Capítulo 16

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El olor de JiMin era amargo y bastante penetrante.

Realmente no podía soportar tanta carga sobre sus hombros, tanto, que ni siquiera estaba alerta de su alrededor. Sólo actuaba por actuar. Sólo sentía mucho miedo y ganas de gritar, aunque todo eso lo contenía en su garganta.

Después de la llamada de Jackson subió corriendo a la habitación que compartía con JungKook y, sin pensar con claridad, comenzó a sacar ropa de él que contuviera la mayor cantidad de su aroma. La aventó toda sobre la cama sin estar consciente de cuánto había sacado del guarda ropa. Tampoco era muy consciente de la hora ni mucho menos de lo que estaba a punto de hacer. Lo único que quería era un lugar seguro, uno donde pudiera respirar el rico aroma de su Alfa para sentirse un poco mejor en tanto llegaba del trabajo.

La última vez que JiMin tuvo un nido fue en su infancia y éste cargaba el dulce aroma de se madre en grandes cantidades. Desde que ella no está se obligó a convencerse de que no necesitaba eso de nuevo, porque ya no era necesario y porque era demasiado patético encontrar consuelo entre prendas aromatizadas y hechas en un montón sobre algún lugar. Y también porque ese lugar tan especial que tanto amó en su momento fue destruido sin piedad por alguien a quien prefiere enterrar en la profundidad de su subconsciente. Pero ahora es demasiado necesario, porque JungKook se convirtió en la persona más importante de su vida y él único que puede brindarle el consuelo que necesitaba, tal y como su madre hizo en su momento.

Rápidamente construyó el nido que anheló en su imaginación que era mucho mejor que el que tuvo en antelación. Posterior a eso se desvistió para ponerse una de las muchas camisas del Alfa que estaban en su guarda ropa. Usando únicamente eso y su ropa interior, se adentró en el nido donde por fin pudo encontrar un poco de paz al aspirar el whisky y el tabaco que emanaban de ahí. Se hizo un ovillo y le permitió a sus lágrimas descender por sus mejillas en completo silencio.

La habitación estaba a oscuras y él sólo pensaba y pensaba en alguna forma de solucionar todo esto sin dañar lo que tiene con JungKook. ¿En qué momento todo se le salió de las manos? ¿No puede sólo tomar el dinero y desaparecer? No. No puede. Porque lo único que quiere del Alfa es su cariño. Los lujos, la cabaña que le regaló y las clases en la mejor academia de Seúl sólo eran bono... uno que no merece en lo absoluto.

No estuvo muy consciente de las horas transcurridas ni tampoco de cómo se escuchaban pasos afuera del pasillo. Cuando la luz de la habitación se encendió dejó salir un chillido de reprobación, pero al instante se relajó gracias a que percibió con más intensidad el aroma de JungKook.

Por fin había llegado.

— ¿Dulzura? —se escuchó su voz suave pero a la vez varonil con un deje de preocupación— ¿Estás dormido?

Sólo hasta ese momento JiMin fue consciente de que construyó un nido enorme sobre la cama que le pertenecía a JungKook. Eso lo hizo incorporarse abruptamente y mirar con un poco de temor hacia donde se encontraba él esperando con una expresión de asombro.

— ¿Tú lo hiciste? —preguntó detallando con la mirada el nido que estaba sobre su cama.

—S-sí—titubeó—Es que y-yo.... mmm... yo quería...—decía mientras sentía cómo su respiración se aceleraba—L-lo siento, Kook... y-yo no debí invadir así tu espacio... de verdad lo siento— pidió y sus ojos volvieron a cristalizarse.

—Tranquilo, dulzura—se apresuró a decir.

El azabache no esperó demasiado tiempo para deshacerse de su saco, corbata y zapatos para después acercarse hacia donde estaba el nido que su Omega había construido sobre su cama, pero antes de siquiera poder entrar se detuvo para pedirle permiso.

Call It What You Want (Omegaverse Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora