Capítulo XVII

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El paisaje que observaba cada noche se había convertido en una constante en su vida, esperaba que algo cambiase y que ella viniera por fin. Eso lo haría muy feliz.

—Buenas noches Hokage-sama.

Minato dejó por un momento sus pensamientos y giró a un costado para ver al hombre que lo acompañaba siempre que se sentía desolado, más que eso, arrepentido.

—Buenas noches Yukio.

Él le dio una sonrisa pequeña, ya nadie le decía de esa forma, escucharlo trajo viejos recuerdos que, por increíble que parezca, ya no dolían. Permanecían dentro como una enorme lección que lo hizo más fuerte y lo enseñó a luchar en la vida, las batallas no se detenían seguían viniendo una tras otra. Minato estaba listo para lo que fuera.

—Empezaba a creer que no vendría.

—¿Por qué?

—Ha estado esperando un tiempo, honestamente creí que...

—¿Qué me rendiría?

Yukio sintió un poco de vergüenza. Quizá estaba entrometiéndose demasiado en un asunto que era exclusivamente del corazón.

—Tengo el presentimiento de que ella regresará pronto.

Realmente Minato sintió como si su corazón se sacudiera con fuerza. Sí, él también estaba esperando su regreso, no había nada que quisiera más, verla a salvo, ir hacia dónde estuviera y estrecharla entre sus brazos.

—He rogado por eso Yukio, créeme que lo he hecho.

Además de quererla de vuelta, él estaba tan asustado de que algo pudiera pasarle. El mundo era un lugar cruel y las personas lo eran aún más. La sangre y la muerte rondaban sus vidas de una forma sorprendente y aterradora.

Además, la paz entre los países todavía seguía siendo un asunto delicado y aunque la habían conseguido hace un par de años tenían que protegerla y honrarla, una equivocación podría iniciar otra guerra y nadie quería eso. Por otro lado, en su vida personal Minato estaba teniendo problemas para continuar con su rutina, sus sueños se habían vuelto un verdadero infierno, ¿la razón? Era muy simple: Hinata había partido a una misión hacía ya un año y por supuesto, él no sabía nada de ella ni de su equipo, Kakashi había compartido un poco de información, «¿El equipo ocho? Ellos están bien, la misión va por buen camino» ¡Eso fue todo! Ni una palabra más, ni una pista, nada. Por única vez, Minato detestó la reserva de su alumno, ¿Por qué no habría la boca?

«Dime más, ¿dónde están? ¿Qué es tan importante para que tarden así?» Estaba tan frustrado por no obtener algo más. Después de unos días esa frustración empezó a transformarse en tristeza.

—El amor puede llegar a ser doloroso.

—No, Yukio. El amor no daña —Minato hizo una pausa—. Al menos no el de verdad. El amor sana, transforma, el amor de verdad fortalece.

Él en serio lo pensaba, el amor era tan sorprendente que potenciaba cada cosa buena que había en todo su ser.

Jamás podría ser egoísta.

—En mi experiencia lo ha sido, Hokage-sama —Yukio se encogió de hombros y en su rostro se dibujó una sonrisa melancólica—. He sido ninja por más de veinte años y eso trazó una grieta que nunca pudimos reparar.

Las relaciones románticas podían ser complicadas y eso había matado la del vigía que acompañaba siempre a Minato en todas esas noches frías y melancólicas. 

—Lamento escuchar eso.

—Fue difícil superarlo. Ahora soy feliz al lado de mi hija y mi nieta.

La luz que me guía [MinaHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora