Capítulo 29

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Era curioso que JiMin ya había planeado en antelación llamar a JungKook al día siguiente para pedirle una cita, pero la noche de ayer donde se despidió de él, se olvidó de pedirle su número de celular.

El hecho de sentir mariposas de nuevo y cómo su lobo se agitaba ilusionado ante la idea de retomar lo que antes tenía con el Alfa, pero esta vez sin mentiras, le hacía perder la cabeza y entraba en una especie de crisis existencial.

Estaba sentado en la cocina bebiendo un té relajante mientras hacía pucheros pequeños con sus labios al no tener el número de JungKook para llamarlo. Jin entró minutos después para tomarse un café cargado que le ayudara a despertar ya que la noche anterior la pasó en vela componiendo. También había tenido mucho en qué pensar con respecto a NamJoon, pues la noche anterior se lo encontró fuera del teatro después de la presentación de JiMin; hicieron contacto visual, pero el Omega decidió no escuchar a su lobo y salió huyendo de la escena. Y aquel pequeño momento en su vida provocó que escribiera una canción. El problema es que ahora tenía sueño y su lobo estaba poniéndolo de mal humor con esa cantaleta constante de que fuera a buscar al Alfa.

Eso no va a suceder.

— ¿Está todo bien, omeguita? —le preguntó Jin con cautela.

—No— respondió haciendo un puchero más grande.

—No te pongas triste. No me gusta— también le hizo un puchero— Dime ¿qué sucedió?

—Sabes que ayer salí con JungKook— cambió su expresión por una sonrisa radiante.

—Oh, pero claro que sí— también sonrió en grande— Tienes que contarme todo lo que haya sucedido. ¿Se besaron? ¿Se tocaron? —le mostró una expresión de picardía— ¿Se metieron la lengua? ¡Iuuuu! Necesito que me cuentes todo.

—Por supuesto que no hicimos eso— lo miró con asco— Ya no soy ese mismo Omega de antes. Ahora me gusta que me quieran bonito.

—A todos los Omega nos gusta que nos quieran bonito y que nos cortejen aunque ya haya habido un encuentro íntimo de por medio— explicó con una expresión aburrida— Pero de vez en cuando es necesario que te cojan duro hasta que se te olvide el nombre.

JiMin soltó una carcajada estruendosa al tiempo que golpeaba la mesita con su mano. En este tiempo había adquirido suma confianza con Jin al grado de no tener vergüenza de nada. Las pláticas eran amenas y ambos habían compartido cada detalle de sus vidas. Aunque ninguno de los dos ha tenido encuentros carnales con otros Alfas en este año por obvias razones. Eso estaba más que claro.

—De acuerdo, en eso tienes razón— el rubio asintió después de regular sus risas.

—Claro que la tengo— se cruzó de brazos y lo miró con sorna— Desde aquí puedo ver que estás ansioso por que mi hermano te acomode las ideas. No puedes negármelo.

—No voy a negarlo, pero esta vez quiero hacer las cosas bien— volvió a hacer otro puchero— No quiero que vea que estoy desesperado por tener pasión con él.

—Pero estás desesperado, omeguita— se burló de él.

—Realmente sí— se apoyó en la mesa— Pero no quiero forzar las cosas ¿sabes? Sería bueno que iniciáramos desde cero y que tuviéramos citas, salidas, encuentros románticos— sonrió mirando a la nada.

— ¿Y qué te detiene? —preguntó y dio un sorbo a su taza de café.

—Ayer estaba tan emocionado por estar con él que me olvidé por completo de pedirle su número y ahora no sé cómo contactarlo— cambió su expresión a una afligida y volvió a hacer otro puchero.

Call It What You Want (Omegaverse Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora