Capítulo 28

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El sonido de las olas era la perfecta melodía para un reencuentro que, pese a que no transcurrió demasiado tiempo, se ansió en demasía, sobre todo en estos últimos días donde parecía que los lobos de ambos se habían conectado sintiendo esa añoranza de verse otra vez.

JiMin sentía que no podía reaccionar y no quería parpadear, porque temía que en ese microsegundo JungKook desapareciera de su vista, pero en lugar de eso lo vio cómo se acercaba con la misma intensidad en la mirada y con el mismo sentimiento que tenía. Todo, absolutamente todo se estaba acomodando para que se diera el momento perfecto. Justamente en una noche de luna llena en la playa de Santa Mónica.

El Alfa albergaba grandes recuerdos en este lugar y ahora agregará uno a la colección que tiene un alto valor en su vida. JiMin ya era parte de ésta aunque se hayan separado por necesidades de sanación, pero ahora ese tiempo en la distancia y en la incertidumbre de saber qué sucedía con él parecía que ya no importaba, porque ahora lo tenía frente a él con una expresión que le causaba mucha ternura. Pero compartía ese sentimiento de sorpresa y de adrenalina al reencontrarse con él y espera que esta sea la última vez... espera que de aquí en adelante puedan estar juntos.

El Omega lo observó y se le cortó el aliento cuando lo tuvo tan cerca de su persona que podía sentir como se inundaba de su aroma. Extrañó demasiado esa sensación de olfatearlo e incluso percibir su calor corporal sin necesidad de tocarlo. Y es que en un momento como este no hacía falta las palabras porque con mirarse se entendían a la perfección.

La respiración de ambos era descoordinada mientras sus mentes eran un lío total. Cada uno pensaba en qué decir primero porque tal vez un hola no sería correcto. Nada podía ser correcto en este momento debido a que no deseaban que esta chispa intensa se apagara tan rápido, pero al final uno de los dos tenía que ser valiente.

— ¿De verdad eres tú? —preguntó JiMin sin borrar su expresión.

El Alfa sonrió en grande mostrando la perfección de su pulcra dentadura, esa misma que dejó muchos mordiscos en su cuerpo cada vez que hacían el amor, pero su atención se posó principalmente en sus labios finos y deliciosamente delgados, mismos que desea besar ahora para recuperar el tiempo perdido, pero no lo hará porque piensa que eso sería demasiado.

—Yo tampoco puedo creer que te estoy viendo... aquí, en Santa Mónica—expresó JungKook con una sonrisa.

JiMin también sonrió y no pudo evitar llevar una de sus manitos a la mejilla del Alfa para comprobar que esto no era un sueño o una ilusión. Enseguida supo que era demasiado real y que la textura de su piel no había cambiado demasiado. Seguía siendo suave y perfecta, justo como la recordaba y ahora nuevamente se le concedía el privilegio de poder tocarla.

JungKook fue quien no resistió más y tomó posesión del cuerpo del Omega para poder abrazarlo y transmitirle todos sus sentimientos en el proceso. Sus lobos aullaron de felicidad y JiMin se aferró a él como nunca en la vida, esperando y deseando que este momento jamás terminara. Aspiraron sus aromas y se cubrieron mutuamente con ellos, porque era justo y necesario, de otro modo no podrían estar tranquilos.

—No sabes lo feliz que me hace verte de nuevo—expresó JungKook con un hilo de voz—Te extrañé muchísimo, dulzura.

Todas las emociones de JiMin se sacudieron en cuanto escuchó ese mote cariñoso con el que el Alfa se dirigía a él. Jamás en su vida sintió algo igual ni mucho menos recibió tanto de parte de uno, por eso era especial y por eso no quería perderlo nunca, no otra vez.

—Yo también te extrañé mucho, Kook—por fin se atrevió a confesar el Omega—Fue difícil acostumbrarme a no tenerte cerca.

Afianzaron el agarre para prolongar el momento y, aunque realmente les gustaría tomar el tiempo e intentar volver a lo que eran antes de la catástrofe, pensaban que no era correcto ir tan abruptamente, aunque este abrazo era necesario. Después de eso se desprendieron lentamente para mirarse y descubrieron que ambos compartían las mismas lágrimas de felicidad que se provocaban mutuamente. JungKook tomó a su Omega de ambas manos y depositó un beso cariñoso en cada una para después sonreírle contento.

Call It What You Want (Omegaverse Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora