Dicen que cuando vibras bonito atraes cosas bonitas. Al menos eso fue lo que JiMin escuchó de su psicóloga. Y conforme avanzaban los días se dio cuenta de que era completamente cierto. Desde que cambió su perspectiva de la vida y que su rencor fue remplazado por el perdón, las cosas comenzaron a fluir adecuadamente; consiguió un papel principal para un grupo de contemporáneo en Los Ángeles, se convirtió en modelo de marcas importantes y ahora estaba construyendo su patrimonio de manera honesta. Fue sólo cuestión de un mes para que el edificio estuviese listo para lo que necesitaba y ahora en todo Seúl estaban los anuncios de la apertura de esa nueva escuela de música. Para el día de la inauguración comenzarían con las audiciones y el papeleo de inscripción de quienes quisieran entrar, mientras tanto, sólo se encargaba de pulir detalles con SeokJin y con su ahora principal benefactor; JungKook.
Ya no pudo negarse a la constante insistencia por parte del Alfa. Además tuvo que aceptar que sí necesitaban un poco de ayuda y no había nadie mejor que él para brindársela. Aquello lo mantenía con la mente ocupada, pero no lo suficiente como para desatender sus cuestiones personales. Salía con JungKook a muchas citas y también estuvo yendo de un lado a otro para buscar muebles que ocupar en su departamento. Cada pequeña meta cumplida y cada paso que podía ser insignificante, para él, era un logro rotundo en ese cambio radical de su vida. A veces se imaginaba que recientemente salió del orfanato sin cargar con los sentimientos de ese pasado tormentoso que le tocó vivir. A veces era como si de verdad fuese un Omega completamente nuevo. Tal vez era el hecho de que su Alfa lo amaba como si de verdad fuese así y eso era lo que le hacía sentir vivo de verdad.
Pese a que vivían separados temporalmente, porque aunque JiMin insistiera con que era sano para los dos empezar de ese modo, se moría de ganas por vivir a lado de JungKook como algo más oficial. Pero esa razón y otra eran las que lo que detenían a volver a esa casa; sabía y estaba seguro de que posiblemente a sus empleados, sobre todo a Jennie, no les agradará su presencia de vuelta. Se sentía consciente y con la responsabilidad de cambiar esa imagen desagradable que les dejó, pero para llegar a eso necesitaba caminar despacio y sin prisas. Llegará el momento de disculparse por sus acciones y espera que puedan olvidar sus errores para tener un mejor inicio. Principalmente por eso se detenía a volver a la casa de JungKook, pero eso no limitaba a éste de pasar la mayor parte del tiempo en su departamento con él. La mayoría de las noches llegaba ahí para dormir, sobre todo los fines de semana que no había ningún tipo de fuerza que pudiera sacarlo. Y JiMin no tenía problema con eso, porque claro estaba que adoraba su presencia.
Aunque para las citas debían conservar el toque de cuando una pareja empieza una relación, es por eso que cuando eso sucedía, JungKook tenía el deber de ir hasta la puerta del departamento de su Omega para recogerlo y luego llevarlo a un lindo lugar. Se suponía que estaban en su etapa de cortejo, aunque realmente ambos establecían sus propias reglas. La mayoría de citas no terminaban con JiMin en la puerta de su departamento despidiendo a su novio como era debido, más bien, en cuanto cruzaban la línea hacia la privacidad, terminaban en la cama haciendo el amor apasionadamente porque claramente no había mejor forma de concluir una cita.
A JiMin le encantaba vivir esto; podía sentir las mariposas en su estómago y esa adrenalina pura cuando veía el mensaje de JungKook avisando que estaba por llegar. Mejor aun cuando lo tenía frente suyo con esa sonrisa tan encantadora y luciendo extremadamente sexy con su vestimenta en completo negro como tanto le gustaba. Siempre suspiraba y se dejaba hacer por sus labios que lo recibían gustoso y con cariño para después recibir un lindo ramo de flores amarillas y blancas que se encargaba de variar cada vez que lo requería. Por eso fue difícil para JiMin no enamorarse de su Alfa en aquel tiempo cuando no tenía ni la más mínima idea de cómo funcionaba ese sentimiento. Con JungKook aprendió el verdadero lenguaje del amor y conoció colores que sólo podría ver a su lado. Ahora se sentía completo.
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Call It What You Want (Omegaverse Kookmin)
Hayran KurguJiMin es un omega que trabaja para un alfa que se dedica a estafar alfas millonarios. Su siguiente objetivo era seducir y estafar al gran Alfa y CEO Jeon JungKook, dueño del Grupo Jeon. Al inicio todo parece ser muy sencillo, porque aparentemente e...