Capítulo 12

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El mejor momento donde JiMin había encontrado consuelo para sus demonios eran los brazos de JungKook justo después de haber hecho el amor. No había nada más relajante y tranquilizador que las manos del Alfa acariciando su espalda de manera cariñosa.

Cuando el nudo desapareció cambió de posición para adherirse a él en un abrazo y para enterrar su rostro en su cuello, consiguiendo así aspirar su aroma y calmar los síntomas del pre celo.

JungKook se estaba convirtiendo en su mejor vitamina y medicina para cuando tiene el ánimo bajo. Y vaya que se ha sentido sentimental en estos días por evidentes razones. Por eso siempre era bueno estar pegado a él por un momento de quietud. Pero ahora debían hablar sobre algo que era importante para los dos.

Las condiciones de JiMin.

—Entonces...— JungKook rompió el silencio— quiero escuchar todo lo que tengas para decir.

El Omega se removió con pereza mientras buscaba en su mente todo lo que en antelación ya había pensado. Sentía que no estaba en la posición de exigir absolutamente nada, no cuando las mentiras se acumulaban cada vez más en su espalda. Tener que fingir que todo está bien se estaba volviendo muy agotador, sobre todo ahora que sus sentimientos por JungKook son completamente genuinos.

—Primero que nada; recuerda que debes usar preservativo en todo momento. Yo pierdo consciencia de mis actos y lo más seguro es que me comporte como un niño pequeño— informó con mucha seriedad.

— ¿De verdad? —lo miró socarrón.

—Ay, Kook. Estoy hablando enserio— le hizo un puchero.

El azabache sonrió completamente enternecido por lo encantador y tierno que JiMin lucía en ese momento. Siempre será su debilidad sin importar en qué faceta se encuentre.

—Relájate un poco— le acarició la mejilla como un intento para calmarlo— Me encargaré de ese asunto y de todo lo demás. ¿Quién más puede protegerte si no yo que soy tu Alfa? —le sonrió para darle seguridad— Te hago la promesa sincera y te doy mi palabra de que voy a cuidar bien de ti en todo momento hasta que tu celo haya pasado.

JiMin no pudo evitar sentir emoción porque el gran momento llegara, aunque también tenía miedo de que, después de su celo, ya no hubiese vuelta atrás. Era difícil para alguien como él poder aceptar y enfrentar las verdaderas situaciones que valían la pena. Pero quizá muy en el fondo añoraba encontrar el valor que necesitaba después de los siete días con JungKook.

—Gracias, Kook— le mostró una sonrisa tímida— Confío ciegamente en ti y sé que estaré con el mejor Alfa del mundo.

—No hay absolutamente nada de qué preocuparse, ¿de acuerdo? —consoló— Y dime, ¿hay algo más en tus condiciones?

—Dos cosas más— asintió— Es probable que en algún punto te pida una marca o cachorros— explicaba con las mejillas completamente ruborizadas— Por favor, no pierdas el control. Sé que te mantendrás cuerdo por los dos y no permitirás que eso llegue a suceder.

Era curioso que JungKook no había pensado sobre marcar a JiMin, pero ahora que se lo ha mencionado tal vez no podrá dejar de pensar en eso. Él ya lo veía como su Omega, se lo dice a todo el mundo, pero la manera correcta y de hacerlo más oficial era otorgándole su marca para que cualquiera pudiera verla. Guiado por ese deseo que se acaba de instaurar en su interior, se acercó hacia el cuello de JiMin para olfatear la dulzura y exquisitez de su aroma. Lo aspiró hasta que sus pulmones quedaron completamente llenos de eso y luego paseó la punta de su lengua justamente donde consideraba que se vería perfecta su marca. Aquella acción provocó que JiMin se estremeciera y gimiera bajito, pero también surgió un sentimiento que nunca antes pudo conocer; el deseo por ser marcado. Ahora sentía que lo necesitaba y que éste podía ser el momento adecuado, sin embrago, todavía estaba consciente de que no hacía las cosas bien y que si quería tener esa marca de JungKook, debía convertirse en un Omega digno de él.

Call It What You Want (Omegaverse Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora