Capítulo 39

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Los días en Corea eran algo que JiMin no había olvidado por completo, pero estando en Los Ángeles no pudo evitar echar de menos su país de origen, pero sobre todo a su Alfa que ahora mismo le está haciendo mimos matutinos para despertarlo e iniciar con un nuevo día juntos.

Después de esa sesión intensa en la oficina de JungKook, ambos abandonaron el edificio y JiMin lo llevó al que sería su departamento que estaba costeando con su dinero y esfuerzo, pero esta vez de manera honesta y real.

Era algo modesto y decente, lo suficiente para que JiMin pudiera retomar su vida en Corea del Sur. De momento sólo tenía un pequeño sillón en la estancia y una cama en su dormitorio. Lo único que podía necesitar para pasar la noche con su Alfa haciendo el amor durante casi toda la madrugada y en varias posiciones.

En algún momento llegó a pensar que su celo se estaba adelantando de nueva cuenta y es que desde las visitas recurrentes de JungKook en Los Ángeles provocó que recientemente tuviera otro celo antes de lo estimado. Eso quería decir que su lobo estaba reaccionando nuevamente a la presencia del Alfa en su vida y que estaba ansioso por aparearse con él. Lamentablemente no pudieron pasarlo juntos, pero quizá el siguiente podrían hacerlo.

Después de mucho tiempo por fin pudieron dormir placenteramente en la misma cama y completamente desnudos. Era una gran satisfacción para ambos despertar y sentir que estaban juntos. Para JungKook fue inevitable comenzar a besar los labios de su Omega al tiempo que lo acariciaba delicadamente como un modo de despertador. Repartió besos en su rostro mientras soltaban risitas juguetonas y se miraban con esmero.

El sentimiento era increíble. Ahora tenían la certeza de que no se separarán el día de mañana y que esta será una de las muchas mañanas que podrán gozar juntos.

— ¿No piensas ir a trabajar? —preguntó JiMin con una sonrisa embobada.

—No quiero— negó con la cabeza e hico un puchero adorable— Acabas de llegar y lo que menos quiero es alejarme de ti. Además, por lo que veo no volverás conmigo a casa— enarcó una ceja en sinónimo de ofensa.

El Omega soltó una risita traviesa e intentó suavizar la situación acariciando el rostro de su Alfa. Lo miró por unos cuantos segundos y después lo besó para tranquilizarlo. En ese momento sintió cómo lo cubría con su aroma con la intención de esparcirlo por toda la habitación y así dejar su marca en caso de que deba quedar en claro. No quiso entrar en más detalles y respetó la decisión de JiMin al querer tener un departamento y un espacio propio. Después de todo, estaba en la aventura de valerse por sí mismo mediante su esfuerzo e ingresos honestos.

— ¿Puedo venir todos los días? —preguntó coqueto— No creo que pueda estar más de un día sin besarte o hacerte el amor.

—Me enojaría si no vinieras— correspondió a la acción.

JungKook sonrió, aunque su lobo no estaba conforme con eso. Lo ignoró y tomó los labios de su Omega para terminar con la sesión de cariños y mimos matutinos para después pasar a la ducha que ambos demandaban tomar juntos. Ahí no hubo más que besos y caricias que no pudieron llegar a más debido a que JiMin se sentía exhausto. Aunque sería sólo cuestión de días para adaptarse a las necesidades de él y de su Alfa.

Disfrutaron mucho de retomar esas labores que alguna vez hicieron cuando vivieron juntos hacía un año atrás. Aunque sólo lo redujeron a cambiarse y salir en busca de un buen desayuno con la promesa de que, la siguiente vez, JiMin cocinará uno de sus tantos platillos para consentir al amor de su vida.

Entraron a un restaurante decente para desayunar con tranquilidad antes de terminar de planear un día juntos. JiMin tenía ganas de comer ramen y JungKook no pudo negarse a eso. Incluso en ese momento se atrevía a consentirlo y le hacía cariñitos sin importar que estaban en público. Y es que no podía con la felicidad que sentía por tenerlo de nueva cuenta a su lado.

Call It What You Want (Omegaverse Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora