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—Siento que voy a congelarme —dice Jimin, tiritando.

—Mierda, amo el frío, pero está más helado que en Wisconsin —comenta Jia, acercándose a Taehyung.

—Ven acá, colócate mi abrigo —habla Jeon, mientras se lo retira luego de salir del auto.

—¿Y tú? —lo cuestiona el rubio, mientras mueve su cabeza debido al frío y su nariz se vuelve cada vez más roja.

—Soy mitad lobo, Jimin —le recuerda el más alto, colocándole su abrigo al más bajo.

—Sí, olvide que su temperatura es alta —dice el humano, esbozando una sonrisa.

—Vamos —murmura Jungkook, cogiendo la mano izquierda de Jimin para luego entrelazarla con la suya.

Llegan hasta el límite de la Selva Hoh, Jia y Jimin se observan al ver a los hombres de diversas razas, color y nacionalidades frente a ellos.

—Jungkook, ¿estás seguro que es el lugar correcto? —articula en voz baja el chico.

—¡Sub-alfa Jeon! —vocea la misma chica de la vez anterior. —Ahora con cita previa —chista, haciendo reír al resto de cambia formas a su alrededor. —Usted y el beta pueden pasar, los humanos se quedan con nosotros —indica mientras se acerca a Jimin.

—No te acerques a él —brama Jeon, ejerciendo un poco más de fuerza en la mano del rubio.

La alfa esboza una sonrisa al escuchar la voz furiosa del pelinegro que sostiene la mano del humano. Ignora la advertencia y en un ágil movimiento coge el brazo derecho del rubio.

—¡Suéltame! —vocifera Jimin.

—¡Oye, suéltalo maldita loca! —exclama Jia.

Jungkook suelta un fuerte gruñido que hace que los lobos de la manada Hoh, dirijan su atención a él.

—Suéltame —refunfuña Park, agitando su brazo con desespero.

—Te dijo que lo sueltes —emite entre gruñidos, Jeon. —Suéltalo —le ordena con su voz de mando, luego de haber soltado la mano de Jimin.

Se acerca a la mujer frente a él que lo mira de manera altanera y divertida. Ambos se gruñen y ahora se ven de manera desafiante.

—Basta de demostraciones públicas —se escucha la voz de una mujer de avanzada edad. —Son mis invitados, déjalos pasar —ordena.

—El rubio y la pelirroja son humanos —verbaliza en voz alta la alfa.

—Lo sé, todos aquí lo saben. Mientras más los retrases más no podrán marcharse —dice la señora.

—Bon —la llama la chica.

—Me haré cargo si algo se sale de control. Se quedarán en mi territorio, no te preocupes —asevera Bon.

—Bienvenidos a la manada Hoh —canturrea molesta la alfa.

—Adelántese —les pide la bruja a los dos cambia formas junto a los humanos.

—¿Estás bien? —interroga Jungkook a Jimin, después de haber tomado su mano de nuevo.

—Uhum —emite. —¿Y tú? ¿Tú estás bien? —inquiere curioso mientras caminan hacia la cueva de Bon.

—Sí, el enojo es menos ahora —responde el mayor, alzando la mano con la que sostiene la del más bajo para depositar un beso en la piel helada.

—Intente soltarme, pero es más fuerte que yo. Lo siento —se disculpa el rubio.

—Ella es una alfa, no es tu culpa. No tienes por qué disculparte —musita el pelinegro, deteniéndose frente a la cueva.

—Llegamos —dice Taehyung.

—No puedo creer que esto sea real. Hoseok, querrá llorar cuando se lo cuente —menciona Jia, entre risas mientras sostiene el antebrazo izquierdo de Taehyung.

—Ji —la llama el rubio.

—Ok, sí. Cerraré la boca —cuchichea la pelirroja, acomodándose el gorro.

—Vamos adentro —les pide Bon.

—¿Esperamos acá o entramos? —indaga Taehyung.

La bruja observa a los dos humanos y a los dos cambia formas, esboza una sonrisa. Se gira sobre sus talones para entrar a su cueva.

—Entren todos, rápido —les ordena, dándoles una breve mirada sobre su hombro izquierdo.

Los cuatro se adentran, lo que para Jungkook y Taehyung ahora resulta normal, para Jia y Jimin resulta todo lo contrario.

—Tomen asiento —les pide. —Eres más lindo en persona —se dirige Bon a Park.

—Gra-gracias —trastabilla el rubio, tomando con fuerza la mano del cambia formas a su lado.

—¿Le explicaste todo? —interroga la bruja a Jeon.

—Como me lo pediste —acota.

—Entonces estás aquí por voluntad propia —se dirige de nuevo al humano.

El chico asiente.

—Antes de consensuar su unión necesito que me des tu mano —le pide a Jimin.

El rubio mira al pelinegro, el cual, asiente relajado y confiado.
Park, alza su brazo derecho y lo extiende acercando de esa manera su mano a la bruja.

Bon, alza su mano izquierda y la acerca a la de Jimin, dejando un espacio vacío entre ambas palmas. La bruja cierra sus ojos, inhala profundo y juntas sus dedos como si ha cogido algo del aire y luego los coloca en la palma del humano.

Jia se cruza brazos impaciente y curiosa por saber qué es lo que está haciendo la bruja con la mano de su mejor amigo.

La mujer al fin posa su palma sobre la del chico, aún con sus ojos cerrados, emite un sonido con su boca y luego esboza una sonrisa.

—Es él y está listo —musita Bon, dejando confundidos a todos.

—¿Listo para qué? —indaga Jia, al ver que la bruja abre sus ojos.

—Para consensuar su unión —acota. —Necesito tu mano derecha —le pide a Jungkook. —Y tu mano izquierda —le indica a Jimin.

Ambos colocan sus manos con la palma hacia arriba mientras la bruja toma el colmillo del abuelo del cambia formas. Entre murmuros inaudibles y palabras desconocidas, Bon, alza su rostro y mira el pequeño hueco por el cual la luz de la luna penetra la cueva.

Desciende su rostro y con la punta del colmillo realiza un corte en la palma de la mano de Jungkook y luego en la de Jimin. Espera a que la sangre brote de ambas manos y cuando hay una buena cantidad introduce el colmillo en un pequeño cuenco deteriorado de madera.
Coge ambas manos y hace que la sangre caiga al cuenco, llenando de sangre el colmillo.

—¿Y ahora? —pregunta Jeon.

—Del resto me encargo yo —murmura la bruja, entregándole dos trozos de tela. —Al lado derecho hay una casa, me pertenece. Revísenla y cuando se cercioren que es segura pueden pasar la noche en ella —le explica a los cambia formas, mientras esparce un ungüento extraño sobre la herida de ambos.

—Vuelvo enseguida —masculla Jungkook, para luego ponerse en pie y dejar un beso sobre la coronilla del más bajo.

—Gracias por esto —verbaliza Jimin.
—Jungkook y su lobo están felices, yo también estoy feliz y un poco menos preocupado —agrega.

—¿Preocupado por qué? —lo interroga Bon.

—Por lo nuestro —murmura el rubio—. El es un cambia formas con una destinada, y yo soy humano que…

—Un humano bendecido por la madre luna y mi magia —lo interrumpe la bruja. —No eres un simple humano, chico. Eres el escogido para unir ambas especies junto a Jungkook, eso te hace demasiado importante para la historia lobuna y humana —agrega la mujer. —No dudes de ese gran lobo, jamás se fijará en otra persona que no seas tú —le asegura.

—Gracias, Bon —musita Jimin. —Tendré presente tus palabras siempre —dice el chico, esbozando una sonrisa.

—Todo está en orden —se escucha la voz de Jungkook.

—Te espero en la casa, Ji —alza su voz Jia, para luego salir de la cueva.

—Quiero que mañana me visites antes de que te marches —le pide en voz baja la bruja.

—No tengo idea a que horas nos marcharemos, pero vendré a despedirme —verbaliza con mesura el chico.

—¿Sucede algo? —inquiere Jungkook.

—No, todo está bien —responde Bon. —Llévalo adentro, el castañeo de sus dientes me irrita —comenta, para luego darles la espalda.

El pelinegro abraza por la espalda al rubio y de esa manera salen de la cueva hacia el exterior de la selva Hoh.

—Eres como un cobertor caliente —gesticula Jimin, disfrutando de la alta temperatura del cuerpo del cambia formas.

—Al menos deje de ser un perro —balbucea Jeon.

—Yo no dije eso —chista Park.

Jungkook ríe convencido de que nunca podrá ganar contra Jimin. Entran a la casa y mientras ambos cambia formas buscan comida, los dos humanos toman asiento frente a la chimenea para calentarse, mientras tienen una video llamada con la señora Park.

MY BEASTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora