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Jimin ve sorprendido y divertido a los tres cambia formas que cogen prendas de ropa, entran al probador, salen emocionados a verse al espejo mientras se elogian y se bromean entre ellos.

—No, esa no —dice el rubio, poniéndose en pie de la silla en la que se encuentra.

—¿Por qué no? —pregunta Jungkook, observando la camisa hawaiana que viste.

—Porque no estamos en Hawái y porque los colores son horribles —responde de inmediato el menor mientras desabotona la camisa dejando a la vista los músculos abultados del cuerpo de Jeon, junto a sus tatuajes.

—¿Te gusta? —inquiere el pelinegro con voz coqueta.

—¿El qué? —indaga el menor, apreciando detalladamente los bien formados músculos en el cuerpo del cambia formas.

—Los tatuajes —dice el más alto.

—Sí —contesta Park, aun absorto en el tórax de Jeon.

—Y mi cuerpo —murmura el cambia formas.

El rubio traga grueso, alza su vista, ve los hipnotizantes ojos bicolores de Jungkook y en un suave susurro articula un —Uhum —tímido.

—Cuando estemos juntos podrás tocarlos las veces que quieras —suelta el alfa, alzando su ceja derecha de manera provocativa.

—Regresa esa camisa, es horrible —dice Jimin, para luego darse la vuelta.

Marie y Jungkook se miran, se sonríen mientras la rubia alza sus dedos pulgares de manera entusiasta.

Después de media hora más en el tianguis, Marie sale con dos bolsas medianas llenas de ropa y con un outfit diferente.
Viste una falda negra de cuero pegada a su cuerpo, unas botas negras que Jimin le obsequió y un top blanco.

Taehyung no cambia su vestimenta, pero si sale con una bolsa mediana con nueva ropa, la cual utilizará las veces que visite la ciudad junto a Jeon.

Jungkook, por su parte, sale con tres bolsas medianas, dos para él y una para Jimin, cabe destacar que cada una de las prendas fue aceptada por el rubio que lo acompaña muy de cerca.

Guardan las bolsas en el baúl, Jeon conduce, Park viaja en el asiento del acompañante y Marie y Taehyung en la parte trasera. Al llegar al centro comercial hacen una parada en un Burger King, compran tres whoppers para los cambia formas y una hamburguesa normal para Jimin.

—La mayonesa es deliciosa —habla el azabache, sorprendiendo a los demás.

—Debes conseguirle más mayonesa si queremos que siga hablando —bromea el rubio, haciendo reír Jeon y a Marie.

—¿Qué debo hacer para obtener más mayonesa? —indaga Taehyung.

—Comprar más hamburguesas —contesta la rubia. —Me están mirado, ¿Por qué me están mirando? —pregunta alterada al darse cuenta que dos chicos la ven. —Saben que soy…. Saben que somos —emite alterada, soltando un par de feromonas que son percibidas por Jungkook.

—No, no, no —farfulla Jimin. —Tranquilízala —le pide al pelinegro.

—Marie, cálmate —le ordena Jeon.

—¿Que no ves? Nos descubrieron —
murmura histérica.

—Debe tranquilizarte —susurra el rubio.

—Haz que se calme, Jungkook —menciona Taehyung.

—Tranquilízate, ahora —le ordena Jungkook, utilizando su voz de mando.

La mirada de la chica viaja hasta al pelinegro.

—No te descubrieron, Marie —murmura en voz cálida, Jimin. —Te miran porque se sienten atraídos por ti. Les pareces una chica bonita y sexi —le explica el rubio.

Lentamente la rubia gira un poco su rostro hacia la izquierda y se enfoca en ver y escuchar al humano.

—Solo te miran para ver si pueden obtener algo de ti, ya sabes, como tu número de teléfono, una cita o un buen polvo —expone el rubio.

—¿Un buen polvo? —duda Taehyung.

—Sí, bueno, eso es… es una… es sexo, pero sin ataduras y sin compromiso, solo placer —contesta Jimin.

—Los humanos son extraños, yo no querría solo un polvo. Menos contigo —suelta Jungkook.

—Cierra la boca —le pide avergonzado, Park.

—No te preocupes, todos somos así en la manada. Amamos aparearnos —añade el azabache.

—Apa-aparearse —articula absorto el rubio.

—Cierren la boca los dos —habla Marie después de unos minutos en silencio. —Están asustándolo —los regaña. —Voy a explicarte eso yo, si te sientes más cómodo. Pero claro, será cuando Jungkook y tú estén próximos a ese momento —dice la rubia ahora más tranquila.

—Ok —verbaliza en un hilo de voz, Jimin.

—¿Qué haces? ¿Por qué los miras? —la interroga Jeon.

—Quiero conseguir un polvo —canturrea Marie.

—Haz que se ponga en pie y camina —le ordena Jungkook a Taehyung.

El pelinegro toma la mano de Jimin, lo mira por unos segundos y se da cuenta que tiene su mirada perdida.

—¿Todo bien? —lo cuestiona.

—No digas aparearse, Jungkook. Suena extraño —le pide el chico, omitiendo la respuesta a la pregunta. —Vamos por los celulares y luego me compras el helado de la apuesta —le indica.

—¿Eso quiere decir que si nos besaremos? —inquiere, ansioso.

—Por ahora solo camina y haz que tus amigos caminen y se comporten como personas normales —le pide Jimin.

Jungkook escoge y paga por los tres celulares, pero ambos quedan a nombre de Jimin. La excusa, los tres cambia formas son menores de edad, aunque claramente no es la verdad.

—Si cometen delitos con esos celulares, hare que mi perro los haga trizas —los amenaza el rubio.

—Tú no tienes perro —dice Jungkook.

—Sí, si lo tengo —afirma Jimin, encaminándose al puesto de helados que se encuentra en la entrada del centro comercial.

—¿Cuál es su nombre? —pregunta Marie.

—Bestia —contesta el rubio, esbozando una gran sonrisa.

Al escuchar esa palabra Jungkook lo mira con sus brillosos ojos bicolores mientras una picaresca sonrisa surca sus labios.

—¿Cómo es? ¿Es grande? ¿De qué color es? —lo atiborra de preguntas la rubia.

—Es muy grande, fuerte, sus ojos son hermosos y es de color negro —responde Park.

—Debe gustarte mucho —menciona Jeon, aun con esa sonrisa pícara en su rostro.

—Bueno, no demasiado. Es un poco bruto a veces, pero aprende rápido —comenta entre risas, Jimin.

—No soy bruto —suelta a la defensiva el alfa.

—Estoy hablando de mi perro, Bestia —dice entre carcajadas el rubio.

—No tienes un perro, y la única bestia de tu vida soy yo —farfulla el pelinegro mientras persigue al chico.

—¡Tú eres el perro! —exclama divertida, Marie.

—No soy un perro —brama Jeon—. Soy un lobo.

—Oye, cálmate. Es solo una broma —interviene Jimin al ver como el pelinegro y la rubia se ven de manera desafiante. —Si la golpeas en la ciudad te llevarán a prisión, la violencia de géneros no es permitida en nuestro mundo, menos en público —les informa.

Los dos se separan, Jimin y Marie caminan deprisa a la fila de los helados, él pide uno de chocolate y ella uno de fresa.

—Jimin —lo llama Jungkook mientras esperan a que Taehyung venga con el auto.

—¿Quieres? Es de chocolate —dice, llevando el helado a la boca del cambia formas.

Park ríe al ver el divertido mohín en rostro de Jeon.

—¿Te gusta?

El pelinegro asiente.

—A la próxima, compras uno para ti, este es mío, me lo gane en la apuesta —habla entre risillas el rubio. —Date prisa, me duelen mucho los pies —se queja.

Jungkook se acerca al chico con la intención de cargarlo, el menor retrocede de inmediato y le pide que se detenga.

—En otra ocasión, ok —susurra Jimin mientras entra a la parte trasera de su auto.

—Ok —murmura el pelinegro, entrando después del rubio.

Jimin mira a los tres cambia formas, le duelen los pies como hace mucho tiempo no le dolían, pero si de algo está seguro es que, no ira a su casa, no cuando tres chicos que se convierten en lobo lo acompañan mientras se emocionan por una mínima cosa que es primera vez que ven y que les atrae demasiado. Este día sería largo y agotador para el humano.

MY BEASTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora