Capítulo 2

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Después de saber que la cantidad del dinero había aumentado, JiMin sintió un poco de prisa por avanzar con JungKook. Tenía una inmensa sed por conseguir esos deliciosos dólares que se verán muy bien gastados en unas vacaciones exóticas donde pueda dejarse follar por algún Alfa. Pero por ahora todo quedaba en su imaginación, porque aun cuando tuviera prisa debía ser lo suficientemente calculador.

El siguiente paso era bastante simple; provocarlo indirectamente y consentirlo. Así que hoy esperaría pacientemente desde temprano a que por fin decida irse al trabajo. Desde que inició con sus labores dentro de la mansión no hubo momento en que el Alfa tomara un desayuno decente y JiMin no estaba muy dispuesto a levantarse tan temprano, pero esta ocasión lo ameritaba y era muy necesario. Así que desde las seis de la mañana se encerró en la cocina para pensar un poco y también para prepararle el desayuno al Alfa. Sabía perfectamente que se iría entre siete y ocho de la mañana para su oficina; lo observó durante este corto tiempo y por esa razón era necesario el esfuerzo.

Realmente hizo algo muy simple, pero también él debía verse presentable y fresco, como si no estuviera irritado por haberse levantado tan temprano cuando no estaba acostumbrado a eso. Para cuando percibió el olor de JungKook salió de la cocina para recibirlo en las escaleras que daban exactamente a la entrada de la mansión.

Le resultaba curioso que toda la casa estaba impregnada de ese aroma a tabaco, pero no de whisky. Más aún le resultaba curioso que pudiera percibir su aroma aun cuando no lo tiene tan cerca. Sabe que su sentido del olfato está bien desarrollado, pero nunca ha identificado un aroma a la distancia, ni siquiera el de Jackson que es con quien a veces pasa más tiempo.

Como sea, no tiene tiempo para ser quisquilloso. Su objetivo es claro y entre más rápido lo haga mejor; colocó el desayuno que preparó para JungKook en recipientes que encontró en la cocina y los metió dentro de un maletín que él mismo compró para esta situación. Cuando lo vio bajar por las escaleras mientras se acomodaba el elegante cuello de su abrigo negro, nuevamente su lobo se agitó lleno de emoción. Le molestaba demasiado esa situación, pero era algo inevitable, simplemente decidía ignorarlo.

—Buenos días, señor Jeon—el Omega se acercó a él en cuanto estuvo en la planta baja y le sonrió adorablemente.

—JiMin—lo miró sorprendido, pero enseguida le correspondió a su sonrisa—Hoy madrugaste, ¿a qué se debe? Sabes que yo no desayuno en casa.

—Precisamente por eso—le guiñó el ojo y le extendió el maletín que había impregnado de su aroma con sutileza—Le hice el almuerzo, así que cuando llegue a su oficina debería darse un tiempo para desayunar. No puede empezar su día sin nada en el estómago.

Los hermosos ojos oscuros del Alfa brillaron como los de un cachorro completamente conmovido o como cuando le dan de regalo que siempre quiso. Esto era algo que no esperaba de su cocinero, mucho menos de sus empleados. Ni siquiera la misma Jennie se había tomado el atrevimiento de hacer algo así. Esto era completamente nuevo y un lindo gesto que se clavó rápidamente en su corazón para hacerlo sentir cálido. De pronto comenzaba a percibir a JiMin de otro modo.

—Te lo agradezco mucho—le sonrió entre conmovido y sorprendido. Era evidente su emoción—Aunque esto no está dentro de tus labores. No me gustaría que te levantaras temprano todas las mañanas para prepararme el almuerzo... pero lo valoro mucho, de verdad.

—Tranquilo, señor Jeon. Estoy consciente de que es algo que usted no me pidió—se acercó un pasito y ladeó su cabeza con una sonrisa tímida muy bien fingida. Ya era un experto—Yo lo hago con mucho gusto. Como le dije, no es bueno para usted iniciar su día con el estómago vacío, mucho menos teniendo ese trabajo de tal magnitud.

Call It What You Want (Omegaverse Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora