JiMin es un omega que trabaja para un alfa que se dedica a estafar alfas millonarios. Su siguiente objetivo era seducir y estafar al gran Alfa y CEO Jeon JungKook, dueño del Grupo Jeon.
Al inicio todo parece ser muy sencillo, porque aparentemente e...
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JiMin no pudo dormir en toda la noche después de haber mensajeado con Jackson.
Le dolía el hecho de que había cierta verdad en sus palabras; un Alfa como JungKook tal vez no se fijaría en un Omega como él. Pero estando en sus brazos mientras sentía su cálida respiración en la nuca podía llegar a creer que sí.
Había algo más que los unía y hasta ahora era consciente de eso. No es normal que hayan captado mutuamente sus aromas ocultos ni mucho menos que tengan una especie de conexión telepática. Además está el hecho de que sus lobos se reconocieron no importando que el tiempo era corto desde que se conocieron. Su lobo, principalmente, se mostró muy interesado desde el inicio y defendió a JungKook en más de una ocasión. Tal vez debía investigar más sobre el tema, pero estaba casi seguro de que los destinados existían y el suyo era ese Alfa de ojos oscuros.
La madre luna eligió a alguien perfecto para él, alguien que no merecía en lo absoluto, pero que aun así quería tenerlo.
Se dejó arropar por sus brazos después de varias rondas de sexo y de nudos en su interior. Se sintieron exhaustos en algún momento y decidieron descansar antes de que el sol haya salido. Pero JiMin sólo pensaba y pensaba en cómo demonios iba a solucionar esto. Tenía miedo y un mal presentimiento con Jackson. Su lobo le decía que debían cuidarse de él, pero aun así el rubio se sentía valiente para enfrentarlo.
Cuando el sol por fin salió se aferró al cuerpo de su Alfa porque eso sólo podía significar una cosa; tenía que irse de viaje.
Después de muchos mimos, besos cariñosos y una última ronda de sexo y amor, JungKook se levantó para preparar su maleta de viaje. Mientras tanto, JiMin había bajado a la cocina para prepararle el desayuno y un aperitivo que pudiera llevar consigo para el viaje.
Comieron juntos como si de verdad fueran esposos, se dieron más cariño y se expresaron palabras lindas. Cuando las horas pasaron y el reloj por fin marcó la una de la tarde tuvieron que despedirse.
JiMin acompañó a su Alfa hasta el auto que lo llevaría al aeropuerto y se aferró a él en un abrazo que se sintió como una verdadera despedida. Su aroma delataba su temor y el miedo que sentía de no poder verlo de nuevo después de este viaje.
—Estaré de vuelta en una semana. No te pongas triste— consoló el Alfa mientras lo acariciaba.
—Mis días no serán lo mismo si tú no estás aquí— le dijo con una lágrima rodando por su mejilla.
—Tú también me harás mucha falta— expresó con tristeza.
Se desprendieron lentamente para buscar sus labios y besarse con mucho amor pero con sentimientos funestos de por medio. Ninguno de los dos quería separarse durante una semana y es que ambos tenían una sensación amarga de una despedida real, como si de verdad no volverían a verse después de esto.
