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Después de haber tenido una cena casera llena de risas y diversos puntos de vista. Jia y Taehyung, ven en una Tablet el inicio de Stranger Things, sentados frente a la chimenea.

Por su parte, Jimin y Jungkook decidieron ocupar una de las habitaciones de la casa de Bon.
Lo que inicio como un juego de cosquillas, siguió con besos tiernos y luego a unos apasionados, de esos que desprenden chasquidos y prendas entre cada inspiración profunda. Hasta llegar al punto en el que el humano y el cambia formas, yacen desnudos al centro de aquella cama.

El pelinegro se encuentra de rodillas sobre el colchón, mientras que el rubio yace sobre sus muslos, aferrado con uno de sus brazos al cuello del mayor.

—Uum —jadea Jimin, recostando su frente sobre la de Jeon.

—¿Estás bien? —inquiere Jungkook, acariciando la espalda baja del menor.

El chico asiente mientras el alfa comienza un lento vaivén.

—Me encantan tus ojos —articula con voz cansina, Park.

Se abrazan y acarician mutuamente entre besos, tiernos, divertidos y lujuriosos. El vapor que abandona la boca del rubio entre cada gemido y jadeo, se estrella en la piel sudorosa del pelinegro.
La boca del cambia formas se posa entre el cuello y la clavícula del humano, inhala profundo y luego deja besos y rastros de baba en la piel expuesta.

El más bajo jadea entregado a la mezcla de dolor y placer que el mayor le brinda. Jungkook lo acerca más a su cuerpo consiguiendo empalmarse con mas ahincó dentro de Jimin, el más alto aferra su gran mano sobre una de las nalgas de Park. El rubio emite un sinfín de bajos gemidos al sentir no solo el pene del cambia formas sino también uno de sus dedos.

El mayor acelera el ritmo de sus embestidas, mientras el menor se aferra con sus piernas y brazos al corpulento cuerpo que lo sostiene, el pelinegro nuevamente lleva su boca al cuello del rubio, lame la baba y luego posa sus dientes sobre la piel blanquecina. Con su lengua caliente relame en forma de caricias para luego succionar y por último incrustar sus dientes sin lastimar a Jimin.

—¡AAAH! —exclama el chico, al sentir como el pene del cambia formas se inflama dentro de él, sintiendo placer y dolor.

—Mío —gruñe Jungkook, para luego dejar un beso sobre la marca en la piel de Jimin. —Mío —musita, dejando castos besos en el cuello y clavícula del humano.

—Tuyo alfa —emite entre jadeos, Jimin. Acariciando el cabello del cambia formas.

La parte lobuna de Jeon, se encuentra extasiada de tanta felicidad y placer, el más alto abraza el cuerpo de Park. El rubio ve como aquellas dos cuencas albergan dos pequeñas esferas, una de color ámbar y otra de color zafiro que lo miran con parsimonia y lo hacen sentir hipnotizado.

—Eres demasiado hermoso —lo elogia Jungkook, mientras retira mechones de cabello húmedo de la frente del más bajo.

—Y tu demasiado sexi —susurra el chico, acariciando el pecho perlado de sudor del mayor.

Jungkook esboza una sonrisa orgullosa y luego deposita besos pequeños en el rostro de Jimin, mientras lo hace reír.

—Alfa —musita de manera tierna, cogiendo el rostro del pelinegro entre sus manos. —¿Quién ama a su bestia? —gesticula sobre los belfos de Jeon.

—Su lindo humano —contesta con mesura el cambia formas.

Después de un par de largos minutos ambos se ponen de pie, Jeon se loca su ropa, pero Jimin no, debe tomar una ducha para deshacerse del exceso de semen.

—La distancia de la habitación y la sala es grande, no creo que nos hayan escuchado —cuchichea Park, entrando al cuarto de baño con la sábana cubriendo su cuerpo.

—Jia, posiblemente no escucho nada, pero estoy seguro que Taehyung sí —menciona Jungkook.

—¡Ay, no! —exclama el rubio, desde la ducha haciendo reír al pelinegro, que se encuentra sentado sobre el excusado.

—No te preocupes —verbaliza entre risas el cambia formas.

—¿Me mordiste? —lo cuestiona Jimin, saliendo de la ducha desnudo.

—No —responde el al alfa, mientras cubre el cuerpo del rubio con la sábana.

—Jungkook, tengo una marca de dientes y chupetón en progreso —replica el chico.

—No te mordí —refuta Jeon. —No como deseo morderte —explica. —Tengo miedo de lastimarte —confiesa, mientras frota los brazos húmedos del rubio para darle calor.

MY BEASTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora