevos?

Hanabi le dio una sonrisa amplia y extendió la mano para que chocaran los puños, un saludo poco refinado como decía su padre.

—Qué te puedo decir, tengo muchas responsabilidades.

Neji le devolvió la sonrisa y chocó su puño con el de ella. Estaba de mejor humor estos días, solía matarse de entrenamiento cuando algo no iba bien, Hanabi jamás sabía lo que había dentro de su mente, tenía formas misteriosas de motivarse y seguir adelante.

—Ahora que pasaste la primera ronda, ¿eh?

Neji se puso pálido. Aunque sabía que esas malditas costumbres de heredar el trono a la descendencia del jefe estaban mal no podía evitar sentirse avergonzado con Hanabi, la quería tanto que no soportaría hacerle daño y tampoco quería que pensara que estaba tratando de robarle lo que era suyo.

—¿Te molesta?  

Si ella dijera que sí él retrocedería sin pensarlo. Su amor por su familia estaba por encima de su ego, ella también haría un buen trabajo en el puesto.

—Para nada. Tú sabes que no me interesa ser la jefa del clan, tengo mis ojos puestos en otras cosas.

Neji pudo dejar de estar tan tenso, ahora el alivio había llegado a su cuerpo y su mente, si Hanabi estaba bien entonces no tenía que preocuparse. No quería competir con ella de ninguna forma entonces dimitir sería lo correcto, de ser el caso por supuesto.

—De haber una segunda ronda te elegirán a ti, volverás a ganar —le dijo sin apartar la vista de los novatos. Hanabi no lo dudaba, Neji tenía simpatizantes y su lugar dentro del clan cada vez estaba más afianzado aunque él creyera lo contrario, Hiashi cumplió su palabra y había comenzado a preparar el terreno para la sucesión. Niza también movió sus piezas, Neji tenía mucha suerte, tenía aliados confiables y fuertes.