Capítulo 5

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A JungKook le tomó varios días recuperar el valor que dejó ir para invitar a JiMin a una cita formal. De pronto se sintió tan nervioso que las palabras se le quedaban atoradas en la garganta justo cuando estaba a punto de decírselo. Se sentía patético, como si fuese un adolescente principiante en estos temas. Y no era para menos, pues había aceptado abiertamente sus sentimientos por el hermoso Omega de ojos grises con quien últimamente ha desarrollado más confianza y cercanía que percibe como genuina. Son emociones que nunca antes le invadieron con otros Omegas y eso es lo que le hace sentir seguro de lo que quiere para los próximos días y, con suerte, semanas.

Durante una semana se dedicó arduamente a avanzar el trabajo suficiente para no tener tantos pendientes que atender cuando le toca estar en casa. Quería el fin de semana libre específicamente para pasarlo con JiMin y dedicarle tiempo a él. Y justamente el viernes antes de las cinco había trabajado lo suficiente como para no ser molestado en esos días. Así que salió de su edificio, se montó en su auto y condujo hacia su casa donde un delicioso aroma a comida lo recibió abrazadoramente, mismo que se combinó con las cerezas que ahora tanto le fascinaban.

En la ducha repasó una y mil veces la simple oración que debía usar, pero cuando vio al Omega servirle la comida y luego sonreírle con tanta gracia como suele hacer, toda su mente quedó un blanco. Aunque una buena copa de vino podía solucionar cualquier cosa.

—Veo que de nueva cuanta hiciste un buen trabajo— le dijo JungKook para iniciar con una conversación— Estoy muy complacido con la comida que preparas.

—Me alegra saber que te gusta— le sonrió genuinamente.

En estos últimos días los sentimientos de JiMin fluían con naturalidad y de manera espontánea. Aunque algunas veces sus expresiones eran forzadas, al final se dejaba llevar y sólo podía ser consciente cuando se acostaba en su cama para analizar su día. Obviamente se regañaba a sí mismo y su lobo se burlaba constantemente de él. Éste también había estado muy insistente con que JungKook era su Alfa y que no era justo lo que hacían, pero JiMin lo ignoraba rotundamente.

—Y a mí me alegra que seas tú quien prepare esta comida— le dijo el azabache mirándolo ansiosamente.

Al Omega se le cortó la respiración al escuchar esa simple pero contundente oración. La emoción le invadió de manera inevitable haciendo que suspirara involuntariamente. Y sintió ternura cuando miró a JungKook ahí sentado en su silla esperando paciente a que terminara de servirle la comida. Parecía un cachorro pequeño que deseaba ser consentido.

—Gracias, JungKook— le hizo una reverencia tratando de ocultar su sonrojo— Pero no más palabras; es hora de que comas— le sonrió y sacudió su mandil— Buen provecho.

—Espera, JiMin.

No suficiente con su voz, también lo detuvo con una mano al sujetarlo de la muñeca. Fue ahí cuando nuevamente sus miradas se encontraron y con ello un montón de emocionas compartidas, aunque quizá algunas con mayor intensidad, porque JiMin siempre se devolvía a la realidad, al final continuaba desempeñando su papel de Omega bueno e indefenso.

—Quería preguntarte algo— enseguida retomó JungKook.

El corazón del rubio se aceleró y su lobo se sacudió impaciente y con emoción. Esto es por lo que ambos habían estado esperando en estos últimos días.

—Yo...— el pecho del Alfa comenzó a subir y bajar notoriamente, sentía que se le iba a salir el corazón— desde hace unos días yo quería proponerte una salida... tú y yo... juntos.

Las mejillas de JiMin se encendieron con intensidad y naturalidad, al igual que una llama ardiente se prendió en su interior. Quiso actuar con seguridad, pero realmente se puso demasiado tímido, olvidando por completo que era un Omega Dominante. JungKook había adquirido esa capacidad de ponerlo vulnerable, ya fuese con palabras o con acciones.

Call It What You Want (Omegaverse Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora