La luz que me guía [MinaHina]

Capítulo XXXVIII

Las risas armoniosas y dichosas de los niños debían adornar el lugar por completo, debían darle fuerza para soportar pero no lo hacían, al contrario la tristeza solo se volvía más grande porque ella no podía gozar de la misma felicidad que sus compañeros del jardín.

—¿Por qué estás sola? ¿Tu mamá no viene?

Un pequeño y rubio niño se acercó a preguntarle, tenía mucha curiosidad porque ella nunca participaba en actividades como esa.  

—¿No sabes? No tiene mamá.

Otra de sus compañeras se unió a la conversación, Shiori no pudo evitar encogerse de hombros porque ella no tenía a nadie a quien invitar, su mamá no estaba, se había ido cuando ella aún no había aprendido a caminar y eso era algo que su pequeño corazón no lograba entender.

—Lo siento —Riz se disculpó con sinceridad. De haberlo sabido él no le hubiera dicho eso.

Podía entenderla un poco porque no tenía padre y el sentimiento de soledad lo llenaba a menudo sin embargo lo ocultaba por su madre, ella se esforzaba mucho para que no tuviera ninguna carencia.

—Puedo pedirle a mi mamá que trabaje con los dos —le dio una sonrisa deslumbrante. Quería aliviar los sentimientos negativos y ayudarle a sentirse mejor, era un niño considerado y noble.

Shiori lo miró con los ojos a punto de cristalizarse, odiaba pasar por esto todos los años, iba a negarse y decir que estaba bien pero Riz volvió a interrumpirle.
—¡Mami comparte tu tiempo con Shiori y conmigo! ¿Puedes jugar con los dos?

Aoi, la madre del pequeño Riz le regaló a los niños una sonrisa tierna y cálida, su hijo estaba husmeando en los asuntos de sus compañeros de nuevo. Ella la miró, estaba triste y callada entonces su corazón se quebró.

—Claro que puedo, ¿te gustaría eso Shiori? ¿Quieres que participemos juntas?

Aoi ofreció su mano para entrar, cuando había eventos de madre e hijos Shiori siempre huía al patio trasero para esconderse y no oír los comentarios lamentables de sus compañeros, más allá de eso tenía que lidear con la pena de no tener una mamá.

—Lamento llegar tarde.

Todos miraron a la mujer con asombro, ella casi entra volando.

En realidad su vida dependía de ello, tenía que llegar y hacer un buen trabajo, no podía permitirse cometer ningún error.

—¿Quién es usted?

Aoi la examinó de pies a cabeza con calma, no recordaba haberla visto por ahí antes, lucía muy joven para tener una hija en el jardín de infantes.

—Soy la madre de Shiori, Hanabi, es un gusto conocerla.

Hanabi habría pagado para que Aoi pudiera ver la expresión en su rostro, ¿por qué estaba tan sorprendida? Apenas era un par de años mayor que ella, no había mucha diferencia entre ambas. Bueno no iba a culparla, era una mujer joven intentando ser una madre.

—Pensé que tú no...

Aoi hizo callar a Riz, ¿qué iba a decirle? Segundos atrás habían dicho que no tenía mamá y ahora confrontarla sobre eso no era adecuado, podían herirla de un modo indescriptible.

—Soy Aoi, el gusto es mío.

Gritando que ya entraran a tomar sus lugares, la maestra no les dio tiempo para presentaciones largas, el evento Madres e hijos estaba por comenzar y tenían que tomar los lugares que ya habían sido asignados para ver la obra de teatro “El amor tiene nombre” que la escuela preparaba casi todos los años.